Creatividad con Alas

Nuevo portador

Observo su reloj para luego descubrir la hora, 9:05 p.m.

Después de un largo día de escuela y tareas del hogar, tiene un tiempo libre.

Se recuesta sobre la cama; y tentada por saber que ocurre con Angie, toma su laptop y entra a facebook. Solo para notar que ya no forma parte de sus amigos. Aun sin comprender que fue lo que ha ocurrido. ¿Acaso dijo algo malo? o ¿Hizo algo que la molestara? No, no amenos que ella no fuera consiente de ello.

Recorre la habitación con la mirada y la posa sobre su mochila. La toma y saca un pequeño trozo de papel arrugado. Lo observa sin atreverse a abrirlo. ¿Qué te pasa Angie? pensó. Toma valor y lo abre:

No me saludes más, olvida que existo; y que alguna vez nos llevamos bien. En lo que consta al mundo simplemente soy otra compañera de clase más.

Aparta la mirada. Observando a un punto fijo en la pared; como esperando que aparezca la respuesta. Vuelve a fijar su mirada en aquel papel. 

Cuando te conocí pensé: "creo que me llevare bien con ella", ¿por qué? porque me recuerdas a mi. Recordó lo que alguna vez le había dicho la joven en una de sus tantas charlas por face. Seguía preguntándose el porque de tal cambio tan repentino.

De un día para otro dejo de hablarle, solo la ignoraba. Si ella se acercaba, la otra simplemente daba la vuelta. Siempre hacia el lado contrario. Evitando cruzar miradas. Y de ser posible palabras. Paso de contarle sus alegrías a desconocerla por completo. Como si nunca hubiera existido aquella amistad. Esa confianza. Esa complicidad entre ambas. Solo se alejo. Sin más explicaciones que solo un papel.

Estoy nerviosa por el examen, ¿como hiciste la tarea?, ¿que tal tus vacaciones?, ten confianza... ya veras que te ira bien, estaba aburrida y pensé en saludarte, creo que me gusta un poco, ... Le llego el recuerdo de varias conversaciones. Dejo escapar un suspiro. Poso sus ojos sobre el trozo que había olvidado; aun permanecía en su palma. Cerro su mano. Con un solo movimiento lo arrugo y lo lanzo al cesto.

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Llego al edificio donde tendría su primera clase. En frente de este había un par de mesas color rojo donde solía ver a la mayoría de sus compañeros de generación. Como usualmente, ahí estaban algunos de ellos. Pero las habituales risas que solía escuchar no estaban por ningún lado. Solo había caras serias; unas más que otras. Pero no le dio importancia. Siguió su camino hasta su aula. Aun había clase, por lo que se sentó en el lugar de siempre a esperar que terminara la clase. 

- Hola Mónica - dijo su joven compañero mientras pasaba de largo.

- Hola - respondió sin estar segura de haber sido escuchada. Lo miro avanzar por el corredor hasta luego perderle cuando dio vuelta. Y desde el otro extremo del edificio, vio salir de la ultima aula otra pequeña parte de sus compañeros de clase. Que al igual que los otros, estos estaban bastante serios. Desvió la mirada y escucho que se acercaban. 

- Aun no puedo creerlo - logro escuchar de una de las jóvenes - apenas la vimos por ultima vez antier- dijo con voz quebrada y apunto de las lágrimas.

- Si, no puedo creer que este muerta - dijo un joven. Terminada la oración la joven dejo escapar un par de lágrimas que rápidamente quito. No solía escuchar las conversaciones ajenas, pero se permitió por primera vez oír lo que decían. 

- Ay Angie - dijo la chica con un sollozo.

Aquella ultima palabra quedo resonando en su mente. Angie. No podía y no quería creerlo. Miro a su lado. Mas específicamente al lugar donde la joven llego a sentarse con ella. Ese lugar donde solía esperar con ella a que el salón se vaciara. - ¿Angie, mu..murió?

- Si, ¿no te enteraste? - respondió otra chica.

Sintió como un nudo se formaba en su garganta. Y un escalofrío recorrió su columna. Por un momento el tiempo se congelo. La imagino sentada a su lado, contándole sobre las travesuras de su perro. Como lo hizo tiempo atrás. Antes de que dejara de hablarle. Apenas hacia dos semanas atrás. - ¿Qué le paso? 

- Un golpe en la cabeza.

Le costo trabajo concentrarse el resto del día. 

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Después de la primera semana empezó a calmarse todo el asunto. Y pasada la segunda semana todo continuo con normalidad. Excepto por aquella marcada ausencia que jamas volvería a pisar aquel lugar.

Finalizaron las clases. Después de despedirse de su novio, regreso a casa. Donde un pequeño paquete esperaba sobre la mesa. - ¡Ya llegue!

- Hola Mónica ¿como te fue? - salio su madre de la cocina a recibirla.

- Bien, estaré en mi cuarto haciendo tarea - camino rumbo a su habitación, pero antes de poder entrar su madre la llamo.

- Lo olvidaba, te llego esto - dijo la mujer estirando su mano con el paquete. Lo tomo y entro a su habitación.

Observo la pequeña caja. Apenas cabía en su palma. Una pequeña hoja amarilla salia por un lado; con su nombre en el. Lo hizo aun lado y abrió la cajita. Lo primero que vio fue una hoja doblada. La levanto y noto que debajo había un antiguo reloj de bolsillo. Pequeño y de un hermoso tono dorado ya algo desgastado por el tiempo. Dirigió su atención al papel. Lo abrió y leyó.

Bienvenida a tu nueva vida, desde ahora dejaras de ser una persona común y corriente. Ahora tienes el honor de ser la nueva portadora del tempus. Tu deber es protegerlo; aun te cueste la vida.  El tiempo es valioso, úsalo con responsabilidad. 

  No permitas que el asesinato de Angie sea en vano. 

ES TU TURNO DE JUGAR  =) 

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Escribir este genero me ha parecido algo complicado; no estoy para nada acostumbrada a este, creo que no se me da.

Me costo escribir este capitulo, pero quede conforme con lo que escribí aunque pude haberlo narrado mejor, además, creo que no tiene mucho de misterio/suspenso, tal vez porque apenas va iniciando. Seguro ira incrementando con el pasar de la historia. 

Para protagonizar esta historia elegí a una amiga de la escuela; ya que de entre varias opciones que tuve,  me pareció que ella tendría una mejor actitud frente al problema. Quizás mis otras opciones lo habrían tomado de otro modo y probablemente la historia no habría llegado a mucho.