¿Tú Y Yo? Más Quisieras. [+16] [FANFIC LANA DEL REY]♡

Mi "jefe"

Todos se fueron. Excepto Virginia, Cristian y yo. -Ahora tenemos que hablar tu y yo, Lana. -Dijo Cristian con una sonrisa pícara. -Vale. ¿Aquí?-Pregunté con una sonrisa pícara. -No. En mi despacho. -Dijo guiñándome un ojo. -Virginia, retírate. Lana y yo tenemos que hablar en mi despacho. -Añadió Cristian.

Virginia se fue, Cristian recogió sus papeles, los cogió con su mano derecha. Cogí mi bolso. Me agarró de la cintura con su mano izquierda. Yo también lo agarré de la cintura con mi mano derecha. Salimos de la sala. Nos dirigimos a las escaleras. Subimos a la última planta. Había una puerta negra. La única sala que había. Abrió la puerta de su despacho y me dio paso. Entró él, y cerró la puerta con pestillo.

-Siéntate. -Dijo. Me senté en unas sillas que había delante de la mesa y de su silla.

Se sentó y metió sus papeles en un cajón. Cogió el teléfono y dijo: -Delia, que no nos moleste nadie ni a mi ni a la señorita Lana Montero. -Dijo. -Vale señor Nieto. -Dijo Delia, la secretaria de Cristian.

Me sonrió y me guiñó un ojo. Le respondí con una sonrisa.

-Bueno, Lana, su contrato es este; trabajas de modelo, posando para la revista "Sexy Girl". Posando en la playa. O de oficina. Si quieres insinuando y si no, con que salgas mordiendote el labio o algo así, me vale. ¿Acepta? -Dijo mirandome.

-Sí, señor Nieto. -Dije.

Echó a reír. -Llámame Cristian, dulzura. -Dijo guiñandome un ojo.

-Oh, que hombre tan apuesto, y tan educado. Taan perfecto. -Dije sonriendo y le guiñé un ojo.

-Vamos a formalizar tu contrato antes de que te empotre contra la pared. -Dijo mirándome y sonrió de forma pícara.

Eché a reír. -Va a ser mejor. Aunque, con alguien como usted no me importaría. -Dije guiñándole un ojo.

-Bueno, tu contrato es el siguiente. Trabajas de lunes a viernes, de 12:00h a 20:00h. Excepto días festivos, fiestas nacionales o locales. Tres días de asuntos propios al año, sus 15 días de vacaciones en verano. Tu sueldo, 3.500€ al mes. ¿Aceptas? -Dijo sonriendo de forma traviesa.

-¡Claro que acepto!-Dije eufórica.

Me entregó mi contrato, y, como loca lo firmé.

-¡Bienvenida a mi empresa mi amor!-Dijo eufórico.

-¿Mi amor? -Pregunté extrañada.

-Lee las letras pequeñas entre asteriscos. -Dijo señalando el contrato.

Efectivamente, leí que me pagaba 3.500€ al mes por vivir con él en su mansión y ser su mujer. (Eso conlleva solo y únicamente tener sexo con él).

-¡Mi vida!-Dije acercandome a él y le besé. Entrelazo sus manos en mi cintura, y las mías en su cuello.