Apéndice II: Árbol Xila

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Es un árbol enjuto, de tronco nudoso, corteza grisácea y hoja caduca. Es habitual verlo en páramos, siempre con un aspecto muerto y seco debido a que es un árbol que requiere muy poca agua para subsistir ya que minimiza por completo cualquier pérdida de la misma gracias a que sus hojas terminan en punta. Además, sus frutos, ásperos al tacto, son secos, aptos sólo para roedores que se aventuran fuera de sus madrigueras y son capaces de atravesar la cáscara con sus fuertes incisivos.

 Además, sus frutos, ásperos al tacto, son secos, aptos sólo para roedores que se aventuran fuera de sus madrigueras y son capaces de atravesar la cáscara con sus fuertes incisivos

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Como puede verse en la ilustración aportada, y gracias a la descripción anterior, es un árbol que no llama la atención y no sirve de refugio. Los viajeros sólo se interesan por ellos debido a su madera que prende rápidamente y les permite hacer fuegos al abrigo de las rocas de los páramos.

Sin embargo, su perenne aspecto esquelético anuncia lo que podemos encontrar en su interior ya que su resina tiene interesantes propiedades que la hacen apta para embalsamar cadáveres y así conservarlos.

Sin embargo, su perenne aspecto esquelético anuncia lo que podemos encontrar en su interior ya que su resina tiene interesantes propiedades que la hacen apta para embalsamar cadáveres y así conservarlos

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El oficio de embalsamador se ha ido perdiendo a lo largo de los siglos quedando ahora reservado a un pequeño grupo al servicio de los nobles. Sin embargo, siglos atrás, era una de las profesiones más demandadas. Esto se debía a la creencia de que los cadáveres podían volver a la vida convertidos en vampiros, igual que las tropas de Drago. Por aquel entonces, poco se sabía del proceso que lleva a un humano a transformarse en vampiro. Sin embargo, la oportunidad de volver a la vida era aliciente suficiente para desarrollar todo tipo de métodos con el propósito de conservar el cuerpo el tiempo suficiente para que la transformación se llevara a cabo. Ahora resulta cómica la simple creencia de que un humano pueda convertirse por sí solo en vampiro.

La resina diluida y caliente puede aplicarse sobre el cuerpo como si de una capa de barniz a una mesa se tratara. Sin embargo, la fórmula exacta, así como las sustancias que se mezclan con la resina, son el secreto mejor guardado de los embalsamadores, hombres y mujeres silenciosos que visten túnicas grises y llevan el pelo extremadamente corto.

Por supuesto, el oficio de embalsamador no es el único que conocen pues son también excelentes forenses.

Apéndices de Skhädell [El canto de la calavera]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora