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La mañana está muy soleada.
Mientras que mi autoestima por los suelos.

En las 2 horas que llevamos despiertas no nos hemos dirigido ninguna palabra.

La miro, se ve tan entretenida en su celular. Mientras que yo sigo apretando el mismo botón de cambiar de canal.

Me aburro del tonto show de Stand Up y voy a la cocina. Sacando de la nevera una lata de Red Bull, Vodka y fresas.

Preparé una bebida con esas cosas y la llevé conmigo hasta el sillón en donde estaba anteriormente.

Poco a poco la bebida se iba acabando, dejando el último trago.

—No te quiero aquí, te vas —habla.

Oh, había olvidado que lo que tiene de dulzura también lo tiene de egoísta.

—¿Qué? ¿Me estás corriendo de mi propia casa? —la voltee a ver haciéndome la incrédula.

Ella apaga su celular y lo mete a su bolsillo.

—Sí.

Río sarcásticamente.

—Si quieres vete tú, este es mi departamento y yo no me voy —le digo regresando mi atención al asqueroso programa.

Tomé el último trago para después dejar el vaso en la mesa de centro.

—No. Tanto amas a tu querida Arabella ¿no? Pues ahora tienes la oportunidad de irte con ella —dice poniéndose de pie y apagando la tv.

Hija de puta.

—Con ella no te metas —me paré frente a ella en tono amenazador.

Fireside; lesbianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora