CAPITULO 5 (FINAL)

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Meredith

Sabía a ciencia cierta que esa niña de la que hablaba Camilo era yo, pero no pensé que todo eso había pasado. Por una parte, todo tenía sentido e incluso las piezas de este rompecabezas empezaban a encajar, pero, por otro lado, todo era muy complicado y no tenía ninguna prueba de lo que decía con excepción de los papeles que me había dado antes, sin embargo, decidí darle el beneficio de la duda.

- No entiendo nada. – dije completamente confundida

- Lo sé, la chica de la que hablaba eras tú, creo que ya sabes eso, pero lo que no sabes es que ese chico, el que me ofreció ese trato es ahora Desmond. – menciono esto último con un tono de pesar.

- ¿Ahora? ¿A que te refieres? – pregunte más confundida que antes.

Silencio

- El... él era mi hijo, Alexander.

No sabía que decir, me había quedado muda y es que saber que Desmond a quien yo consideraba una persona honesta e increíble podía llegar a ser lo que decía que era Camilo.

- ¿Por qué debería creerte? ¿Porque me estás diciendo todas estas cosas? ¿Por qué quieres vendarte de Desmond si sabes que él es tu hijo?

- Primero, ya te dije que no te estoy obligando a que me creas solo quiero que sepas esto y que sepas la persona que es tu novio.

- ¿Y tú quién eres para decirme con quien estoy o no? - pregunte

- Lo sé y sé que no tengo ningún derecho sobre ti, pero quiero protegerte ahora que puedo ya que no lo hice cuando más lo necesitabas. Además, Desmond pudo ser mi hijo, pero ya no más, él ha escogido su camino, nos hiso sufrir durante largos años, nos hiso incluso pensar que había muerto, y si, es verdad que no fuimos una familia ejemplar ni que siempre lo tratamos bien pero tampoco lo tratábamos como a un animal.

- Si tu sabías todo esto ¿porque aceptaste mi trato hacia ti? – pregunte con curiosidad.

- Porque me lo tenía merecido, después de todo el daño que te hice no merecía otra cosa más que tu desprecio, es por eso que no pensaba irme, es más la primera noche que pase aquí llame a la policía. – respondió con un tono de tristeza un poco disimulada.

- ¿Qué hiciste qué? ¿A caso te volviste loco? ¿Como...

- Espera – me interrumpió – llame a la policía, pero no para decirles que estaba secuestrada ni nada de lo que te imaginas, la llame solo para decirle que estaba bien y que cualquier cosa que pasara me lo tenía bien merecido, es por eso que nunca la policía se interpuso ni iniciaron una investigación sobre mi paradero.

- Pero, ¿Cómo conseguiste un teléfono si estoy segura que no deje ninguno en la casa? – pregunte intrigada y resignada

- Y sí que lo hiciste bien, solo que se te olvido un lugar. Tu habitación. – dijo sin más.

- ¿Mi cuarto? – claro, esa noche cerré todas las puertas menos la mía porque nunca lo hacía y en mi habitación tenía dos teléfonos, pero...

- ¿Cómo lo conseguiste si estabas invalido? – le pregunte.

- Nunca estuve invalido ni enfermo - agacho la mirada y continuo – es verdad que me atropellaron – Desmond, que es Alexander y que resultó ser su hijo – pero me recuperé más rápido de lo que pensé, aunque ya sabía que ibas a venir a por mí a vengarte, es por eso que decidí quedarme un poco más fingiendo tener miedo si salía. Cuando me llevaste me di cuenta que la hora de la verdad había empezado.

NO ERA LO MÍODonde viven las historias. Descúbrelo ahora