Cuando hubo por terminada la jornada escolar y ambos chicos salieron del edificio para dirigirse a la parada del autobús, Luhan miró al mas bajo y frunció el ceño.
—¿Qué es lo que te pasa ahora?. No has dicho ninguna palabra desde que entramos al gimnasio—. Cuestionó el rubio preocupado por los cambios de humor repentinos del menor.
— Luhan tengo que irme a casa rápido, recordé que tengo que ayudar a mi mamá con algunas cosas—. Se excusó el más bajo sin nisiquiera mirarlo.
—Pero vamonos en autobus como siempre—. Insistió Luhan.
—Enserio Luhan, tengo que ayudarla con las compras—. Luhan entrecerró los ojos, no le creia a su amigo, desde que entraron a la clases de gimnasia kyungsoo habia estado muy pensativo, apenas si ponia atención a lo que les pedia hacer el profesor.
—Nos vemos el lunes Kyung—. Fue lo último que dijó Luhan antes de desordenar el cabello de Kyungsoo, se subió al autobús y el más bajo lo perdió de vista. Fue entonces cuando comenzó a correr con todas sus fuerzas hasta llegar a su casa, completamente cansado, sudando y jadeando. Supo que Luhan habia notado el cambió después de la carrera hacia el gimnasio y si tomaba el autobús con él iba a comenzar a preguntar muchas cosas.
Abrió la puerta de su casa, la cerró y dejó que su mochila se deslizara por su brazo hasta caer al suelo, sabia que su mamá aún estaba trabajando asi que aprovecho para ir a la habitación de sus padres, entró a la habitación y comenzó a buscar por todos los cajones y armarios. Sabia que su mamá guardaba un álbum de fotos muy antiguas de cuando el era niño. Buscó en el cajón que estaba al final del armario, hasta que entremedio de muchos papeles encontró una especie de libro negro con pocas fotos pegadas, cerro el cajón y se sentó en la enorme cama matrimonial, abrió el libro y vió una fotografía donde aparecían dos niños sonriendo, uno era más alto que el otro y más moreno. Kyungsoo arrugó la frente y se relamió los labios, supo de inmediato de quién se trataban esas dos personitas, sabia que el más bajo era él y sobre todo sabia quien era el niño del piel bronceada, aquel niño que lo hizo feliz toda su infancia, ese niño que le dio la confianza, la seguridad de que no está solo, ese niño que nunca mas volvió a ver. Suspiró y comenzó a hojear todo el álbum. Las demas fotos solo eran de sus padres y sus tíos. Volvió a la primera foto y la saco, cerró el libro y lo guardo donde estaba, salió de la habitación de sus padres y fue a su propia habitación, se recostó encima de la cama y miró nuevamente la foto con más detenimiendo.
¿Por qué después de tantos años se tuvo que acordarse de su primo Jongin?, ¿Por qué después de tanto tiempo de la última vez que lo vio tuvo que recordar lo mal que lo pasó despues de que se fue?. Guardó la foto en el cajón que tenia al lado de su cama y pasó su mano por el cabello, tenía que sacarse todos esos pensamientos tristes de la cabeza. Salió de su habitación y bajó a buscar su mochila, la puerta se abrió y vió a su mamá con muchas bolsas en ambas manos.
—Hola cielo—. La señora Do se acercó para saludarlo y besó la mejilla de su hijo.
— Hola mamá, ¿Por qué traes tantas cosas?—. Cuestionó Kyungsoo arrugando el entrecejo-.
—Es una sorpresa...—. Dijo su mamá en un susurro.
—No me gustó como sonó eso—. Dijo Kyungsoo un poco desconfiado. Se colgó la mochila al hombro y caminó hasta la escalera, estaba por subir el primer peldaño cuando su mamá habló con una voz más alegre.
—¿Aun recuerdas a tu tío JongSuk, tu tía Sungwoo y a Jongin?—. La señora Do caminó con las bolsas hasta la cocina y comenzó a preparar todo. Kyungsoo abrió sus ojos y la miró por detrás de hombro, no podria ser eso, no.
— Aaaalgo, digo si—. Carrapeó— ¿Por qué?—.
—Bueno, tienen que ver mucho con la sorpresa—. Su mamá abrió el refrigerador y guardó todos los vegetales que habia comprado. Kyungsoo no dijo nada más y subió corriendo a su habitación.
Al estar seguro en la privacidad de esas cuatro paredes Kyungsoo se imaginó muchas cosas que podian pasar esa noche, no paraba de caminar de un lado a otro pensando en su primo. Cansado de toda esa tensión que sentía, decidió darse un baño y cambiarse ropa para hacer sus tareas con tranquilidad. Y asi pasó la tarde volando, Kyungsoo no supo en que momento se habia quedado dormido encima de sus cuadernos y con su lápiz entre sus dedos.
—Kyungsoo, despierta hijo—. El señor Do entró a su habitación y comenzó a mover el hombro de su hijo para despertarlo, lentamente Kyungsoo fue abriendo sus ojos—. La cena esta lista y será mejor que limpies toda esa saliva que derramaste sobre tu cuaderno y te pongas ropa linda—. Kyungsoo se levantó aun con los ojos entre abiertos y ordenó todo perezosamente, buscó en su armario una camina color celeste, unos jeans oscuros ajustados y unas converse negras, se comenzó a vestir como si fuera un zombie, solo que sin las horribles heridas y los balbuceos. Se paró frente al espejó y abrochó todos los botones de su camisa hasta el cuello, arregló su cabello y bajo a a cenar. Iba llegando a la cocina cuando escuchó que sus padres estaban charlando con alguién, pero se distrajo rapidamente con el olor del rico estofado que estaba haciendo su madre.
— Huele tan rico mamá, sin duda me repeti...—. Llegó a la cocina con una sonrisa de oreja a oreja pero al ver a la persona que estaba parado solo a unos centimetros de él hizo que su sonrisa se esfumara y que su corazón se detuviera.
—Kyungsoo, ¿Recuerdas a Jongin?—. La señora Do lo miraba con una respledeciente sonrisa al igual que todos, en especial Jongin.
— No seas mal educado Kyungsoo saluda a tu primo—. Le reprendió suavemente el señor Do.
Kyungsoo no supó en que momento sus pies lograron moverse, como fue que sus manos se elevaron para darle un apretón de manos.
—Hola Kyungsoo, bastante tiempo sin verte primo.
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Secret Love (Kaisoo-HunHan)
FanfictionKyungsoo ha recibido una noticia que cambiará su vida. Su primo Jongin llegará a vivir a su casa después de ocho años sin verse. Desde la llegada de Jongin, Kyungsoo comienza a sentir infinitas sensaciones hacia su primo, la cuáles le harán dudar...