Desperté.
Pero no de una buena manera.
Siento una mirada fija sobre mi espalda, también escucho murmullos que no logro entender. Trato de ignorarlos sabiendo que tal vez sea mi compañera de cuarto que acaba de llegar pero algo duro golpea mi cabeza justo cuando estoy a punto de volver a conciliar el sueño, provocando un dolor inmenso tan grande que apuesto a que estoy sangrando. Me volteo con dificultad y me levanto de la cama.
Estiro mi mano para encender la luz y cuando esta ya está encendida deja ver a una chica rubia y al mismo rubio que me ayudó a traer mis maletas hasta aquí.
-¿Que mierda te pasa? -Pronuncio esas palabras en general, ya que no sé cual de los dos me tiro lo que sea que me haya tirado a la cabeza.
Me siento rebelada, acabo de decir una mala palabra.
-No, que te pasa a ti. -Me responde la chica. Bien, ya sé quien me golpeó. -¿Que haces en mi habitación?
Pensé que la loca ésta por lo menos sabía que iba a tener una compañera de cuarto. No fantaseaba con que fuéramos las mejores amigas, pero por lo menos no tener inconvenientes con ella.
Y me encuentro con esto.
Parece una perra, mas no se viste como una, de por sí, aquí no he visto a ninguna chica vestida con escotes muy pronunciados ni faldas muy cortas.
-También es mi habitación. -Le informo, ya que el rubio no está dispuesto a abrir la boca. -¿Acaso nadie te dijo que ibas a tener una compañera?
La rubia abrió los ojos sorprendida. No, nadie se lo había dicho.
-¡Sorpresa! -Agrega el rubio subiendo sus manos, como si haberla traído aquí hubiera sido idea suya.
-¡Will! ¿Porque mierda no me lo dijiste? -Se queja. La risa del chico es cada vez mas fuerte, y de verdad aún estoy aturdida por el golpe en mi cabeza, la cual no deja de palpitar y doler. Yo como que mejor los dejó solos y me acerco un momento a la enfermería que no sé donde queda, pero igual, necesito que me revisen la cabeza. O por lo menos que me den una miserable pastilla para calmar el dolor.
Ignorando su discusión llevo una mano a mi cabeza y la toco en el área del golpe, una punzada de dolor me invade en el instante y la aparto.
En mi mano, se deja ver una pequeña mancha de sangre, no es mucha, pero de igual manera aumenta mis ganas de pasarme por la enfermería.
-¿Que fue lo que me tiraste a la cabeza? -Les pregunto a ambos por sobre sus gritos, los dos rubios se callan y me observan.
-Un tacón. -Responde ella encogiéndose de hombros. Y si más, me salgo de la habitación para dejarlos discutir solos. Pero sobre todo porque no quiero verle la cara a esa loca. ¿Como me va a tirar un tacón a la cabeza? Esa cosa me pegó tan fuerte que me hizo hasta una herida en la piel.
Nota mental: Alejarme de la loca.
Camino a lo largo del pasillo hasta llegar al ascensor, una vez adentro presiono el botón de la planta baja y espero con impaciencia a que esta caja baje rápido. Una canción estúpida comienza a sonar por los pequeños parlantes y eso solo aumenta mi dolor de cabeza.
Las puertas se abren dejando ver el living, donde hay muchas chicas conversando y riendo animada mente. Algunas me observan pero me ignoran en el momento en que se dan de cuenta que soy nueva aquí.
No tienes amigos Sam.
Ahg, aún no.
Camino torpemente esquivando a la mayoría y salgo lo mas rápido que puedo de allí. Luego me doy de cuenta de mi torpeza.
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Internado de Idiotas
Teen Fiction"Un internado lleno de idiotas" es lo que piensa Samantha Foster cuando sus padres le dan la terrible noticia. ¡La enviarán a un internado! La están obligando a vivir rodeada de puras zorras y asquerosos jugadores de fútbol con hormonas desatadas. ...