~Epílogo~

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Demether Santorini murió a los ochenta y tres años. Justo un año después de que su esposo de toda la vida muriera.

Ella superó al cáncer y sobrevivió a él por 75 años, pero sin embargo, no murió por ese cáncer que la persiguió toda la vida. Ella simplememte murió, porque su corazón tuvo que dejar de latir.

Poco tiempo antes de morir, no sé que se le pasó poe la cabeza, pero comenzó a escribir este libro, sin saber que sería el último. El libro donde contaba su vida amorosa y donde ella planeaba contar muchas cosas más, que yo simplemente resumi. A un poco más de la mitad del libro, ella se fue de este mundo.

Pero, aunque admito que aún me siento dolida por ello, no murió sin antes vivir su vida a pleno; ella estuvo por siempre con el hombre que cada día amaba más que el anterior, al igual que a sus hijos tan deseados, viajó a donde quiso, fue una gran escritora y siempre fue esa gran mujer que siempre he admirado.

Ella era mi madre.

Me presento, Romina S. Doblas Gundersen.

Mi hermano y yo aún no digerimos todo lo que pasó últimamente, pero de todas formas, estamos felices de haber tenido todo lo que nuestros padres nos dieron...

Incluyendo al único y original oso de peluche por el que Dem comenzó a llamar a Rubén, Teddy Bear.

Los collares, el de la muñequita y el del oso, los conservamos nosotros. Troye quería que yo y mi esposo Evan los tengamos, pero decidimos que él tendría a la muñequita y yo al oso, para recordar siempre esta historia.

Cuando yo muera, quiero dejarle este collar a mis hijos, a mis nietos, y así sucesivamente. Quiero que la historia de amor de mis padres quede de generación en generación, que nadie la olvide. Y ese Teddy Bear, también pasará de mano en mano, de personas que llevan parte de mi sangre, y espero que nunca, nunca deje de estar ahí, descocido por los años, sucio y quizás hasta sin un ojo, pero siempre debe estar ahí. Mil veces lo arreglé pero los años me ganan y vuelve a descocerse, de todas formas no importa.

La portada de este libeo estaba en blanco, pero encontré una foto de mi madre de hace unos años, donde está con el Teddy Bear original y detrás de ella hay unos cuadros de papa. Esa foto fue tomada cuando se mudaron juntos, era el cuarto que compartían. Lo usé de portada luego de editarla un poco.

Nunca, nunca olvidaré su historia.

Y quedará impresa en estas hojas, en este libro, en sus mentes.

Se despide, Romina.

Con mucho amor, en memoria de mi madre.

Teddy Bear ;rdgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora