Confesiones

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"¿Te apetece salir a un restaurante buenísimo que conozco a cenar hoy? hace mucho que no nos vemos, M"

"¿Ya me echas de menos? no se si quiero ir a cenar contigo..." le contesté al mensaje que me mandó, claramente estaba de broma, nada me apetecía más que quedar con ella.

"Si te digo que invito yo ¿qué me dices?"-M

"Bueno entonces me apunto"

Solo había una cosa que me hacía más feliz que fastidiar a Malú, verla sonreír sin duda era mi cosa favorita del mundo. Habíamos quedado en que tenía que arreglarme para encontrarme con ella a la hora de cenar en la puerta del lugar.

Estaba nerviosa, quería ponerme guapa para ella y no sabía cómo, nunca se me había dado demasiado bien conjuntar ropa. Al final me decidí por un vestido granate que se ajustaba hasta mi cadera y a partir de ahí caía suelto. Lo combiné con unos tacones negros y el pelo suelto.

Cuando llegué al lugar, ella todavía no había llegado, así que me quedé esperándola en la puerta. Veía el lugar y observaba a la gente pasar, y cada segundo que pasaba me daba cuenta de que no pintaba nada ahí. Todo el mundo parecía tan importante que me sentí muy pequeña. 

-Siento llegar tarde-escuché una voz a mi espalda.

-No pasa nada, no llevo mucho esperándote.

La abracé a modo de saludo. Qué bien olía.

-Bueno ¿entramos?

-Sí, claro.

Nunca había visto un restaurante tan bonito como aquel. Acogedor pero elegante. El camarero nos sentó en una mesa al lado de la ventana con vistas a la preciosa ciudad nocturna. 

-¿Esto es una carta de restaurante o un manuscrito de runas arcaicas? porque no entiendo nada- y era completamente verdad, no sabía qué era ninguno de aquellos platos.

Levanté la mirada de la carta y vi a Malú aguantándose la risa.

-No tiene gracia-dije sonriéndole.

Fue, lo que le faltó para explotar en risas.

-Tú pídete lo que creas que tiene el nombre más bonito, todo está buenísimo, así que te dará igual lo que sea- dijo divertida- yo siempre hago eso.

La cena fue perfecta, excepto porque notaba que nadie podía evitar fijarse en Malú, a parte de que era preciosa, todo el mundo la conocía. Sin embargo, fueron educados y se mantuvieron al margen. 

-Me pone un poco nerviosa-le comenté.

-¿El qué?

-Que todo el mundo te mire.

-Te acabas acostumbrando-dijo suspirando encogiéndose de hombros.

-Bueno, tenías razón la comida aquí es deliciosa y ni siquiera sé qué estoy comiendo.

-Eso es lo mejor de este lugar-me dijo sonriendo-sobre todo si lo compartes con personas especiales.

No pude evitar sonrojarme y sonreír de oreja a oreja. 

-Eres tan adorable cuando te sonrojas-continuó haciéndome sonrojar todavía más.

Me miraba fijamente mientras yo intentaba ocultar mi timidez. Finalmente rompió en carcajadas.

-Me encanta fastidiarte haciéndote sonrojar.

-Te odio-le dije sonriendo.

-Me quieres y lo sabes.

Le eché una mirada asesina y le tiré una miga de pan.

-¡Oye!

-Oigo

Vuelvo a verte 《Valú》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora