Rebeca—Entonces ¿Cuál es el precio?
—Doscientos dólares al mes, tiene todos los servicios y más aparté la comida.
—Bien, la quiero.
El departamento no estaba nada mal, era amplio y estaba a un par de calles antes de la escuela; tampoco estaba muy costosa.
—De acuerdo, mañana podrías traer tus cosas al medio día.
Me gire hacia el chico castaño, podría soportarlo, al menos no tenía que soportar a las perras de los dormitorios.
—Seguro, gracias — respondí de inmediato —Preferiría pagarte ahora, para apartarla en caso de que alguien más venga.
Busque un poco en mi bolso, saqué un pequeño sobre blanco y se lo extendí.
—Solo hay un par de "reglas" que seguir... — lo mire en silencio esperando a qué continuara —No hay nada de fiestas o cosas por el estilo, a menos de que ambos estemos de acuerdo, tenemos una señora de limpieza así que de eso no habrá problema y la mayor parte del tiempo no estoy por aquí, así que, te pido que no vayas a hacer algo muy estúpido.
Lo mire con el ceño fruncido, ¿Qué creía? ¿Qué iba a quemar el departamento o poner un club nocturno?
—No lo haría, estoy bien con todas las reglas; pero yo también tengo algunas cosas que decirte — me miraba sorprendido —Yo tampoco estoy la mayor parte del día, así que te pido que no toques mis cosas y el hecho de que seas mi Romiee no quiere decir que vayamos a ser mejores amigos ¿Se entiende?
Nos retamos con la mirada un par de minutos hasta que levanté una ceja y puso una sonrisa cínica.
—Creo que nos lleváremos bien...
— Rebeca Lahey— extendí mi mano y el la estrecho.
—Daniel Ross.
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