Deseo

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Capítulo 8: Deseo








'El deseo es un maestro: Cuando nos sumergimos en ello sin culpa, la vergüenza, o apego, nos puede mostrar algo especial en nuestras propias mentes que nos permite abrazar la vida plenamente. Un deseo es todo menos frívolo, no desear es intrascendente. Si te atrae, aunque sea un poco, tomará todo el mundo superior. Cada deseo es de gran importancia, con enormes consecuencias, y merece atención'.

Xx

El cielo es una imagen negativa de su belleza durante el día, azul medianoche con nubes se arremolinan como tinta negra derramada en el agua. Durante el día las nubes son tan brillantes, tan blanco puro, que incluso el más pálido de los cielos es el más oscuro de los dos.

La suave textura bajo su piel ardía, los delicados algodones no ostentaban la reconfortante sensación de siempre, es más, encendían, encendían cada superficie de la fina y nívea piel del rubio. Sus profundos ojos clavados en un mismo punto ordinario que reflejaban la propia incertidumbre que habitaba en la mente de Kibum.

Del lado izquierdo, del lado derecho, boca arriba, boca abajo. Había intentado de todas las maneras posibles hallar aquella posición ideal que lograra hacerlo conciliar aquel sueño tan esperado que su agotado cuerpo anhelaba, aunque su mente parecía querer todo lo contrario.

Su inerte cuerpo recostado sobre las sabanas estaba alejado de donde se encontraba su mente, su mente vagaba por los recovecos de aquel extenso campo, por cada rincón inhabitado donde los ruidos eran lejanos y la presencia ajena. Donde solo las amarillentas hierbas resecas y algún pájaro volando sobre aquellos cielos azules eran testigos de la pasión y el deseo que se daba entre dos personas, dos personas completamente diferentes una de la otra.

Ásperas manos circulaban cada pulgada de su tembloroso pero estimulado cuerpo nevado, sus ojos entrecerrados dejaban una fina línea blanca entre cada parpado dividido, sus labios levemente humectados por besos ardientes eran ahora punzados por la presión de sus dientes. Suaves líneas rojas caían sobre la ardiente espalda morena, delicadas manos sujetaban con fuerza la piel contraría, hiriendo con fuerza lo que su mente no podía hacer, apretando con enojo, enojo nacido de una pasión incontrolable.

El cuerpo de Kibum se entregaba una y otra vez ante las caricias ardientes de aquel nombre. Los suspiros y gemidos desesperados que escapaban de su orgullosa boca gritaban el nombre de otro hombre, su cuerpo ya no le pertenecía, no lo obedecía, ahora tenía otro dueño. Un hombre que lo llevaba hasta la cumbre del placer con el solo roce de su cuerpo, así como también tocar el cielo y el infierno simultáneamente. Un dueño con nombre y apellido

Kim Jonghyun.

Dueño de una pasión insaciable donde los prejuicios de clases sociales y económicas no existían, un lugar donde el rey y el peón desencadenaban a través de sus cuerpos una lucha por la lujuria, el deseo y el ímpetu.

Una lucha donde ninguno tenía nada que perder y al mismo tiempo todo.

Una lucha que al final tendría un vencedor y un perdedor.

Xx

06:00 AM.

Nubes grises dominaban el cielo de la mañana dejando parches transitorios de azul. A pesar de que eran en su mayoría blancos había un atisbo de enrojecimiento, una sugerencia de que la lluvia podía jugar un papel importante en el día por venir.

Pasión Cerril {Jongkey}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora