Aomine Daiki.♡ Bulletproof love.

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¿Recuerdas el día que la citación llegó a nuestro blanco buzón? Recuerdo que el mundo se nos vino encima, que yo sentía que me encontraba en mitad de un gran océano del que no existía posibilidad de rescate...pero tú fuiste fuerte, fuiste fuerte por los dos, aunque debía haber sido yo la que lo fuera  por tí...fuiste tú el que acabó consolándome como siempre sueles hacer desde la primera vez que nos conocimos. Pero a pesar de todo el dolor y la angustia...había algo que tenía muy claro en mi mente, que jamás volvería a amar a otro hombre como te amé a ti, que pasara lo que pasara en esta jodida guerra...mi corazón siempre estaría contigo...aunque el tuyo dejara de latir.


La suave luz de las velas inunda la pequeña habitación dándole un ambiente mucho más cálido y romántico a la estancia, las cortinas están corridas del todo, como si os preocupara que la luna pudiera ser testigo de lo que ocurrirá esta noche; la puerta que siempre suele estar abierta hoy está cerrada, incluso has colocado el pestillo, preocupada por si el pequeño duendecillo que habita la casa decidiera haceros esta noche una visita inesperada.


Hoy es la noche. La última noche que Daiki pasará en casa. Aún recuerdas el día que encontraste la carta de reclutamiento en vuestro buzón, recuerdas el sello del gobierno impreso en el sobre, recuerdas cómo se te heló la sangre en las venas al ver el nombre de tu marido impreso en tinta negra, recuerdas haber querido reducir ese papel a pedazos, rompiéndolo, quemándolo, pisoteándolo, cualquier cosa que te permitiera destruir la única prueba de que la citación había llegado a tu buzón. Echabas de menos los días en los que todas las cartas que recibías eran facturas, publicidad y alguna que otra multa por exceso de velocidad. Recuerdas haber llorado delante del buzón, haberte caído de rodillas en la hierba del jardín de casa, no sabes cuánto tiempo pasaste allí, solo que solo fuiste capaz de calmarte cuando Daiki volvió a casa y te encontró en ese estado. Primero te llevó dentro de casa, intentó calamar tus sollozos, pero cuando le entregaste la carta su rostro palideció y no fue capaz de articular ninguna otra palabra hasta el día siguiente.


Querías poder culpar a alguien...pero... ¿a quién culpar cuando el sistema económico actual se derrumba? ¿A quién culpar cuando los países tienen una deuda mucho mayor que su producto interior bruto? Deudas que les es imposible pagar, por lo tanto dejan de hacerlo y como consecuencia los países que les prestaron dicho dinero declaran la guerra.


El dinero, la fuente de todos los males del sistema capitalista, y a la vez uno de los mejores inventos del ser humano.


Una cálida mano sobre tu mejilla te arranca de tus pensamientos, obligándote a volver al presente. Estás en la habitación que compartes con Daiki, él lleva puestos solo sus vaqueros y unos calcetines y ahora mismo está tumbado a tu lado en la cama de matrimonio en la que dormís juntos todas las noches. Tú por tu parte llevas puesto ese conjunto de lencería que sabes que le vuelve loco, el que te regaló el mes pasado como motivo de vuestro séptimo aniversario. Miras a tu marido con una sonrisa forzada en el rostro y posas tu mano sobre la suya, él se inclina hacia ti juntando vuestros labios con suavidad. Siempre te ha gustado besar a este hombre, sus labios son tan suaves y carnosos que una vez has entrado en contacto con ellos te es imposible despegarte, es como besar un algodón de azúcar, y cuando muerdes su labio inferior...es simplemente una sensación inefable.


Las mano que el chico tiene en tu mejilla comienza a descender, hasta situarse en tu nuca, levanta lentamente la mano hasta tenerte en la posición que quiere, dejando tu cuello al descubierto, es entonces cuando sus besos se deslizan hasta tu mandíbula, dejando pequeños regueros de saliva por su paso, te mordisquea ligeramente la piel y después baja hasta tu cuello, besándolo y después succionando con fuerza, dejando así su marca en ti. Daiki se aparta un poco para admirar su creación y sonríe satisfecho para momentos después pasar la legua por la piel enrojecida y por último depositar un beso en la zona.

Kuroko no basket lemon one shots.~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora