Marry me (Shikatema)

Parte 1: Confesiones, bendiciones y rechazos

El despertador suena, pero él ya está despierto, debe ir temprano a la torre del Hokage, realmente le molesta tener que levantarse, pero tiene que hacerlo. Es su día libre, debería de quedarse ahí todo el día, ah, que problemática es toda aquella situación. Sale de su casa y camina en dirección a la oficina de Kakashi, su pereza evita que camine de forma rápida, por lo que simplemente está tomando su tiempo. Aprovecha de pensar en todo, por un minuto está a punto de arrepentirse, por el simple hecho de que ella lo puede mandar a volar en cualquier momento. Ese miedo siempre está ahí, cada vez que quiere dar un paso más allá, pero con el tiempo ha descubierto que es poco probable que lo haga tratándose de un tema acerca de su relación.

No sabe si llegar de sorpresa o avisarle que irá. Se pregunta por qué cada vez que se trata de Temari nunca tiene un plan preparado, cada situación de su vida ha sido fríamente calculada, a excepción de unos cuantos momentos, en los que aquella problemática rubia ha estado presente. Su primera cita, su primer beso y ahora esto. No sabe lo que hace, pero lo hace de todas formas. Realmente aquella mujer hace que su vida sea un verdadero problema.

Suspira cuando está frente a la oficina del actual Hokage, toca la puerta y la voz cansina de Kakashi le indica que puede entrar.

- Shikamaru – el sexto no levanta la vista de los papeles que tiene sobre la mesa - ¿sucede algo?, hoy es tu día libre

- Lo sé, es que hay algo que de lo que necesito hablar. Kakashi-san – se mantiene en silencio pensando en cómo iniciar la conversación - ¿Recuerda cuando me preguntó que pensaba que significaba ser un adulto?

- Bueno, sí, me dijiste que era dejar algo por buscar algo más valioso – Shikamaru asiente con nerviosismo metiendo las manos dentro de su pantalón

- Quiero dar un paso más hacia la adultez – Kakashi lo mira por primera vez desde que entró a la oficina, puede ver como su máscara se mueve, formando una sonrisa que florece en la superficie de la tela – sé que entiende a lo que me refiero – el Hokage cruza sus brazos observándolo fijamente – quiero tomar a Temari no Sabaku como esposa, pero ambos estando involucrados en temas políticos, sobretodo en la alianza shinobi...

- De nuevo le estás dando muchas vueltas a las cosas Shikamaru – Kakashi lo interrumpe sabe que está pensando en demasía el asunto, intenta relajar un poco su cuerpo – si es algo que de verdad quieres hacer, hazlo, de todos modos será beneficioso para ambas aldeas – Shikamaru asiente

- ¿No sería problemático para la alianza?

- No pienses en ello – Kakashi lo mira fijamente – así que irás a Sunagakure a Pedir su mano

- Pensaba partir hoy

- Por lo que necesitas mi permiso – asiente Kakashi – espero que el asunto no te tome más de una semana

- No lo hará

- No puedo darte más tiempo

- Le agradezco – camina en dirección a la puerta, escucha la voz del Hokage deseándole suerte, él se limita a responder un gracias antes de cerrar la puerta.

Las calles de Konoha se le hacen eternas, está nervioso. Decidió que no le avisaría nada a Temari, pero Kakashi sí le informó a Gaara por lo que para ella sería una sorpresa. Los tres días de viaje fueron sólo de pensar, acomodar las palabras, los gestos y las posibles reacciones, aunque las posibilidades de cada una de ellas eran una en un millón.

Cuando la gran entrada de la aldea está frente a él su corazón se acelera, se adentra en Suna de forma sigilosa, espera no encontrarla en el camino a la oficina de su hermano menor, afortunadamente la suerte está de su lado. Está parado frente a la oficina del actual Kazekage de la arena ni rastro ha tenido de ella, jamás había estado tan nervioso. Empuña su mano y sus nudillos chocan reiteradas veces con la puerta.