Capitulo 3.

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-Llegamos, ¿te gusta?. -en letras grandes "Westin NY School".

-Me da igual, hagamos esto rápido, tengo sueño. -no me daba igual, había pasado toda mi maldita niñez acá, baje del auto y mi mente se puso en blanco.

*FlashBack*

-Sarah la gorda, Sarah la que no tiene papá. -reía la niña.

-¿Que se siente que tu papá te abandone?, a de ser por que estas gorda.

-No, mi papá no me a dejado. -lloraba en el piso del aula.

-Pero lo va a hacer, ya no te quiere, todos ya sabemos lo que pasó. -el niño, por más pequeño que era, fue cruel.

-Cállense, mi papá me quiere.

-Chicos, mi mamá me contó que el papá de Sarah se acostó con la sirvienta.

-Mentira, mi papá sólo ama a mi mami y a mi.

-Sarah la huérfana gorda, Sarah la huérfana gorda. -repetían todos.

*Fin del Flashback*

-¡Sarah! .-decía mamá mientras yo pensaba en la "nada."

-Hija, hija te estoy hablando, avanza. .-me empujó un poco.

-¡Ya Cállense! .-grité.

-¿Que te pasa?, que tal carácter. -fuimos hacia la puerta y nos abrió una señora algo mayor.

-Buenos días señora Miller.

-Buenos días señora directora. -mamá estrecho su mano.

-¿Y ella es...?

-Ella es Sarah, mi pequeña hija. -me acarició el cabello.

-Oh, claro, como no me voy a acordar de ella, hola niña. -sonrió y me estrecho la mano.

-Sarah, para ti. -negué el saludo.

-Que grosera hija.

-No se preocupe, así son los adolescentes, se creen los reyes del mundo. -dijo la vieja.

-¿Los reyes del mundo?, ¿se acaba de escuchar?, que tontería, los adultos creen que siempre tienen la razón. -mamá abrió los ojos como platos igual que la directora.

-Disculpela, es un poco tosca al hablar. -sonrió mi madre.

-Mal educada diría yo. -arqueó la ceja y yo le sonreí sarcásticamente.

-¿Entramos? .-mamá la miró.

-Si señora, pasen. -abrió la puerta mirándome fijamente.

-Gracias. -dijo mamá y yo pase, choque con su hombro y me dirigí hacia el campo de la escuela.

-Niña, no puedes estar ahí, es sólo personal autorizado, estamos haciendo remodelaciones. -dijo la directora, sin mirarla me fui hacia la cafetería, que estaba al lado de la entrada, nada mal, pensé.

En la dirección.

-Quería matricular a Sarah en la escuela, acaba de llegar de Canadá y bueno, le a chocado, disculpeme si ha sido un poco grosera con usted, es que ella es así. -le sonrió cortés, sin recibir el mismo trató.

-Señora Miller, disculpe que le diga esto pero su hija es una mal educada, nunca ningún alumno me había tratado así, a mi nadie me refuta, menos una niñata como su hija, en el Westin NY School tenemos a los hijos de los mejores empresarios y políticos del país, este colegio es el primero en el país y en 15 países de Europa.

-Eh, si, yo lo se, señora directora, se que en este colegio, Sarah podrá volver a ser la chica de antes, sólo quisiera que me la acepte, por favor.

-No hay problema, ahorita mismo sacó los papeles, pero con una condición, a la tercera mala conducta, su hija queda expulsada.

-No se preoc.... .-tocaron el timbre del colegio.

-Eso es lo malo de los Domingos, soy la única que atiende en el colegio y peor, mañana empiezan las clases.

-La entiendo, no se preocupe.

*Llamando a Sarah*

-¿Que quieres?

-Hija, ya que estas a un paso de la puerta ¿puedes abrir?

-No. -colgué.

*Fin De Llamada*

Ding-dong🎵

-Que mierda, ya está, no pierdo nada. -abrí la puerta y me encontré con alguien, unos ojos marrones cafés ocultados tras unos horribles lentes y unas mejillas rojas, un cabello oscuro alborotado y unos libros en mano.

-Ho-ho-la s-e se encuentra l-a la

-¿Eh?, habla bien y no tartamudees. -reí.

-Lo lo si-ien-to-o .-me aburrí, le cerré la puerta.

-¿Quien era? .-dijo la vieja, que ¿acaso me seguían?

-Nadie.

-Hija, ya vamos, ya estas matriculada. -mamá sonrió y yo respire hondo.

-Aún falta medirte el uniforme. -mierda, pensé.

La directora me miró mal y de nuevo tocaron el timbre, ella abrió la puerta y...

-¡Andrew!, ¿que haces aquí hoy?, mañana empiezan las clases.

-Lo-lo sé Señorita Blanca, es que quería ayudarla con lo de las computadoras. -pinche tartamudo, pensé sin mirarlo.

-Mamá, ¿vamos?. -sentía que me observaba, y eso era incómodo.

-Espera, aún falta el uniforme, ¿Andrew?, ¿Andrew Bennetti?. -dijo mamá, yo abrí los ojos y tragame tierra, era el, el niño que se burlaba de mi también.

-Yunny, ho-hola. -estrecho su mano, se me cayo el celular.

-Andrew, ¿que tal?, ella es mi hija, Sarah. -el me extendió la mano.

-JA. -recogi mi teléfono, se enrojeció y quitó la mano.

Con la cabeza abajo, Andrew empezó a recordar a Sarah, le parecía una chica guapa y muy simpática, excepto por su actitud, imposible que ella sea la otra Sarah, la niña gordita de cabello corto negro, ojos marrones claros y llorona.
Ella era tan distinta, era hermosa, cabello largo negro liso, ojos color miel y un cuerpo espectacular, no perfecta, pero si, era ella.

* * *



Love Yourself. (EDITANDO).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora