Capítulo 5 El final

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Jamás había sentido un dolor tan fuerte en mi vida, nada se podría comparar con esto. Tu mundo se derrumba en apenas un segundo, todo parece desaparecer en un abrir y cerrar de ojos.

No se que hora es, no estoy segura de por donde camino o tan siquiera como estoy. La noche cada vez está más fría, mis ojos duelen de tanto llorar y los pies me piden a grito parar. Doy la ultima cubra para entrar en la cuadra donde queda mi casa. Voy mirando el cielo nublado, esta noche ni las estrellas querían salir. Observó mi casa desde la entrada sin ganas de entrar y enfrentar la realidad o peor aún, actuar como si nada. Respiro profundo y me adentro por la entra hasta la puerta principal.

Cuando busco las llaves en mi bolsillo para abrir siento que algo me hala y me hace girar. Me encuentro con unos ojos color miel apagados. No podía desifrar con exactitud lo que reflejaban, pero a leguas podía ver que ya no brillaban. Al reacionar me aleje lo más posible de el por inercia causando así que su rostro se descompusiera. Me examinó con la mirada por lo que me pareció una eternidad antes de hablar.

-¿Donde estuviste? ¿Sabes la hora que es?- pregunto enojado a lo que solo mire para el lado - ¡Mirame cuando te hablo, joder! - grito haciéndome saltar levemente de sorpresa

-Y e...eso que te...importa.- dije entrecortado

-Me preocupo por ti.- dijo sin más

El silencio nos invadió, yo solo lo miraba adolorida y con rencor. El parecía examinar todos mis movimientos. Se acercó más a mi haciendo que me alejará al punto de chocar con la puerta.

-¿No quieres que te toque?- pregunto decaído

-¿Acaso ya te aburrirte de la otra y por eso me buscas? - respire profundo - Si es así no tengo ganas tener sexo contigo.

-¿Sexo? ¿Solo eso es para ti?- susurro mirándome a los ojos - Además ella solo....- lo interrumpí

-No necesito explicaciones, no somos nada. Me quedo mas que claro que tu nunca has sentido o podrás sentir nada por mi. - sentí como lagrimas bajaban por mis mejillas y poco me importaba si me veía o no llorando- No quiero que te me vuelvas a acercar. No me llames, no me busques y amenos que sea necesario no me hables.

Pude ver su cara descomponerse a tal nivel que podria jurar que iba a llorar. No podía seguir hay mirandolo, no podía seguir torturandome de tal forma. Sin esperar a que tan siquiera dijera algo entre en la casa. Cerré la puerta en mi espalda, recosté mi es pelada de esta cayendo al suelo sin fuerzas. Fue como si abriesen un grifo en mi interior y por míos ojos saliera el agua sin control. Mi pecho dolía a tal grado que podría jurar iba a desmayarme. Y creo que así fue, ya que poco tiempo después todo se volvió negro.





















Los párpados me pesaban, tanto que me era casi imposible abrir los ojos. Luche contra mi misma hasta poder abrirlos un poco, mas me arrepentí instantáneamente al chocar la luz con estos. Sentí como si se me quemarán. Volví a intentarlo, esta vez ya no dolió. Mis ojos se tardaron unos segundos en adaptarse bien. Mire a mi alrededor, seguía en la puerta principal. Me tomo un poco de trabajo, pero logre ponerme de pie. Quizás solo estuve unos minutos en el suelo, aun así me sentía muy débil, tanto que no podía subir las escaleras y me tire e el sofá. En menos de unos minutos me sumergí en un profundo sueño....


















Una semana a pasado, siente largos y negros días. En los que solo he dormido, apenas como y ni salir quiero. Mi rutina diaria es la siguiente: me levanto para bañarme, tomar agua y volver a la cama. En ocasiones Amber viene para intentar que como e incluso que salga, pero no lo logra. Mi madre eta comenzando a sospechar, aunque no pase tanto tiempo aquí me conoce y sabe que no estoy bien.

Hace tres días vote mi celular, pues no quería llorar cada vez que lo usará. Los últimos días solo he tenido la misma pesadilla donde revivo el momento en que lo encontré con esa mujer. Jamás pensé estar tan mal por causa del amor y menos por culpa de el.

Fijo mi mirada en encontré techado tratando de encontrar una respuesta a todo. Quizás no fui tan buena en la cama.... no puede ser que ahora me culpe por lo que paso. ¡El patán es el! El sonido de la puerta golpeado la pared hizo que me incorporará en la cama dando con una Amber enojada.

-¿Que...que pasa?- pregunte asustada

-¡Se supone que soy tu maldita mejor amiga! ¿Como demonios no me dijiste nada? ¡No confías en mi!- grito a todo pulmón escapandosele varias lagrimas

-¿De qué hablas?- pregunte petrificada

-¡No te hagas!- grito - ¿Es culpa de el, cierto?- señaló hacia afuera - Mi padre te hizo todo esto. Te uso y ahora te desecha como si nada.- tapó su boca para evitar que un sollozo escapara para ahora señalar así mi - Y tu, no me lo dijiste por que es mi padre. ¿Que creías? ¿Que nunca lo sabría?

-Pe...pero como....como te enteraste....- susurre mas para mi

-El muy imbécil se atrevió a preguntar como estabas, sabes. Estaba tan preocupada, no sabia que hacer. Mi mejor amiga, mi única hermana estaba hagonizando en una cama. Y el se atreve a dar la cara, decir que fue por su culpa. ¡Es que lo odio! - grito lo último con rabia

-¡No! - intente levantarme de la cama, mas no pude - No debes odiarlo, su relación no tiene nada que ver con la que el y yo teníamos. Yo fui la tonta en esta situación....

-¿Porque no me le dijiste?- pregunto acercándose

-Por eso mismo, no quiero que lo odies por lo que me pase a mi. Su relación de padre e hija es diferente.

-Dios, aun mal piensas en los demás. ¿Te puedo abrazar?

-Por favor.

Y así fue, me abrazo tan fuerte. Se sentía tan bien....

-Tendremos una noche de chicas.- dijo aun apretandome

-Qué así sea....

Pero... ¡Es el Padre de Mi Mejor Amiga! |Segunda temporada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora