Un funeral

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Al salir, Marian no le dijo nada a nadie esperando no tardar mucho para no llamar la atención. Sabia aque si Jame se enteraba tendria bastantes problemas asi que prefirio callar y salir.

El pedido era bastante concreto; viajar a Londres al funeral de un joven escritor que murio por enfermedad. Tomar el alma y salir.

Al llegar se sento en un rincón cerca del ataúd carmín con adornos dorados. Noto que cerca estaba un joven que aparentaba los veinticinco años de edad. Este lloraba cerca de ella pero, por el ser humano y ella shinigami, no podia verla. Marian se limito solo a ver a ese pelirrojo llorar.

Algunos sentimientos llegaron a ella. Sentimientos que no recordaba sentir, que hacian un gran hueco en su pecho, queria saber el porqué de ese sentimiento que estaba experimentado por vez primera.

Por su parte, el joven pelirrojo de ojos miel, lloraba tratando inútilmente de callar el dolor que sentia tras perder a aquella persona que al parecer era muy importante para el.

Marian comenzaba a ruborizarse por ver esa esena asi que tomo el alma. Tomo el cristal y esta tomo la forma de una espada color azul que comenzaba a tomar un alma que se definiria como pura pues esta tomaba un color blanco al ser absorbida por la espada. Marian al terminar noto que aquel joven miraba en su dirección. Marian se puso algo tensa y decidio irse, no sin antes escuchar  algo que la dejo sin aliento.

-¿Marian?- dijo aquel chico al verla.

-Jhonas, tenemos que irnos- dijo una señora mayor a lo que aquel pelirrojo sólo asintió con la cabeza.

Marian solo salio con la duda.

-¿Cómo rayos me vio? ¿Que rayos hice mal?- comenzó a preguntarse al llegar a su aposento.

Marian se percato que Jame la fulminaba con la mirada pero al llegar este callo en llanto abrazandola fuertemente.

-Estupida ¿porqué hiciste eso? Seras explusada no tenias derecho a tomar esa alma te lo dije!.

Antes de que marian pudiese articular alguna palabra se escucho unas prompetas anunciando la llegada de alguien... Al escuchar su llegada lo sabian...

Se avecina una muerte.

-Vienen por ti. ¡¿Estas feliz?! ¡Le prometi que cuidaría de ti!- comenzo a gritar y reprochar Jame entre quejidos. -No les dejare-

A la llegada de aquellos angeles Jame se interpuso ante marian supicando su perdón y, de no ser asi, que su vida fuese tomada como sustitución a la falta de la joven.

Como era de esperar, la petición que Jame habia hecho fue ignorada y ambos fueron llevados al congreso de vida y muerte.

-¿Qué pasará con migo?- Pregunto Marian algo asustada.

-Te llevarán al congreso de vida y muerte. Ahi decidirán que hacer con tigo.

Marian y Jame fueron apresados en una jaula de oro. Marian estaba muy asustada asta que algo hizo  que cayera inconciente.

Dentro del sueño de Marian; tuvo un vago recuerdo. Era una cabaña en un tono cafe con adornos en tono crema.
Ahi estaba ella, con un vestido de campo amarillo que mostraba una iregularidad, ¡No tenia su cristal! Estaba con un aspecto radiante junto con dos personas que no recordaba. La primera era una joven de una edad similar a Marian con un aspecto tan radiante como el de la misma. Portaba un vestido aun mas corto en color verde y un collar con una joya del mismo color.
La segunda persona era un joven, ¡Era el mismo del funeral!, esta vez llevaba un aspecto muy alegre, todo lo contrario a como estaba en el funeral. Iva con un atuendo algo olgado, como si viniera de trabajar en el campo, y abrazaba a Marian fuertemente.

¿Qué era ese recuerdo?

Ella no lo sabia.

Que pasaría?

Lo único que tenia en claro es que si él congreso llegaba era por algo muy grande. No esperaba que fuera por ella...

Mi hermosa maldiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora