Ella estaba con el, pensaban igual;
no era débil, se comprendían.
El deseaba acabar con la maldad,
Deseaba protegerlas aunque en silencio...
... y ella, protegía desde las sombras
a alguien que el deseaba eliminar.
Un secreto individual, ¿Como term...
En algun lugar de Tokyo, cerca del distrito 6, se encontraba un chico en la terraza de un edificio de alguna empresa, el viento frío alborotaba su largo cabello color azul y sus ojos oscuros estaban fijos en la escena allá abajo en un callejón oscuro. Era de noche y la luz de la luna no dejaba ver cómo el quisiera, su rostro estaba desfigurado en una mueca de molestia. Bajo de un salto de la terraza de tal vez 50 metros de largo, al tocar al suelo camino al escenario que le esperaba. Al estar frente a este, donde estaba el fuerte rastro a sangre, miró con detenimiento el cuerpo masculino desmembrado, tal vez sería un joven de 25 años, su cuerpo estaba apenas reconocible y se podía ver sus intestinos y algunas costillas, este no tenia ojos, en cambio tenía dos billetes y una nota. Sabía que era el mismo ghoul que de los otros 10 casos en las últimas dos semanas, ya que siempre dejaba una nota donde decía "Propina". Tocó su frente con un dejé de frustración, cerro los ojos casi de manera inmediata, estaba pensando de manera intuitiva que el responsable de tanta actividad que estaba atrayendo a la zona al CCG era alguien ajeno al Árbol del Aogiri: ya que el joven Kirishima estaba seguro de que los miembros eran demasiado maricas para trabajar sin el Aogiri, además, que Noro, Yamori o cualquier otro miembro importante lo pudieron haber notado (Puesto que saldrían y el aroma) así que era un estúpido Ghoul que era un completo idiota. La idea de cazar al responsable le excitaba de sobremanera, era emocionante tener un juguete nuevo en el que entretenerse pero odiaba que no había podido avanzar con el ghoul ya que no tenía maneras de saber que era: solo sabía que atacaba de manera constante y su método siempre eran distintos, cambiaba lo que comía como si fuera el cuerpo un buffet, pero si había algo en lo que coincidían en algo todos los cadáveres: No tenían globos oculares, ninguno de ellos. Siguio caminando, deambulando pensantivo, el cielo estaba teñído de un hermoso color azul marino y era acompañado de estrellas de todo tamaño y hermosos colores vibrantes. Su mirada se enfoco en una estrella roja, metió sus manos en sus bolsillos mientras que acomodaba su bufanda morada para tapar su nariz y boca. Cuando estaba en situaciones similares era imposible no recordar su infancia con Touka y su débil padre. Fue que luego de varios minutos un entormecedor aroma lo saco de sus pensamientos, reubicando sus pensamientos, volteo de manera instantánea fuera de si. Era un ghoul, estaba seguro: El sonido provenía de un callejón cerrado a 3 construcciones de dónde su posición, siguió caminando para ver la situación, hasta que, estando a mitad de la acera. Vio algunas marcas de sangre -Otro estúpido Ghoul Gruño para sí mismo, aunque tenia la esperanza de que fuera aquel ghoul para acabar de una vez con el. Comenzó a adentrarse al callejón oscuro, que solamente se encontraba iluminado por la luna y las estrellas. Sintió algo pegajoso pisar, Miró el suelo, de forma desinteresada y se agachó, para recoger aquello que estaba ahora aplastado: Un ojo. Rápidamente se tenso sintiendo la excitación recorrer su cuerpo, al fin había encontrado a ese estúpido Ghoul, "hubiera querido jugar un poco más" pensó el. Está situación lo tomaba totalmente desprevenido, pero estaba listo para atacar al idiota que había hecho esto. Comenzó a subir su mirada, mientras sosténia con sus dedos el pegajoso ojo para luego lanzarlo.
La escena frente suyo era de una mujer sollozante con sangre corriendo por su cara y otra mordiendo y besando su cuello. Los ojos de Ayato se abrieron con sorpresa —Hey, idiota, estoy un poco ocupada ahora: Largate Dijo la chica volteando, dejando ver una máscara que tapaba su rostro pero no sus labios llenos de sangre.
La voz era afilada y fría, tenía un tono agudo que le parecio perfecto al joven Kirishima, sus labios rojos carmesí por la sangre estaba en uns mueca: la figura femenina de la ghoul evitaba que la humana huyera. La sádica —Y lésbica— escena hacia que Ayato se sintiera interesado. Su corto cabello de color rosa estaba en una coleta su piel era pálida y era tan delgada que lucía frágil. —¿Acaso tienes algún retraso para comprender lo que digo? Se burló la joven sonriendo, dejando ver sus dientes llenos de sangre, el chico apretó la mandíbula con molestia, aplasto el otro ojo que estaba , borrando la sonrisa burlona de la chica. —No te tengo miedo, si es lo que te da tanto valor La chica volvió a reír, levantándose y dejando a la chica que parecía moribunda caer al suelo. Ayato la examinó con la mirada: tenía un bralette negro de encaje y una chamarra de piel del mismo color, cosa que le provocó cierta excitación al chico. -Ese ojo, ese estúpido ojo era parte de mi cena. Comenzó a acercarse a Ayato, su manera de andar le recordó al Kirishima a un gato: lo hacía de una manera sigilosa pero luciendo elegante pero también Lucia bastante sensual. El pantalón negro de la chica estaba ceñido al cuerpo de la chica, quién tenía una hermosa figura, despertando en Kirishima cierta curiosidad que jamás había sentido. Deseo, tal vez. —Tsk.. Idiota. Dijo el chico caminando también hacia ella, provocando una risita por parte de la chica, estaban frente a frente y Ayato se sentía tanto molesto como confundido. La chica se alzo la mascara, haciendo que quedara en su cabello como diadema: está era blanca con orejas y tenía pintada unos trazos finos amarillos que daba con la forma de un gato, la máscara al igual que ella tenía manchas de sangre seca y fresca, que al parecer la chica nunca había intentado quitar. —Luces tan mal.. Escupió la chica en su oído, con un tono sensual como si fuera un ronroneo, estaba cerca suyo, tan cerca que sentía su cuerpo rozar el de el, su rostro se encontraba a milímetros del suyo. —Tranquilo, te dejare mi cena. Yo invito.., no vaya a ser que mueras por hambre Río de manera estruendosa, coloco su mano en el pecho de Ayato dejando unos cuantos billetes.
Kirishima fruncio el ceño con disgusto. Cuando ella empezó a caminar se volteo para intentar darle una patada a la chica en un ataque de furia, quien sólo la esquivo agachándose: dándole una gran vista a Ayato de su trasero —Cosa que lo hizo sentir extrañamente encantado— y entre risas salió corriendo. —Idiota Soltó el joven con un tono irritado, ahora solo. Mientras se agachaba a tomar la máscara que con anterioridad estaba en la frente de la chica.
Suspiró pesadamente y comenzó a correr, de regreso a la ubicación actual de Aogiri, el se encargaría de asesinarla pero no sin antes jugar un poco con ella. Cuando llegó a la habitación que el estaba usando dejo la máscara en una mesa de noche, y se acercó a la ventana mirando la vista que le proporcionaba el edificio vacío en el que se ubicaba. Volteo a ver la máscara, pensativo, recordando a la chica. —Tal vez yo juegue contigo la próxima vez.. Dijo para sí mismo, con una sonrisa entre sus labios. Miró su mano, recordando el ojo que anteriormente había arruinado Tenía algunas manchas rojas debido a la sangre ya seca. Acercó su dedo a sus labios, olfateando la sangre, quien olia de manera deliciosa y dulce. Lamió un poco su dedo, sintiendo el sabor metálico emanar su boca. La mataría, estaba seguro.
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