¿MAS QUE UN BESO O UN SIMPLE BESO?

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¿MAS QUE UN BESO O UN SIMPLE BESO?

-          ¿Qué pasó? - El sol se había ocultado  y pudo percibir que Sara gozaba de un excelente humor así que solo le sonrió - ¿Qué hora es? - Miró su reloj en el brazo que aún conservaba alrededor de Sara y la acerco a él  - pero si van a ser las 6 y 30 de la tarde ¡Como se ha pasado el tiempo!.

Observó lo radiante que estaba Sara, en sus ojos pudo percibir que algo la divertía mucho:

-          ¿Qué es tan gracioso? - Sara, quien no dejaba de sonreír, negó con la cabeza - ¿tengo algo extraño  en la cara? - Sara volvió a negar - ¿por qué ríes entonces?

Fue inútil todo intento, Sara se negaba a emitir sonido mientras cada vez era más difícil para ella contener la risa,  Anthony decidió hacerla hablar:

-          No me dejas más alternativa que recurrir a mi arma secreta - con mucha suavidad tomó una mano y luego con aun más suavidad le tomó la otra, las juntó y observó como la sonrisa de Sara se desvanecía, cuando ambas manos estaban aseguradas en solo una de él, le comenzó a hacer cosquillas y producto del esfuerzo de querer soltarse y el querer sostenerla y hacerle cosquillas, ambos se revolcaron en la manta, Sara comenzó a suplicar que la soltara y él se negaba condicionando su petición a que le contestara cual era el motivo de su risa:

-          Ok, ok, te diré, pero primero suéltame.

-          No ¿quién me asegura que me lo dirás? - le aseguró las manos por encima de la cabeza de la chica.

-          No te contestare hasta que me sueltes - le dijo desafiándolo aun riendo.

-          Podemos permanecer aquí el tiempo que quieras, pero te advierto tengo hambre y eso no me pone de buen humor.

Sara acto reflejo frunció el entrecejo, Anthony sintió como el poco autocontrol que le quedaba lo abandonó, y usando una excusa barata, porque eso era aquel juego, alguien una vez le mencionó que era mejor pedir perdón que permiso, así que se acercó lentamente mientras le decía:

-          Te dije que si volvías a fruncir el ceño tomaría medidas drásticas - comenzó a rozar con su nariz sus mejillas - pero puedo perdonarte si me dices que era tan gracioso - suplicó a los cielos para que ella se negara, aunque dudó mucho poder parar, aun y cuando ella le concediera lo que le pedía, pero para su satisfacción Sara permaneció callada.

Anthony sintió aquello como un permiso tácito, se tomó su tiempo, la observó de cerca tanto como se lo permitía sin llegar a besarla, sus ojos eran el reflejo de sus sentimientos y percibió en ellos anhelo, suspiró, sabía que si la besaba no volvería a ser lo mismo, puede que ella fijara algunos límites y dudó si quería perder el camino que hasta ahora había recorrido, conocía el proceder de Sara y a pesar de que percibía como ella deseaba ese beso, esa cercanía, y aun mas, siempre sus prejuicios profesionales le harían tomar decisiones absurdas, vio como Sara cerraba los ojos dejándolo ajeno a lo que realmente quería, sintió su respiración acelerada y eso fue lo último de lo que fue consciente, se entregó a un sentimiento de urgencia y la besó, al principio era un beso con necesidad, con desesperación, para su sorpresa Sara el correspondió con igual o mayor intensidad, le gustaba percibirla de esa forma, humana, con necesidades, específicamente con necesidad de él, cambió su posición para que ella descansara sobre él y la apretó contra el soltó sus manos y pudo sentir como ella buscaba su cara, masajeaba su pelo, sentimientos intensos invadieron su mente de quererla solo para sí y nunca dejarla ir, de retenerla a su lado y amarla, tomar esa inocencia que percibía en ella, agradecer su intensidad y pasión, pero  si seguía considerando todos esos sentimientos, podría darle una impresión equivocada de lo que quería de ella, así que poco a poco fue cambiando el ritmo del beso hasta que lo convirtió en algo muy sutil, había ternura, mucha ternura en lo que ambos hacían, saborearla de aquella forma conocer la anatomía de su cara, cada uno de los rincones de su boca, percibir que era sensible en varias partes de su cuello e imaginarse una vida entera conociéndolos, eso hizo que en su mente sugiera una frase "tienes que ser mía".

Terminó el beso e inmediatamente agregó:

-          No pienso pedirte disculpas, ni prometerte que no va a volver a suceder, me gustas - le aseguró mientras ella le miraba con una expresión que no podía descifrar, intento adelantarse a sus prejuicios restándole importancia a lo sucedido - ¡fue agradable! - para su sorpresa Sara le interrumpió.

-          Fue un simple beso - le indicó levantándose - producto del momento y la circunstancias, así que deja el drama - Anthony sonrío.

-          Eso no se parece mucho a ti - le comentó aun sonriendo, mientras que por dentro se reprochaba el no aceptar la excusa que ella le daba sin más.

-          Te dije que no me conocías, ahora mismo  ninguno tiene tiempo para esto, eso lo hemos dejado claro, me besaste porque así lo quise y asumo la posición en lo que eso me pone, pero lo más sensato es dejarlo como un simple beso.

Anthony se levantó y lo mismo hizo con la manta mientras la observaba alejarse, pensó que por un lado no podía dar nada por sentado con esa chica y por el otro se regocijaba en la seguridad de la intensidad de los sentimientos de Sara por él.

Él se encargó de que durante el viaje no reinara un incómodo silencio, así que le compartió las ideas que tenía con respecto a las direcciones que quería crear sin revelar a quienes estaba considerando para los puestos, eso la animó y en poco ambos discutían animadamente sobre las atribuciones que las direcciones podían tener; y por si ya no tuviera bastantes argumentos para ofrecerle el puesto que le tenía reservado, Anthony escuchaba impresionado como ella mejoraba las ideas que él le presentaba, llegaron a un restaurant informal donde pides en la caja y escoges una mesa y luego te llaman para que recojas tu pedido.  

-          ¿Qué te parece si preparo por escrito las ideas que tengo este fin y te las entrego el lunes? - le comentó Sara mientras el revisaba sus mensajes del celular.

-          Has trabajado de sobra esta semana, disfruta de tu fin de semana - contestó sin despegar la vista de su celular.

-          No me tomaría mucho tiempo, pero entiendo que eso debes decidirlo tú - Anthony inmediatamente levantó la cara.

-          Estaba tratando de no ser un jefe explotador, por supuesto que quiero que lo hagas, pero el lunes, le pediré a Veliz que nos acompañe y así haremos el acta definitiva, luego hay que enviarlo al abogado para que el haga el registro oficial y así crear los cargos. - Le sonrió - si quieres llevar algunas notas es tu decisión, pero luego no me acuses de ser demasiado exigente.

-          No lo hare - le contestó sonriendo. 

El Primer Beso no se OlvidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora