Advertencias: Mi ortografía y creo que nada más...
-Capitulo 7 -
Llegaron a la casa y Alfred tiró, literalmente, su mochila por los aires sin importarle nada; se dirigió a la sala y se quedó estático en el lugar, Arthur por su parte solo que limito a seguirlo y observarlo un tiempo sin atreverse a hablar, por su cabeza pasaban mil y un preguntas que quería hacerle al muchacho, pero simplemente no se animaba a interrumpir sus acciones.
-Yo... no puedo creerlo, se supone... -Empezó diciendo el menor y no pudo continuar ya que Arthur lo había sujetado en sus brazos fuertemente -Old man... -susurró sorprendido.
-¿A quien le dices old man, brat? -Preguntó irónico el mayor -yo tampoco puedo entenderlo, pero eso no importa... -dijo mirándolo a los ojos.
-Tengo hambre, Arthur -soltó de la nada el chico cuando el abrazo se rompió.
El británico sintió un extraño dolor que dijera su nombre así y no con apodos ridículos como lo había hecho en el instituto, pero no le dio importancia. Caminaron hasta la cocina y Arthur abrió el refrigerador, se quedó pensando algo y luego se voltio para mirar a Alfred que lo miraba divertido.
-¿Qué tanto miras? -Alzo una ceja y sonrió levemente -No importa... ¿Qué quieres comer?- Preguntó como quien no quiere la cosa volviendo a mirar los alimentos que tenía.
- Burger Artie, Burger! -Dijo fuerte y empezó a saltar sobre la silla donde estaba sentado.
-Esta bien, esta bien, ya entendí -Dijo masajeado con una mano sus sienes y con la otra sacando las cosas del refrigerador.
Arthur preparó las hamburguesas que, obviamente no salieron iguales a los carteles de Mcdonald's, pero no se quejaba. Terminaron de comer y Arthur lavo los platos con la ayuda de Alfred que los iba secando a medida que se los pasaban.
El inglés y el americano se dirigieron al segundo piso y entraron a la habitación con los instrumentos que tenían en la casa; se sentaron en unas sillas que habían llevado una vez, uno frente al otro.
- Shoot, cowboy... -dijo Arthur haciendo una seña con su mano en forma de "pistola".
-Okay... ¿Cuál es tú color favorito? -Preguntó Alfred, sonriendo por lo de "cowboy".
-Green. Mi turno, ¿Tú comida preferida? - Preguntó sonriendo, ya que prácticamente habían vivido juntos desde siempre se conocían todo, pero el mayor solo lo hacia para poder escuchar la voz del chico y así poder creer que esto no era un sueño.
-Burger, of course -contestó divertido con el acento del inglés y levantando el meñique, como había visto hacer mas de una vez al mayor mientras tomaba su té -¿Por qué lees tanto? -Preguntó curioso.
Arthur se cruzó de brazos ante la imitación y trato de ocultar una sonrisa que apareció al escuchar al menor hablar con el acento británico -Porque me gusta que mi mente se despeje de la realidad y poder dejarla correr libre en un mundo diferente -respondió simplemente -¿Desde cuando sabes tocar música sin saber nada acerca de ella? -Se cruzó de piernas mirándolo con detenimiento, eso era algo que le llamaba la atención.
-Desde que tengo uso de razón -sonrió abiertamente orgulloso de si mismo -¿Cuándo fue que te volviste inmortal? -Preguntó directamente.
-Desde... desde 1777- abrió los ojos sorprendido, esa pregunta lo agarró desprevenido -pero eso no quiere decir que sea viejo, mocoso -contestó con sarcasmo y se cruzó de brazos -¿Cómo vas en el colegio? -Su rostro reflejaba seriedad.
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La Música, Mi Voz.
Teen Fiction¿Quien dice que un inmortal no puede enamorarse? Y de un mudo menos ¿No? Okay pues yo vengo a demostrarlo contrario. Comunicarse a través de la música puede ser complicado pero si tienes toda una vida para aprender y por quien aprender, te resulta l...