~Quince~

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La boda creaba nervios en Demether, Rubén, por el contrario, estaba muy tranquilo y emocionado.

La pedida de matrimonio fue tan romántica que a Dem le subió la presión...bueno, es una forma de decir, no se asusten.

Y además de eso, Rubén la había sorprendido al mostrarle que uno de los libros que ella había escrito, estaba siendo publicado en físico por una editorial de Madrid, al día siguiente volvieron a la nombrada anteriormente.

Allí iban a casarse.

Todo estaba listo, Dem estaba dentro de su hermoso vestido blanco, la boda estaba por empezar, pero faltaba algo para ella.

Su madre y su padre.

Desde que se fue con Rubén a Alaska, intentó hablar con Anastasia pero ella simplemente la ignoraba, no quería entender que Rubén y ella realmente se amaban. Por el contrario, su padre la llamaba casi todos los días y según él, Anastasia no lo dejaba ir a la boda, pero la felicitó y le envió muchos mensajes conmovedores- al menos un intento-.

Demether sacó su teléfono y por décimo tercera vez en el día, llamó a su madre.

El tono sonó y sonó un largo rato, ella alejó el teléfono de su oído.

-¿Demi?- se escuchó la voz de su madre de pronto.

-¿Mama?

-¡Demi, perdona, soy una madre terrible! Por dios...no quise que me creas que ya no me interesas, sólo que quise mantener mi orgullo primero y todo fue para peor, perdóname hija, en serio lo siento- se lamentó Anastasia notablememte llorando.

-Mama, si vienes a la boda en este momento, olvidate de que todo esto sucedió- dijo Dem sonriente, conociendo a su madre y sabiendo que sólo se apuraría a llegar con un chantaje.

-¡Oh, claro, claro! Me ya estoy saliendo, ya voy- entonces colgó.

Miguel Angel entró a la habitación donde se encontraba Dem.

-¡La boda no empieza si no hay novia, Demether, mejor te apuras o me caso yo con el novio!- se quejó Miguel y Dem rió.

-¿Te gustaría, cierto? Tú si que quieres una luna de miel en Grecia e Italia, no me engañas.

-Pero yo no sé hablar Italiano ni nada cercano a eso, tú si...ahora que lo pienso, mejor te llevamos a la luna de miel para que nos ayudes con eso- bromeó y Eva, una no muy nueva amiga de Demether interrumpió entrando a la habitación.

-¡La boda empieza o me voy al bufet! ¡Apúrate, gillipollas!- gritó ella histérica.

-Pues que empiece...-dijo Dme levantándose.

En ese momento entró Gael a la habitación, Miguel recibió una llamada y mientras hablaba, Gael se acercó a su hija y se abrazaron un minuto que pareció eterno.

-¡Es Rubiuh! Dice que quiere besar a la novia ya- gritó Miguel cortando la llamada.

-Te llevaré al altar, como se debe- dijo Gael besando la frente de su hija.

(...)

-Puede besar a la novia.

Los ojos de Rubén se conectaron con los de Demether y se sonrieron ansiosos. Se besaron y se oyeron los gritos de todos los familiares y amigos de los dos.

"¡Esa es mi hijita!" escuchó Dem entre los gritos de las demás personas. Era su madre quién lloraba de la emoción.

Este era, sin duda, el mejor día de su vida.

Teddy Bear ;rdgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora