Will.
Yo no podía creer lo que mis ojos veían. Esta mujer iba mucho más allá del límite. Me carcajee de sólo verla.
— Bella y preciosa Jane de todas las mujeres que han corrido a su puerta para mi encuentro, que han sido muchas, ninguna salió desnuda por mi. Es realmente muy gratificante— dije apoyando las dos manos contra el marco de la puerta.
— Entonces creo que es tu día de suerte.
— Joder mujer, deberíamos llegar en 30 minutos a la fiesta y tu solamente estás en tus bragas. — automáticamente se paró en la escalera antes de seguir y me respondió.
— Alto ahí Drake, porque tu realmente no estás seguro que tenga mis bragas puesta, o que esté completamente desnuda.
Mierda santa, en qué momento está mujer dejó de ser una fría y correcta chica a coquetearme abiertamente de esta manera. Tampoco me interesa averiguarlo y ahí fui por ella como un tigre hambriento.
Caminé el reducido espacio que había entre nosotros, y cómo yo soy más alto que ella sólo subí un peldaño de la escalera y estábamos a la misma altura. La miré seriamente y me le acerqué a su oído y susurré.
— No juegues con fuego Jane, porque me encantaría saber que debajo de esa toalla no tienes absolutamente nada.
— Y tu Will, no te das una idea de lo que me divierte quemarme y de lo que me gustaría tenerte descubriendo lo. — y plantó
un beso en la comisura de mis labio y guiñó su ojo siguiendo su camino para vestirse.
No pude contener el calor que subió por mi cuerpo y la espectacular sensación que mi cuerpo reaccionaba tan bien al suyo, ni contar de que estaba duro como la puerta y que con mi apreciado traje se notaría inclusive a 3 km a la redonda.
Miraba el reloj y se estaban pasando demasiado rápidos los minutos y más tarde se nos hacía para ir al compromiso.
Pasó la media hora.
Está mujer me estaba desquiciando. Subí la escalera, y había varías puerta sobre el pasillo, lógicamente caminé hasta la que salía luz.
Y miré el entorno, y había una cama de dos plazas con sábanas en color champagne toda deshecha, con mucha ropa encima. Sobre una de las paredes había un placar de cuatro puerta incrustado sobre la misma y también había una puerta que era un baño. Sobre la otra pared había un inmenso ventanal, desde el piso hasta casi tocar el techo y si mi ojo no ve tan mal le faltaba unos 30 cm, te permitía ver gran parte de Boston. No había nada muy personal, sólo algunas fotos sueltas, pero nada de gran detalle, las paredes eran de color manteca, nada pretensioso o llamativo. Y en medio de todo eso, estaba Jane de espalda a la puerta de entrada, dónde se estaba mirando en el espejo. Y Sí antes estaba duro, creo que ahora será un parto estar cerca de esta mujer toda la noche. Tenía una tanga color piel de encaje, y un hermoso culo que coronaban aquellas piernas preciosa, que le seguía una preciosa espalda. Se calzó en unos zapatos negros de tacon altísimos y agarró de todo el desastre de la cama algo demasiado rojo.
Se enfundó en un mono rojo largo el cual tenía un gran pero gran escote sobre su espalda redondo.
Se me secó la garganta y tosí.
Jane se dio vuelta, sosteniendo la parte del mono adelante para cubrirse el pecho.
— Drake, ya que aprecias el espectáculo, hazme el favor de cerrarme el botón del cuello por favor.
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No hay nada después de ti.
Roman d'amourSi estás buscando amor, tienes que saber que él aquí no está. Solía creer que el amor lo conquistaba todo. No quiero verte ir, quiero verte reír. Dime que ahora no es el final... Porque a veces irse de algunos lugares, también es cuidarse. Alejarse...