8 MESES DESPUÉS.
Eran las 8 a.m y yo estaba más nerviosa que Abby seguía su caso como si fuera una jodida serie policial de esas que estaba tan acostumbrada, la diferencia, esto es la vida real. Mi mejor amiga había trabajado duro en esto; mientras yo seguía desbordada con todo lo que había pasado siempre tratando de tener la mente ocupada con mucho y mucho más trabajo.
Pasaban las horas y todavía no tenía un solo llamada de ella, el reloj corría y el olor café indicaba que ya era tiempo de ir a la oficia. Era una religión gratificante tener que ir al closet a elegir ropa, para esta mañana un poco fresca, había elegido mis ligueros de encaje con un vestido ceñido al cuerpo, muy formal y los zapatos y la cartera en un color terracota. Dejé mi cabello en una media coleta; sólo un poco de base y rímel. Hoy iba a tener un día bastante agitado. Y salí rumbo a la oficina.
MI trabajo como ambientalista demandaba casi mi tiempo completo, y cuando no estaba en la oficina tenía a la lora de Abby comiéndome la oreja para que saliéramos y conociera cada ''buen partido'' que ella creía que era el indicado para mí. Mi amiga era un tanto enamoradiza y después de lo de Tom, ella creía que todo se solucionaría en mi vida con algo de alcohol y una noche de sexo.
Definitivamente esa no era yo. No ahora.
Suena Coldplay en mi celular, miro la hora, la mañana se me había pasado volando; eran las 3pm y Abby del otro lado, con la voz que usaba exclusivamente para la corte y su rol de abogada me dijo.
— Jane, prepara tu mejor vestido y tus mejores Prada. Tu mejor amiga ha ganado el mejor jodido caso de su vida.
Completamente con la voz seria de toda una profesional dije
— No dude ni por un segundo que el caso no iba a ser tuyo, eres la mejor jodida abogada de todo Boston.
— Thank you bitch. Respondió con arrogancia, ella sabía cuan increíble era. Paso por ti a las 7 p.m
— Pequeña estaré esperándote, y cómo con tu caso has ganado mucho dinero, hoy invitas tú. Me reí, no le di tiempo y corté.
Estaba tan feliz por ella, esta noche la celebraríamos a lo grande. No me había dado cuenta de que estaba tonteando en la oficina cuando pasa Dylan, un compañero, y golpea mi ventana.
Dylan era un excelente compañero, pero realmente hoy no estaba de humor. Lo eché disimuladamente, acorté su conversación con monosílabas y THANK GOD, él se fue.
Lo malo de estar en la oficina era que mis compañeros me acechaban como hienas hambrientas sólo por el hecho que no tenía un anillo en mi dedo que indicara ''estoy comprometida'', sobre todo era insoportable mi maldito jefe que cada dos palabras trataba de ligar conmigo. Lo peor, es que ese hombre podría ser mi padre, era repugnante como cada vez que me decía algo sus ojos vagaban sobre mi camisa o mi boca.
A S Q U E R O S O.
Hace meses estaba trabajando en la contaminación del Charles River, yo me estaba alojando en mi casa de West End a unas 7 cuadras de río y la oficina ambiental del estado de Boston estaba para ser más exacta a unas 6 cuadras, un lugar bastante estratégico ya que podíamos ver varios espacios naturales de la ciudad que nos permitía seguir de muy cerca varios caso de contaminación masiva sobre el río y espacios públicos de la ciudad.
Cuando tenía unos 10 años hubiera asegurado que mi vida iba a estar dedicada al arte por completo, mis padres siempre habían apostado sobre mis hermanos y yo sobre la música, la fotografía y la danza como prioridades en nuestra vida. Uno de mis hermano era un excelente pianista y el otro tenía una habilidad increíble para sacar música de cualquier instrumento que cayera en sus manos, y bueno yo quiero creer que después de tantos años en conservatorios algo de arte quedó en mi pero es otra historia. 14 años después, si bien seguía haciendo algo de arte para poder despejarme me dedicaba en absoluto a mi trabajo ambiental.
Desde que trabajo para el estado este es el primer gran caso que me habían dado, el Charles estaba sufriendo una contaminación masiva de un 58,43% sobre 100% en menos de un año y no se encontraba una respuesta concreta ante esto, nadie sabía cómo o porque de repente la taza de contaminación había subido a un nivel elevado y si alguien lo sabía, evidentemente habían comprado su silencio porque decenas y decenas de archivos habían desaparecido.
Lo peor de todo esto, es que el Charles había dejado ya 3 casos de muertes y no iba a soportar uno sólo más.
Trabajaba incansablemente día y noches, y horas y horas de investigación en esto.
El trabajo era una excusa para no pensar ni sentir. Era extremadamente buena en controlar mis sentimientos, no me permitía sufrir... no quería sufrir.
Mi día laboral había terminado, y todavía teníamos una noche por delante con abby para festejar, y esta mujer sí que sabía lo que era la fiesta, nada era aburrido con ella.
Eran los 7 p.m y PUNTUALMENTE suena el timbre de mi casa, y ahí estaba mi amiga, mi mejor amiga con una sonrisa de oreja a oreja y nos fundimos en un abrazo.
— ¡Por todos los cielos Jane hoy casi pierdes a tu amiga! AYYYY! Lo he ganado, acabo de dejar a una empresa en quiebra, nunca lo habían imaginado.
Veía su cara y era exactamente cómo una niña de 6 años cumpliendo años, ella estaba tan jodidamente feliz, y yo eran tan feliz por ella.
— Oh por dios abby, sabemos que eres la mejor abogada de todo Boston, nadie podría haber terminado una carrera de 6 años en 3 sino fuera jodidamente talentosa para dar vuelta todo a tu favor e inteligente. Me rio.
— Mi querida Jane, déjame decirte hoy la noche es nuestra y te conseguiré algún que otro hombre lindo para que abandones tu casi virginidad.
Me reí, me reí con todas las fuerza, que bien se sentía.
— Eres una perra.
— Perra y todo, tú no puedes vivir sin mí.
Seguimos hablando de minorías y demás cosas.
Cada una iba a ir en su auto, ya que Abby tiende a abandonarme en la mitad de las noches cuando casualmente encuentra algún compañero de cama. Pero no esta vez, ella me dio las llaves de su auto y deberíamos ir en el mío. No voy a decir que soy una fanática desmedida de los autos, pero sí YO AMABA mi audi A1 negro.
Abby me da la dirección de un costoso y lujoso restaurante, -realmente me pareció raro, ella no de la clase de chica de estos lugares; es mas estos eran los típicos lugares dónde veníamos a comer en alguna celebración especial. La maldita perra tenía algo en las manos y yo no lo sabía. Le iba a dar el beneficio de la duda.-
— Abby ¿por qué vinimos aquí?
— Oh , no te he dicho, es que primero comeremos con mi cliente, ellos van a ofrecer una cena de cortesía.
Quise matarla, pero cuando yo fuera a juicio bueno... ella estaría muerta para ser mi defensa judicial y yo terminaría presa...
Lo peor, recién comenzaba la noche.
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No hay nada después de ti.
RomanceSi estás buscando amor, tienes que saber que él aquí no está. Solía creer que el amor lo conquistaba todo. No quiero verte ir, quiero verte reír. Dime que ahora no es el final... Porque a veces irse de algunos lugares, también es cuidarse. Alejarse...