Capitulo 7

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- ¿Entonces sois de los buenos? -  le dije a David despues de una serie de innumerables preguntas absurdas.

Me habia llevado a una sala de cristal, situada en medio de una plaza. Podíamos ver todo lo que pasaba a nuestro al rededor, pero la gente del exterior no nos dirigia una mirada siquiera. Era una habitacion silenciosa, probablemente insonorizada, puesto que en el exterior se hayaba un gran alboroto donde niños queb corrian y saltaban y la gente charlaba a nuestra vera.

- Debes saber una cosa - respondió David- aqui no hay buenos y malos, bueno ni aqui ni en ninguna parte. Hay gente que trata de hacer lo correcto y lo consigue y gente que fracasa en el intento. Nadie pretende hacer algo malo, casi nadie, normalmente solo intentamos hacer aquello que creen que venecifiara a mas gente - Dijo, mas calmado de lo que estaria yo de encontrarme frente a un niño que no paraba de preguntar estupideces.

- No lo entiendo - de nuevo, otra estupidez

- Ya lo irás cogiendo - dijo con tono burlón.

Aquella respuesta me enerbaba, nunca respondia a mis preguntas, no respondía a mis dudas en absoluto. Solo fingia que yo acabaria por entender todo, por arte de magia.

-¿Pueden vernos? - pregunte observando a la gente del exterior.
Seguia fascinado. Y cada vez mas inteigado

- No, estamos cubiertos por un aura, para evitar conflictos, aunque raramente ocurren - dijo con tranquilidad - ¿Alguna pregunta mas?

- Sí, ¿Por qué me habeis traido aqui? - dije rapidamente.

Llevaba tiempo contestandome a preguntas, pero eran simples e incluso un poco obvias, pero aun no entendía cual era mi papel en todo aquel asunto.

- Mmm - meditó un segundo - digamos que das un perfil con el que muy poca gente cuenta, y queremos que te unas a nuestro bando.

De nuevo hablaban como si fuera especial. Como si mi existencia hubiera sido creada por y para eso. Pero no terminaba de entender ¿Que me hacia diferente?. En realidad había muchas cosas que no entendia.

- ¿Yo... - vacilé - ¿Bando?

No supe a que se refería con todo aquello, bandos, halos, candidas... Estaba sobrecargado de una informacion aparentemente absurda y subrrealista. Quiza al fin y al cabo resultaba que si se trataba de un sueño.

- Sí, queremos que luches de nuestro lado, creemos que tus capa...

Continuó hablando, y aunque todo lo que decía me interesaba extraordinariamente, dejé de escuchar. Mi vista permanecia fija en una mujer al otro lado del cristal, edtaba parada al final de una de las calles perpendiculares a nosotros, la gente padaba por delante de ella, mientras tanto permanecía parada, inmovil, con su vista clavada directamente en mi.
Por un monento pense que sus ojos no se dirigian a mi, que miraria algo al otro lado del cristal, al fin y al cabo no podía vernos. No, estaba equivocado, no habia duda de que me estaba mirnafo a mi, sus oscuros cabellos caian a lo largo de su cara tapando la mayor parte de su rostro, pero sus ojos, tan azules como el mar, se veian con claridad pese a la distancia que nos separaba. Me estaba atravesando con la mirada, percibi odio y colera, y senti un escalofrio en todo mi ser.

- ... De acuerdo? - preguntó David

- Si... - dije distraido, de repente todo lo que él decía habia perdido importancia - ¿Quien es esa mujer? ¿Puede vernos?
No me atrevía a apartar la vista de ella, sentia que en cualquier momento se iba a desvanecer.
David se recolocó mirando a la mujer, despreocupado.

- No, eso es imposible. Los sitemas de seguridad son infalibles, ningun ciudadano corriente podria franquearlos. - respondió con absoluta seguridad.

- Me esta mirando - afirmé

- No - respondió David con tono autoritario

-Sí - aseguré - ahora vengo.

Me levante de la silla de un brinco y me dirigí hacia la puerta. Pero antes poder abrirla David me agarró del brazo.

- No es buena idea - dijo y juraría que sonaba... ¿Asustado?

Su inexplicable miedo convirtio mi curiosidad en panico, pero necesitaba saber quién era esa mujer.

- Voy a ir. - dije escabullendone de su mano.

Abrí la puerta y salí de alli con paso firme. Ella seguía mirandome, ya no habia duda, por supuesto que me estaba mirando a mi. Me acerqué lo suficiente para ver su rostro completo. Su pelo moreno recogido en largas trenzas caia por su cara, unos ojos azules resaltaban entre la oscuridad de su tostada piel, y la dulzura de su rostro estaba cubierta por una mascara de amargura.

- No te acerques mas - dijo la mujer, con voz suave y sosegada - no me puedo creer que hayas tenido el valor de volver. Traidor asqueroso.

Me quede mudo de asombro. ¿Traidor? Ni diquiera la conocia. Quise hacer algo, pero en el momento en el que abri la boca para habalr
, tal y como me temia, se habia desvanecido.

Frío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora