#MaeDay
Capítulo treinta y cinco: Desastre.
Me levanté a las cuatro de la mañana y salí a despertar a todos. The Pumpins en el estéreo me acompañaba y yo no podía dejar de bailar y saltar por toda la casa, hice un desayuno simple para todos y un café para papá.
—¡El último que baje es una montaña rusa oxidada! —grité desde la escalera y por supuesto, la primera en bajar fue Mia.
Se unió a mí en el baile mientras comíamos del cereal de Derek. Max llegó media hora después pidiendo desayunar, así que no tuve inconveniente en compartir con él.
¡Era un día precioso!
Derek bajó a las cinco en punto de la mañana cumpliendo con mi pedido el día anterior.
—Tengo una duda, mínimo.
—¿Qué pasa, fea?
—¿Qué haces aquí?
—Vine a despedir a mi amor —sonrió mirándome.
—¿Y no podías ir al aeropuerto? —rió Mia lavando su plato.
—No.
Max había dejado sus maletas en el auto antes de entrar, y Derek la noche anterior, así que por primera vez en la vida, Mia estaba siendo ingenua.
Wow.
Joseph había quedado en vernos en el aeropuerto a las seis ya que le quedaba más cerca, así que cuando todos estuvimos listos, empezamos a guardar las maletas en la camioneta —o carcocha, como me gustaba llamarla— de papá.
—Ay, mi bebé —estiré el labio inferior cargando a Pedrito—. Papá se quedará contigo, incluso te llevará al teatro. No vayas a morder el vestuario —Lo besé y luego Mia lo cargó.
—Adiós, bola de pelos, sigue siendo un corazón tendido al sol.
—¿Qué dices, Mia?
—Lo puso una chica en internet —Se encogió de hombros y salió de la casa.
—¿Por qué la rara es tu mejor amiga? ¿Eh?
—¿Por qué la rara te gusta? ¿Eh?
—Touché —Me señaló e hice una reverencia, salimos de la casa para cerrar. Llevamos a Pedrito y papá se quedaría con él en la puerta ya que debía volver al teatro.
Sí, a las seis y media de la mañana.
Entonces luego de despedirnos de papá, mientras Christine y su hermana me daban «espacio», el desastre empezó.
—¡Capi! —Corrí a abrazarlo mientras él correspondía sonriendo.
—¿Cómo estás? Emocionada, claramente.
—No puedo dejar de moverme —chillé saltando en mi sitio y puso la mano sobre mi cabeza para que me detenga.
—Lo noté —rió bajito soltándome sacó su teléfono, hizo una mueca y miró al vacío.
—Eh... ¿Estás imitando al pensador o qué? ¿Por qué ves al horizonte, Capi? —Me miró y negó con la cabeza sonriendo.
—Mamá dijo que vaya yendo y ella llegaría a despedirse. No me molesta que no lo haga, me molesta que me diga algo y no lo cumpla.
—Bueno... Si te dijo que vendrá, vendrá —acaricié su mejilla y sonreí.
—Gracias, Muffin —besó mi frente y tomé su muñeca para unirnos al tumulto.
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Eterneco
Teen FictionCuenta la leyenda, que en alguna ciudad de Counterville, una fabulosa chica decidió que era momento de poner el mundo bocabajo. Madre militar y padre actor, ¿qué podría salir mal? Tener a su hermano tal vez, pero ese es otro tema. Estudiante de coc...