Apéndice II: Armamento mirlaj

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El mayor problema que tuvieron que superar los humanos al enfrentarse a los vampiros fue cómo matarlos

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El mayor problema que tuvieron que superar los humanos al enfrentarse a los vampiros fue cómo matarlos. Si bien es cierto que un vampiro puede ser destruido cuando su cuerpo queda tan perjudicado que no puede regenerarse ni bebiendo ingentes cantidades de sangre, no es fácil lograr tal propósito.

Cuando un vampiro es quemado o, pongamos por ejemplo, sufre una gran caída, su cuerpo queda tan destrozado que nada puede regenerarlo. No ocurre lo mismo cuando se les decapita ya que, si se les acerca el órgano amputado al cuello, éste puede volver a unirse. Algo que comprobaron de la peor manera en una pequeña villa de Vânat cuando los vampiros que habían decapitado volvieron a la vida y masacraron a todos sus habitantes. Pero esa es otra historia. Y de lo más macabra, he de añadir.

Del mismo modo, heridas graves en órganos del cuerpo no son suficientes para acabar con ellos, ni siquiera cuando se les atraviesa el corazón.

Desde luego, era una situación altamente compleja si a eso le añadimos que el vampiro medio es más rápido y fuerte que un humano. Si ya había pocas formas de acabar con ellos, esto lo complicaba aún más.

Por fortuna, alguien dio con la solución y, a no ser que hayáis vivido bajo una piedra, deberíais saber a quién me refiero. 

Así es, a la Reina Mirla. Conocida por haber logrado unificar todos los reinos humanos en la actual Svetlïa pero, sobre todo, por haber emprendido un viaje en busca de la salvación de la humanidad.

Pocos detalles se conocen sobre su búsqueda, pero sí que regresó con tres semillas y que, al plantarlas, crecieron dando lugar a los Sauces Blancos.

Algunos cuentan que esas semillas nacieron de sus lágrimas desesperadas por salvar a su gente, pero lo cierto es que nadie había conseguido algo semejante hasta entonces y eso que la lista de humanos desesperados por la crueldad de Drago era casi infinita.

Aquí comenzó la gloria de la Orden de los Mirlaj pues de los sauces podían extraerse sustancias que eran altamente efectivas contra los vampiros. El principal beneficio era que anulaban la regeneración antinatural de estas criaturas. Por ello, si se hería el corazón, resultaba mortal y cualquier otra herida les llevaba mucho más tiempo curarla, especialmente si no bebían sangre. Llegando incluso a quedar anulados durante un largo periodo.

A raíz de ello, se utilizó la madera de los sauces para fabricar estacas, flechas o mazas; su resina se empleaba para embadurnar los filos de las espadas, las puntas de flecha y un largo etcétera; del mismo modo, las cenizas o ungüentos preparados gozaban de gran efectividad al ser empleados en venenos.

Pero la verdadera joya de la corona son las Armas Ámbar. Aquellas que poseen un filo hecho de dicho material y que tienen la capacidad de anular casi por completo la regeneración hasta que el vampiro beba una gran cantidad de sangre dependiendo de la gravedad de la herida.

Pero ¿qué es el ámbar? Se trata de la resina fosilizada de los árboles que ha sufrido diversos procesos a lo largo de millones de años para formarse. Entonces, ¿cómo es posible que los mirlaj puedan fabricar armas de ámbar si los Sauces Blancos tienen apenas tres siglos de antigüedad? Ahí radica el gran misterio, damas y caballeros.

La fabricación de estas armas puede alcanzar hasta un siglo dependiendo del tamaño. Es por ello que son consideradas verdaderas reliquias de valor incalculable. Muy escasas y solo entregadas a miembros destacados de la orden.

De entre todas las Armas Ámbar destaca la espada de la Reina Mirla que lleva perdida desde que pereció en batalla a manos de Drago el Sanguinario. Su poderoso filo estaba hecho enteramente de ámbar y su empuñadura también tenía incrustaciones además de un barnizado con resina que la reina aplicaba todos los días. Fue una gran pérdida, sin duda. Y de ahí nació el famoso dicho "estás más perdido que la espada de la Reina Mirla".

Pero, volvamos a su fabricación. ¿Quiénes son los responsables de crear estas reliquias dentro de la orden? Bien, son los fierat, mirlaj especialmente formados para fabricar las Armas Ámbar, además de supervisar la extracción de recursos de los Sauces Blancos y su correcto uso.

Cada uno de los fierat es considerado un maestro dentro de la orden habiendo distintas corrientes. Puesto que la fabricación del arma puede abarcar hasta un siglo, cada corriente de maestros se dedica por entero a un arma tomando el relevo de la generación anterior.

El número de estas reliquias es desconocido, pues los mirlaj son muy crípticos a la hora de revelar tal información por temor a que llegue a oídos de los vampiros, pero sí se sabe que son escasas. Una verdadera maravilla única e irrepetible.

Poco puedo revelaros acerca del proceso de fabricación pues, como mencioné unas líneas más arriba, es el secreto mejor guardado de la orden. Los fierat no sólo son capaces de acelerar la creación de ámbar, sino que lo tratan de forma que goza de una gran resistencia y dureza.

¡Qué no daría yo por conocer los entresijos de la orden!

Apéndices de Skhädell [El canto de la calavera]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora