Capitulo 10

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Daniel

Me siento muy avergonzado por lo ebrio que estaba y que Rebeca tuviera que hacerse cargo de mi, me siento un estúpido porque me vieron la cara y no logro entender lo cómodo que me siento estando con Rebeca.

Hoy creo que ella salió, cuando fui a la cocina no se escuchaba ningún ruido y la cafetera estaba lista.

Se supone que tengo una práctica en una hora, sin embargo, Kevin dijo que se suspendieron... En buena hora, me evito dos molestias

1. Aún puedo sentir la resaca en mi.

2. No quiero verle la cara a el mal nacido de Marco y a la zorra de mi ex novia.

No debería expresarme así de ella pero se lo ha ganado.

Me tome sin pensarlo dos veces un par de Advil junto con un suero y fui a mi habitación dejándome caer en la cama, de nuevo.

...

Cuando abrí los ojos ya estaba atardeciendo, la resaca ya no estaba y en el departamento seguía el silencio.

Tomi mi celular de la mesita de noche pero al parecer esta muerto, lo conecté y camino a la cocina para ver que es lo que voy a comer.

Entro a la cocina para preparar un sándwich de pollo y servirme un poco de jugo, busco todos los ingredientes y los voy poniendo en la barra.

Tocan la puerta y arrastro mi triste trasero hasta la entrada del departamento, al abrir la puerta deseo no haberlo hecho.

Daniel, tienes que escucharme no era lo que parecía...

Camila me hace a un lado entrando a la sala antes de que yo logre detenerla y cierro la puerta, para que los vecinos no levanten quejas de gritos o algo así.

—¿No parecía que? ¿Qué te estuvieras revolcando con uno de mis amigos en los vestidores? O ¿Qué al final si resultaras ser la zorra que todos decían que eras?

Camila sólo me mira con una cara llena de incredulidad, jamás durante nuestro tiempo juntos le había hablado de una manera tan seca y grosera como lo estoy haciendo ahora.

En un inicio todos me habían dicho que no era lo que parecía, que no debía involucrarme con alguien tan fácil como ella, que ella no era para mi y no los escuche.

Dani, cariño, el me obligó — soltó un sollozo — o sabes cuanto agradezco que hayas llegado o no se... — solté una risa irónica.

Dani y una mierda ¿Enserio crees que voy a tragarme esa estupidez?

¡El quería abusar de mi!

Claro, claro. Se veía que sufrías mucho con su pene a mitad de tu garganta.

—¿Crees eso de mi?

Yo creo que ya no tenemos nada más que hablar, esto se acabo y espero no tener que volver a verte; no creo que me necesites demasiado cuando tienes al idiota de Marco contigo.

Su cara cambió drásticamente con cada una de mis palabras, se volvió fría, y la chica frágil que decía que trataron de abusar de ella ha desaparecido.

—¿Esto es sólo una excusa para terminar conmigo?

Rodé los ojos, trato de no mirarla a la cara porque lo más probable es que haga o diga cosas de las que realmente me voy a arrepentir, sonó un chasquido haciendo que la puerta de abriera.

Rebeca entró con bolsas de alguna marca de ropa y muy apenas logró empujar la puerta con el pie para poder pasar. Al levantar cabeza miro a Camila y luego a mi.

Hola... Yo... Creo que... Mejor regreso luego...

Descuida, ella ya se iba — avanzó unos cuantos pasos para ayudarle con las bolsas ya que parece que no va a aguantarlas por mucho tiempo.

—¡¿Es por ella?! ¡¿Estas cambiándome por esta bruja?!

Rebeca abrió los ojos sorprendida al escuchar como le había llamado.

Podré ser una bruja pero al menos se cuando debo cerrar las piernas — me muerdo el labio trato de no reírme.

Mi ahora ex novia abría y cerraba la boca tratando de que saliera algo inteligente pero no lo logro.

Será mejor que te vayas.

Esto no va a quedarse así Daniel ¿escuchaste? ¡No se va a quedar así! Y tu gata, será mejor que te cuides.

Mi pequeña compañera salto encima de ella pero alcanzo a agarrarla de la cintura haciendo que las bolsas caigan al piso.

—¡Gata tu madre! — le grito antes de que saliera del departamento.

Tranquila, ya no vale la pena — Le susurre.

Ella forcejea para que la suelte pero estoy seguro que sí lo hago va a salir corriendo detrás de Camila.

Ya me calme... — murmuro agitada después de unos minutos.

La suelto y empezo a recoger las bolsas junto con el contenido que había salido de ellas, me agacho para ayudarle ya que por mi culpa se habían caído.

—¿Era tu ex?

Si, siempre me tocan algo locas — suelto una risa.

Ya lo creo, amigo, ya lo creo... Pero me hubieras dejado golpearla se lo merecía.

Le hubieras ganado no sería una pelea justa.

—¿Realmente crees que le habría ganado?

—La verdad no lo creo, pero eres rápida le hubieras dado algunos golpes.

—Y yo que te defendiendo.

Sonreí.

Termini de meter la ropa a la última bolsa y se la doy.

Creo que la blusa azul te quedara bien — le sonrió y me voy a la cocina para hacer mi Sandwich.









Romiee (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora