12. vaya que linda pinta tiene...

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pov's Nathan

despertar... abrir los ojos y ver su hermoso rostro es la mejor forma de empezar el día. ahora aquí, bajo el fuerte y reconfortante chorro de agua, recordar sus ojos y sus deliciosos rasgos es simplemente un lujo.

decido darme el lujo de pensar y lo primero que se me viene a la mente es ¿cómo rayos paso esto?

por un momento me detengo a pensar, y solo sé que, por alguna extraña razón, yo la amo. talvez sean esos gélidos e imponentes ojos que agonizaban lentamente por ser amados, o tal vez sus bellos y deliciosos labios que exigían ser probados. no lo sé. solo sé que desde el primer momento en que la vi, simplemente tentadora, sexy e imponente, en ese café, supe que sería mía, y desde el primer momento en que sus delicados pero fuertes dedos impactaron por primera vez contra mis cachetes, yo sería de ella.

recuerdos de sus primeros rechazos llegan como pequeños destellos y no puedo evitar que una sonrisa estúpida se escape de mis labios. pero se borra casi de inmediato al recordar lo que me ha contado anoche, y casi por inercia aprieto mis puños de la rabia. ¿cómo pueden existir hombres así?

sé que no soy un santo. hace apenas unas semanas yo era todo un don juan. pero no es lo mismo, yo no obligaba a nadie. todas las que me llevaba a la cama eran plenamente conscientes que era única y exclusivamente sexo, solo placer. sin reclamos, sin peleas, sin lágrimas de por medio.

pero ella es diferente. y por eso me enfurece saber lo que le hicieron y aunque no entro en detalles y aun no sé cómo paso, sé que algún día me lo contara. y mientras que este conmigo, la radiare entre mis brazos, seré su escudo y no dejare que nada malo le pase, porque ella es mía, solo mía. y vaya que suena muy lindo eso.

salgo de la ducha antes de que mis dedos se arruguen como pasa. camino a la habitación y me seco con una toalla. me pongo mi bóxer de ayer -hui- y los mismos pantalones, calcetines y zapatos. sacudo mi cabello y cediendo a la tentación abro su closet mientras tomo mi camisa, y para mi sorpresa, me encuentro con muchas camisas de hombre colgadas hasta la mitad. y numerosos vestidos y blusas en la otra mitad.

obviamente me sorprendo, pero antes de sacar conclusiones decido mejor preguntar, no estoy dispuesto a dejar que mis celos interfieran en esto que está comenzando entre nosotros.

bajo las escaleras con mi camiseta puesta y mi chaqueta colgando de mi hombro. veo mi celular y respondo un mensaje de mi tío diciendo que estoy bien y pronto llegare a casa.

entro a la cocina y una bandeja llena de comida y un delicioso aroma a café me dan la bien venida.

-vaya que linda pinta tiene- digo divertido. y veo como Alex se sorprende, volteo y me regala una enorme sonrisa - si es que dan ganas de devorarla toda- digo risueño

-si. esta deliciosa-

- no solo hablaba de la comida- digo mientras me acerco y la acorralo contra la encimera.

ella se sonroja y muerde ligeramente su labio inferior. siento algo dentro de mi agitarse y como no me mueva de aquí podría tener una pequeña gran manifestación de ese algo, claro, si me entienden a qué me refiero.

-hablo del café- me burlo de ella mientras zafo la taza de su mano. sus ojos se agrandan.

-oye- dice divertida - ese es mi café - sonríe- dámelo!- ordena mientras intenta (sin éxito) ponerse seria.

-claro- digo mientras sorbo un gran trago de café que deja la taza casi a la mitad. -espera- continúo tomando hasta dejarla casi vacía. - aquí tienes. - le regreso la taza ella sonríe mientras mira invertida el poquito de café que le he dejado.

Mi Chica Peligrosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora