Capitulo 4: Los bravucones

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- Al finalizar las clases y dar inicio el receso, me senté en el lugar que frecuentaba, ahí podía ver a los demás jugar y a las niñas hablar sobre cosas ajenas a mi entender, era un buen lugar para relajarse, oír y sobre todo para estar solo.

- ¡Hey! traga libros - me empujo alguien por la espalda, tirando mi almuerzo que con mucho esfuerzo Lía había preparado para mi.

- ¿Que es lo que quieren? - pregunte con indiferencia, eran solo unos niños estúpidos de la clase, ellos me molestaban frecuentemente.

- Deja lo Jhon, es solo un niño - sonó una voz preocupada atrás de él.

- Calla Fred, seguro que es lo mayor como para estar en séptimo - se justificó, mientras sus ojos me miraban con desprecio, parecía que yo era una indefensa presa y el un temible depredador.

- Pero Jhon, solo tiene diez años - sonó otra voz temblorosa tras su espalda.

- DJ, ¿lo vamos a discutir de nuevo? - los tres se miraron y negaron con la cabeza ante la impotencia de aquel cabeza dura, Jhon era un chico enorme y robusto, ni siquiera podía ver a las personas que le acompañaban ya que su cuerpo enorme los tapaba a mi vista, si el se acercaba no era buena señal, no respetaba ni a las chicas, era el tipo de bravucón que tiene la pija en la cabeza

- ¿Y bien?, Si quieren ayuda con los apuntes...

- ¡Callate!, No necesitamos nada de ti - una temible voz salió de aquel robusto cuerpo.

- Y entonces, ¿qué harán? - las palabras se salían de mi boca sin pensar claramente lo que estaba diciendo, era como si dos partes de mi discutieran por el mando, por un lado estaba mi sentido común que me invitaba a evitar estos tipos de enfrentamientos, y por el otro estaba el lado menos inteligente, quien esperaba intimidar utilizando la fuerza bruta, imponiendo la fuerza, aunque mirando a aquel chico, intentar algún confrontamiento era acto suicida.

- Así que eres impaciente, deja que aceleremos las cosas - mientras mi corazón se aceleraba, mis ojos no doblegaban, era como si esa otra parte se negara a desistir ante aquella imponente figura. Entonces me sujeto por los hombros y con una gran fuerza me arrojó contra el piso, yo veía todo en cámara lenta y por un momento pensé que podría regresarme contra el, pero la realidad azotó contra mi, incluso mas fuerte que el golpe contra el pavimento, mis músculos estaban tensados y no tenía respuesta, sólo podía ver a qué perverso sujeto postrado frente a mi, entonces una extraña sensación atrajo mi atención hacia el pecho, yo fe verdad tenía miedo, me quede sumergido en aquel sentimiento que no podía escuchar claramente lo que me decían, las voces se iban haciendo más y más pequeñas, entonces me sujeto por la camiseta y me alzo lentamente poniéndome frente a él y en cuanto me miró directamente a los ojos, el hizo una cara confundida - ¿por que? - pregunto mientras fruncía en ceño, yo solo estaba desconcertado, no entendía lo que pasaba.

- ¡Sueltalo!, Tonto - se escuchó una voz a lo lejos, era Michelle una chica de el salón vecino.

- ¿Es tu novio? - pregunto DJ entre risas.

- ¡No! - agacho la mirada mientras se tocaba el pelo - pero ...

- ¿Pero? - añadió Fred.

- ¡Pero es una persona! Y merece respeto - los tres bravucones se miraron desconcertados entre sí y comenzaron a reír, Fred la apartó del camino y ella tropezó, la extraña sensación regresó a mi, pero esta vez era más fuerte, mi cuerpo comenzó a reaccionar y logre sujetar el brazo de aquel mastodonte.

- Ya estuvo bien, ¡Ahora vete! - lo mire fijamente a los ojos y de la nada, algo sacudió mi cuerpo, era extraño, se sentía como un pequeño ardor punzante que se hacía cada vez más fuere, un sentimiento que ya conocía, pero no frecuentaba, ¡era un golpe por parte de aquel sujeto!

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