Parte 3

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Jane.

Se había hecho un silencio absoluto cuando volví, de esos silencios cómo si hubiera irrumpido sobre algo, estaban todas las miradas sobre mí.

Cuándo enfoqué la vista estaba parado él, mirándome detenidamente. Exactamente él parecía sacado de alguna revista de modelo con cara de niño malo pero sumamente mimado. Su camisa blanca desprendida en el primer botón con el saco negro que parecía ser un negro mate desabrochado como para descontracturar su look y un jean oscuro al cuerpo con unos borcegos también negros, definitivamente parecía ser sacado de alguna revista. Su cara era una mezcla de arrogancia y suspicacia, sus ojos verdes azulados eran un mar profundo, su pelo castaño oscuro daban un aspecto de rebelde tan natural, su barba tenía varios días así mismo enmarcaban su boca de labios finitos y una sonrisa totalmente perfecta. La camisa y el saco parecían adornar sus anchos hombros que parecían tan fuertes, el blanco resaltaba el color de su piel del quemado del sol y su cuello dejaba entrever su nuez de Adam tan masculina, siguiendo el recorrido con mis ojos, su pantalón negro ajustaba las partes necesaria para notar su musculatura por sus piernas. Absolutamente era de esos hombres que no hacía ningún esfuerzo en ser lindo pero joder, eran jodidamentes lindos, su ropa que parecía ser que se habría arreglado horas pero no, lucía tan fresco, natural. Él era desconcertante, era realmente precioso casi un adonis. Cualquier modelo lo habría envidiado, y sí habría tenido razón.

Me di cuenta que sostuve la respiración cuándo él me miraba. Se me secó la boca. No sé si era mi imaginación pero creo que olía como el agua, cómo agua cuando uno tenía sed en medio de un desierto.

Y sentí su voz.

— Bueno, estamos todos y ya podemos comenzar. ¿Cierto Stephan? - ¡¿quién era él?! ¡¿y quién cojones eran Stephan?! QUIERO MATAR A ABBY.

Asumo que el hombre de gafas, cuasi canoso y de traje gris muy correcto era Stephan el cliente de Abby. Habló dirigiéndose a Abby.

Primero la miró a ella, y luego a mí.

— Bueno, si estamos todos podemos comenzar. Señorita la invito a sentarse con nosotros.

Ok, ahora estoy con la cara bordo.

Todos se sientas, y el único asiento que queda libre es frente del modelo de calvin Klein que no conozco su nombre. Abby está sentada a mi derecha y me mira riéndose. Es una maldita perra.

Siento su mirada clavada en mí, cuando levanto la vista él está ahí justo dónde creí, mirándome y me sonríe pero yo no.

La cena estaba yendo de maravilla, la familia Traynor homenajea constantemente a Abby y realmente me pongo bien por ella no pararon un segundo en agradecer su trabajo.

Cuando todos terminamos nuestros postres y las camareras viene a servirnos el Champagne el señor Traynor y su esposa se levanta de la mesa para decir unas palabras. Me desconcentre en el maravilloso perfil griego que tenía y cuán perfecta y simétrica era su cara.

Los aplausos me hacen salir de mi burbuja acosadora y en eso aplaudo yo también pero sin entender nada, cuando escucho que abby agradece por hacerla parte de la empresa y que ella no los va a defraudar. OMG. No entiendo nada.

Voy al baño pero elijo el de la planta de abajo.

Miro mi cara en el espejo tengo las pupilas dilatadas y no sé qué es lo que pasa, siento mi sangre bombear y creo que hasta puedo sostener el latido de mi corazón en mis oído. Estoy nerviosa y no sé por qué es totalmente injusto que alguien que no conozco esté haciéndome todo esto. Es alguien más, sólo alguien más. No me sentía así desde... desde bueno no importa. Cuando salgo del baño, está esperando Abby con él y Nicholas.

— Jane, déjame presentarte por favor. – él nota mi nerviosismo y cómo me cuesta tragar, joder me transpiran las manos, FOCALIZATE JANE- William Drake –que bien que suena W i l l i a n D r a k e, casi tan bien cómo él. – y él es Nicholas Traynor.

— Un gusto conocerte Jane –carraspea a la espera de saber cómo es mi apellido, y mientras espera tiene sus ojos fijos en mi-

— Brooke. Jane Brooke – digo apresurada y estampa un beso mi mano cómo si estuviéramos en otra época, y cuando posa sus labios sentí calor, calor en todo el cuerpo y en partes que absolutamente debería sentir.

En eso habla Nick.

— Jane, encantado estoy de conocerte Abigail habla mucho de ti, pero sólo estrecharé tu mano como alguien normal y no haré lo que hizo el perro faldero de mi amigo.

Oh, realmente me agradaba este chico. Me reí

— Bueno basta de chacharas – dice abby – nos vamos de fiesta. Veras Jane, te prometí una noche de fiesta, te daré una noche de fiesta y NO JANE – la perra me conocía- no puedes irte a ninguna parte, debo celebrar que gané un puto juicio y que ahora soy la abogada titular de su empresa y quiero celebrarlo con estos dos bombones y tú así que puedes empezar a mover tu lindo trasero a la puerta y nos vamos.

No tenía contra que luchar, ella siempre tenía la respuesta a todo y no aceptaba un no por respuesta.

Yo manejaba en mi auto con abby y por delante de nosotras iban Will y Nick para mostrarme el camino en su maravilloso Aston Martin v12 zagato negro con sus vidrios polarizado que usa combustible biodegradable y por ende el humo del escape no era corrosivo para el ambiente. ¿QUIÉN COÑO SE FIJABA EN SI EL COMBUSTIBLE ERA BIODEGRADABLE? Ah sí, yo. Era ambientalista, y esa clase de detalles me gustaban. Sólo el detalle no él.

Llegamos un club, después de ubicarnos en la barra cada uno pidió su respectivo trago, y cómo mi instinto no fallaba sabía por deducción que él pediría un bourbon o un escoces aunque hay bastante diferencia uno del otro, pero él lucía de ese estilo.

Me basta decir que yo sólo quería un poco de vino blanco dulce, pero no, ahí debía de estar abby obligándonos a los 3 a tomar tequilas y claro que sí ellos se lo iban a tomar y yo no podía quedarme atrás. Fueron 3 rondas seguidas de tequila y yo al último ya casi ni lo pasaba.

Sentía mucho calor por todos lados, de seguro tenía las mejillas demasiado rosa y bastante simpática estaba gracias al alcohol. La música sonaba a todo volumen y arrastré a los chicos a la pista, abby bailaba con Nick acaramelada mente y bueno yo bailaba sola y en frente mío Will que me miraba y se reía, él volvió a la barra y me miraba cómo bailaba cómo hipnotizado y la música se puso lenta y romántica y todos se movieron a buscar pareja –sólo Abby y Nick ya estaban juntos- y cuando un chico rubio alto y que apestaba todo transpirado me agarró cómo para bailar con él Will se cruzó delante y me tomó de la cintura y le habló.

— Lo lamento campeón ella está conmigo. –lo miró cómo desafiándolo a contradecirlo. –

En estos momentos la cordura, la racionalidad y el sentido común se había de mi cabeza, directamente no existían y realmente tampoco me importaba estar en sus brazos y aunque todavía estaba un poco tensa, posé mis manos en sus fuertes brazos y recorrí con mis manos sus músculos. Tenía su camisa arremangaba y me dejaba ver algunos de sus tatuaje. Mierda Drake, ¿algo más deberías tener que me siga gustando? En mi favor sólo voy a decir que no sólo a mí me gustan los tatuajes. Seguí subiendo mis manos que quedaron alrededor de su cuello, y apoyé mi cabeza sobre su hombro, él olía tan bien. Me tomó más fuerte de la cintura, atrayéndome hacía él, pegándome con él. Y sentía mucho calor, desde la cabeza a la punta de los pies. Y justo cuando me iba a separar de él, porque esto no estaba bien comenzó a sonar Fix you y yo no podía hacer nada contra mi banda favorita. Simplemente no me resistí.

Y bailamos, y cómo para poder tener una excusa quería creer que él bailaba mal pero no, este hombre sí que sabía bailar y ya no había nada más que pudiera decir para no creer que era casi perfecto. Y bailamos, y los dos parecíamos agua, nuestros cuerpos iban juntos, fluíamos.

— Jane hueles tan bien- y respiro sobre mi cuello cerca de mi oído. Casi colapso.

Cuando abrí mis ojos, no sabía dónde me encontraba, y porque la noche había terminado tan rápido, dónde demonio estaba.

No recuerdo nada. 

No hay nada después de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora