Introducción

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He pasado un par de años mirándome en el espejo buscando la razón de mi existencia, esa que no pueden explicar tus padres, esa que tampoco la iglesia te puede comprobar, esa que tienes que descubrir por ti mismo junto con esa pequeña y frágil porc...

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He pasado un par de años mirándome en el espejo buscando la razón de mi existencia, esa que no pueden explicar tus padres, esa que tampoco la iglesia te puede comprobar, esa que tienes que descubrir por ti mismo junto con esa pequeña y frágil porción de esperanza que te hace aferrarte a la realidad.

Pensaba que mi juventud solo se trataba de cometer errores, de perderte en una ciudad de mentiras, de besar cuantos chicos quisieras, y tan sólo luego de ver como un reloj era capaz de comerse el día entero, ahondé en la idea de que mi vida era demasiado corta. Cuando cumplí los dieciséis descubrí que ser adolescente no iba a ser tan sencillo y esa noche estaba decidida a desear demasiadas cosas y cumplirlas, pero por un segundo el precio por esos deseos se hizo cargo de mí.

Después de dos semanas de aquel incidente, nunca pensé temerle tanto a ese par de pupilas, esos ojos que desconozco, esos que no me pertenecen; la que se mira todos los días al espejo, no soy yo.

El deseo deshonesto de la estrella fugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora