T r e s

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«¿Cómo es posible que sea tan atrevido?, parece importarle un comino la vida y sus límites.» Pensó Juan.

"Han pasado tres días y ni siquiera te has preocupado por lo menos en ver nuestro tema del trabajo" dijo Dominik obstruyéndole el paso a Juan, éste blanqueó los ojos.
"Maldita sea, ¿qué tengo que hacer para que entiendas que no quiero trabajar en equipo?"
"¿Por qué te caigo tan mal?, si ni me conoces" se defendió Dominik frunciendo el ceño.

"Exacto, porque no te conozco y no pienso conocerte. Odio hacer nuevos amigos y odio socializar" le contestó, Dominik rechistó.
"¿Sabes?, te miras más lindo cuando sonríes, me gustan tus hoyuelos, no deberías desperdiciarlos enojándote cada dos por tres, idiota" le contestó, Juan se quedó impávido y sintió como comenzaba a sudar frío.

"¿Cómo sabes que tengo hoyuelos?, nunca he sonreído frente tuya, frente a nadie" le preguntó con una mirada insípida, Dominik por el contrario sonrió, luciendo sus lindos colmillos.
"Exacto. Piensas que no nos conocemos pero en realidad te equivocas, puede que no me recuerdes, pero yo fui uno de los afortunados al verte sonreír." le contestó acercándose a él, Juan pudo aspirar el olor a tabaco.

"¿Quién eres?, ¿de dónde me conoces?, ¿¡Por qué eres tan tedioso!?, joder" le preguntó Juan muy serio, y es que maldición, Juan lo sentía muy familiar, pero su mente lo había bloqueado por completo.
"¿Quieres saberlo?" le preguntó Dominik con una sonrisa socarrona, Juan pareció niño pequeño al asentir con un medio puchero en su labio.
"Entonces acepta hacer el trabajo conmigo, te daré la oportunidad de que sepas quien soy" le contestó, Dominik parecía ir siempre de coña.

Lastimosamente, Juan era una persona muy muy curiosa.

«Oh, eres un 'joputa».

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