Capítulo 4: "¡Hola Tom!"

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Después de la incómoda mañana que pasé junto a ese trio de locos, por fin pude adaptarme y salir a conocer el internado.

Literalmente los saqué a empujones de mi habitación y luego tomé una larga y relajante ducha con cuidado de no maltratar la herida que aun tengo en mi cabeza. A pesar de que sabía que ya había perdido la primera clase y de seguro ya estaba perdiendo también la segunda, no me molesté en preocuparme, solo quería relajarme aun sabiendo que me esperaba un fuerte sermón por parte del director.

Salí del baño y me cambié la ropa con toda la tranquilidad del mundo, me puse unos pantalones negros bien ajustados ya que es la única ropa decente que tengo y es que gran cantidad de mi ropa la tuve que dejar en casa porque mi madre no la consideraba adecuada para un internado tan prestigioso, una camisa que antes era de mi padre así que se podrán imaginar que no me queda justa al cuerpo, pero es lo que tengo mientras me busco un nuevo guarda ropa que encaje con este lugar, de todos modos la enrolle y acomode un poco para no verme como una vagabunda. También me puse unas botas y por ultimo me colgué la mochila a los hombros.

De seguro mañana o pasado mañana, ya mi madre vendrá con un montón de bolsas llenas de ropa que considere adecuada para estar aquí, aunque yo todavía no entiendo que es lo que mi ropa tenía de malo, yo no era ninguna exhibicionista ni nada por el estilo, mas bien, lo único corto que se puede decir que tenia en mi closet, son shorts, y eso es algo que apuesto a que todos tienen, de por sí, el día en que llegué vi a a varias chicas con shorts puestos.

Mi madre la exagerada.

Le pregunté a un grupo de chicas donde quedaba la cafetería y lo único que hicieron las descaradas esas fue burlarse de mi, por ser nueva y sobre todo de mi ropa, me dijeron cosas tan estúpidas como el que si salí de debajo de un puente y cosas por el estilo. Claro, como ellas estaban vestidas como ropa de marca pues creen que pueden humillarme.

Mas adelante, me topé con otra chica que si me dijo con mas amabilidad en donde quedaba la cafetería, y aproveché para preguntarle en donde quedaba el baño.

Me comí un desayuno rápido y miré el gigante reloj que está sobre la puerta de la cafetería, luego fije mis ojos sobre el horario y me di de cuenta que tenía unos veinte minutos antes de la siguiente clase.

Me dirigí al baño, en donde me encuentro ahora, asustada con lo que veo en el espejo frente a mi.

De verdad parezco una vagabunda, en la habitación ni siquiera quise mirarme al espejo y estas son las consecuencias. Encima de eso, la ropa que traigo puesta no me favorece en nada.

Me quedan unos quince minutos antes de entrar, tengo que hacer algo en este poco tiempo, no puedo dejar que todos me vean así, una cosa es que tampoco me preocupe demasiado por mi apariencia, pero de verdad me veo horrible.

Saco mi camisa y desabotono un botón de arriba y otro de abajo, luego doblo las mangas hasta que están un poco mas abajo de mis codos, subo y acomodo bien mis pantalones en mi cintura, acomodo mejor mi cabello, peinándolo con mis dedos y creándole una mejor forma, y por último, saco el estuche de maquillaje que Lily me obligó a traer, en este momento estoy muy agradecida con sus insistencias, y tapo mi demacrada cara con un poco de maquillaje, algo de rímel, polvo, rubor, delineador, un poquito de todo y ahora si, estoy mejor.

Justo cuando estoy guardando el estuche de maquillaje en mi bolso, suena el timbre de entrada, y salgo casi corriendo para no perder esta clase también.

Como era de esperarse, en el momento que entré al salón, todos se quedaron viéndome, por dos razones, por ser nueva y por llegar tarde y que es que el salón quedaba mas lejos de lo que pensé, por lo tanto se me hizo mas largo el camino. Ya todos están sentados sobre sus respectivos asientos, esperando a que inicie la clase.

Internado de IdiotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora