Parte 4

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WILL

Ruedo sobre la cama y estaba vacía; abro los ojos de repente y no la encuentro. Mi corazón se dispara.

¿Se habrá ido?

Me pongo un pantalón corto para que no me notara la erección que tenía, porque, infiernos dormir con una mujer así te vuela la cabeza.

Miro la hora de mi celular, son las 10 a.m de la mañana de un sábado, tendría que estar de camino a la empresa.

Bajando las escaleras me invade el olor a café fuerte, lo primero que pensé fue en mi nana pero eso era realmente extraño porque estaba seguro de que ella se iba a tomar la semana. Sigo bajando y ahí estaba ella hablando por teléfono, con el pelo suelto, mi camisa, descalza, su cara al natural.

Que linda se veía mi cocina con ella ahí, y que difícil me seguía siendo tratar de ocultar mi erección.

— Buenos días. Hice que se sobresaltara sin querer. Lo siento Jane.

Ella me hizo seña con las manos para que le diera un segundo para terminar de hablar. Hablaba creo que de su auto, y creo que con abby por como la trataba. Da igual, pretendo charlar con ella.

— Buenos días Will, yo me tomé el atrevimiento de hacer café. Respiro profundo, como si estuviera avergonzada. Yo sólo quiero pedirte disculpas, no recuerdo realmente que pasó. Ella se ruborizó. De igual manera discúlpame, no encontré mi ropa y tomé una de tus camisas. Yo ya debería irme.

— Jane, de verdad no pasa nada. Disculpa me a mí que tuve que sacarte tu vestido, pero es que estabas demasiado mojada y te ibas a enfermar y bueno me ibas a empapar la cama.

De repente cuando dije todo esto, tocio, y se atragantó con el café.

Jane, ¿Estás bien? Di la vuelta a la mesada para ayudarla.

— Sí Will, discúlpame sólo que me sigue avergonzando un poco el hecho de que dormí con un completo desconocido, que me haya levantado casi borracha y encima me sacara el vestido, pero luego de eso estoy perfectamente bien. Notaba la ironía en la voz.

— Ok, sé qué es raro pero creo que podemos empezar de nuevo.

Ella me miro realmente raro, cómo que si me hubiera dado algo. yo hablaba con total normalidad, y ella me seguía observando cómo si jamás o muy pocas veces se hubiera emborrachado.

— ¿Empezar de nuevo? Y cuando me preguntó hizo esa cosa con sus ojo color miel, cómo si me mirara realmente, cómo si no viera al jodido Drake, ella tenía ojos gigante casi como una lechuza. ¡¿ Y POR QUÉ ESTOY PENSANDO EN LECHUZA?!

— Sí, empezar de nuevo. Observa me. Carraspeo mi voz de recién me levanto, no me veía para nada serio pero traté de hacerla sentir un poco más cómoda. Tenía el leve presentimiento de qué Jane y yo nos íbamos a ver seguido. Soy William Alex Drake, tengo 26 años, empresario y actual socio de mi padre, deportista, amante de los animales, la buena música y la fotografía. Y por supuesto mi amor Aston Martin.

Lo logré. Sonrió.

— William un placer conocerte, Jane Brooke Keen 24 años, ambientalista, amante del arte y el buen café por las mañanas.

Se levantó de la banqueta para estrechar mi mano, joder que bien que se veía.

Me sirvió una taza de café, y la acepté gustoso me senté del otro lado de la barra y comenzamos a hablar, hablamos desde las insignificante flor hasta la economía mundial.

Ya ninguna mujer lograba sorprenderme, pero wow esta mujer podía hablar hasta de autos y todo lo que sabía era algo increíble, y era magnifico ver qué cuando hablaba de algo que realmente le gustaba sus pupilas dilataban y sus ojos levemente se volvían brillosos, simplemente magnifico.

Mi teléfono no paraba de sonar, era la secretaria de mi padre.

— Will, creo que debes atender. Quizá es importante.

— Es la secretaria de mi padre, es que debía estar a las 8 a.m en la oficina y bueno me he retrasado... puse cara de inocente

su cara de preocupación lo fue todo.

— Lo siento mucho, te he quitado demasiado tiempo... enseguida me iré voy a buscar las llaves mi coche. Revuelve en su cartera y se detiene enseguida. ¿Dónde está mi coche?

Me rio.

— Jane es que anoche pinchaste la rueda de tu auto. ¿No recuerdas?

Larga una grosería. Me rio aún más.

— Y cómo tú no estabas borracho, dime ¿dónde está mi coche?

— Lo mandé arreglar, hice que se lo llevara la grúa, ya para la tarde está. Dime en qué dirección puedo hacer que lo dejen y lo haré.

— No will, olvídalo me mira con suavidad pero realmente es preciosa, ya demasiado que tuviste que cargar con una borracha acuesta y total desconocida y realmente agradezco tu acción pero ya no quiero causarte más estorbo.

ERES EL ESTORBO MÁS CALIENTE QUE HE TENIDO JANE BROOKE KEEN. Eso lo pensé.

— Keen olvídalo. Esta tarde tendras tu auto. Sino me das tu la dirección, la averiguaré. Eso ni lo dudes.

— No te atreverías. POR FAVOR KEEN NO ME DESAFIES. Y me miró, me miró para que le siga el juego. Y a mi me encanta jugar y me encanta ganar.

— Jane tu no tienes ideas que lo que soy capaz... y soy muy cabezota pero ante todo todavía soy caballero y si te digo que por la tarde dejo tu auto, por la tarde dejaré tu auto arreglado.

Oh sí cariño, si tu puedas coquetear desafiándome, yo también puedo jugar; después de todo es un juego de dos. 

No hay nada después de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora