Capitulo 8 Cordelia

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Sentada sobre el suelo de madera mojado, un poco descolorido, leía. Se sumergia en aquellas historias que a Lucas tanto le gustaban.

Sientió un escalofrio, llevaban todo el dia vigilandola, pero hasta aquel momento ella no se habia dado cuenta. Levanto la vista del papel y se sobresaltó. Siete hombres la rodeaban. David en el centro, parecía liderarlos. Le entró al panico. Quiso gritar y trató de hacerlo, pero nada salio de su boca. Trato de correr pero su cuerpo permaneció impasible.

- Sientate y escucha - dijo David, y tras una sacudida su cuerpo quedo sentado en el suelo. Ella seguía deseando huir.- Tu vuelta no está en nuestros planes. No te interpongas.

Se sentia atada, amordazada. Aunque aparentemente no lo estaba. El sentimiento de impotencia rabiaba dentro de ella. Gritaba desde dentro con toda su alma, pero su cuerpo no reproducia nada de aquello. Permanecía con un semblante tranquilo y en completo silencio.

-No vamos a volver a repetirtelo Cordelia. Sal de su vida.- dijo un hombre situado a la derecha, con bigote y un rostro pálido y frio. - te damos 3 horas. Si para entonces sigues aquí, las consecuencias las pagaremos con él.

No hacía falta que mencionaran a Lucas, Cordelia sabía de que estaban hablando.

Comenzó a llorar, en parte de rabia y en parte por el extremo miedo que sentía. Sabia quienes eran aquellos hombres y sabía de lo que eran capaces. Las instrucciones eran claras. Debía marcharse. Por su bien.

- Haz lo que te decimos y nadie saldrá pergudicado.. - amenazó el hombre que había hablado en primer lugar.

Asintió. "Por favor, no le hagais daño" pensó.

- Un trato es un trato - dijo david esbozando una media sonrisa. - vivirá una vida normal. Jamás notara nuestra presencia

Mentian. Pero Cordelia decidió creerlos. Asintió. Las lagrimas seguian empapando su rostro. Se secó los ojos con la manga del jersey y cuando levantó la vista, la sala estaba vacía.

No necesitaba aquellas horas. Se marchó de inmediato. Metió sus cosas en una mochila y recogió su maleta aun sin deshacer. Y dirigiendose a la puerta, se quedó inmovil y temblando. Lucas acababa de llegar.

Frío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora