S i e t e

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"Profesor, tengo un problema" se expresó Juan en voz baja, aunque no había nadie en el salón que los pudiese escuchar. El profe Félix bufó.
"La consejera escolar está para eso, si me permites, tengo que..."
"No. No me refiero a problemas de mi vida personal. Me refiero a que tengo un problema con el trabajo que dejó en parejas." Hizo una larga pausa y el profesor lo observó esperando a que siguiese hablando.

"¡NO PUEDO TRABAJAR CON ESE NINFÓMANO!" gritó desesperado, el Señor Félix abrió los ojos de par en par.
"Es una acusación muy fuerte la que está haciendo, señor Gonzales" dijo el profesor, Juan suspiró tirando la cabeza hacia atrás.
"Vale, perdón, no era el término que quería ocupar... pero, ¡es un depravado!, se la pasa tirándome indirectas sobre..."
"Escuche, realmente no me interesa saber sobre vuestra orientación sexual."

"Pero no es ese el punto, ¡agh!, el punto es que es alguien insoportable. Si no estoy acostumbrado a socializar con gente normal, imagínese con este tipo, es un pesado, un parguela y un inmaduro, un directo que a parte no entiende lo que significa espacio personal, ¿¡entiende la gravedad del asunto!?"
exasperó colocando las manos en el escritorio con frustración.
"Sí. Entiendo que usted necesita ir a un psicólogo que le ayude con sus problemas de autoestima y relaciones con el mundo, porque cada persona es diferente, y tiene que aprender a soportarlas, si yo he soportado durante veintisiete años a adolescentes hormonales con toda clase de problemas mentales, usted puede soportar a uno solo por unos meses. No vivirá toda su vida encerrado en una caja de cristal, señor Gonzales. Así que aprenda a llevarse con las personas."

"¡Esa no es una persona, es un demonio!" exclamó Juan llevándose las manos a la cabeza, poco le faltaba para comenzar a tirar de su cabello y quedarse calvo ahí mismo, el profesor entornó los ojos.
"Habla peor que mi abuela, por Dios. No se morirá por hacer un trabajo en equipo carajo, deje de ser tan dramático y reaccione. Bienvenido al mundo real" le dijo aburrido de la conversación.

"¡Pero señor...!"
"Es lo último que diré sobre el tema, punto final." Le dijo levantándose y tomando sus cosas para salir del salón. Dejó a Juanjo solo en la frustración y el joven cayó hincado al suelo y comenzó a golpearse la frente contra el escritorio.

"Oye, te vas a hacer daño" dijo una voz a sus espaldas.
"¡Es lo que intento!, pensé que era obvio" dijo en una exageración de sollozo mientras se lamentaba haber existido. De pronto su cabeza se detuvo porque unas manos la detienen. Juan levantó la mirada y pudo observar unos ojos grises.
"¡Oh perfecto!" dijo apartándose de las manos, se levantó y guardó dos metros de distancia.

Dominik frunció el ceño.
"Me has estado ignorando toda la mañana" le dijo con la expresión seria. Juan entornó los ojos y se limitó a cruzarse de brazos.
"¿No me vas a contestar?" le preguntó, Juan hizo oídos sordos, Dominik chistó.
"Que inmaduro de tu parte" dijo con una sonrisa socarrona, a Juan se le calentó el pecho y lo observó con entre furia e indignación.
"¿Inmaduro yo?, ¡claro!, yo fui el que me tiré como pescado muerto fuera del agua y luego me puse a reír como loco a mitad de la calle" le dijo muy molesto, Dominik notó que el menor casi echaba humo por las orejas, y cambió su expresión de capullo a por uno mas serio.

"Oye... lo lamento, ¿vale?, no sabía que te afectaría tanto esa pequeña jugarreta, perdón, me comporté como un imbécil, debí haber pensando lo que hacía, ¿me disculpas?" Le dijo viéndole a los ojos. De pronto Juan se había quedado estupefacto ante la actitud de madurez que había tomado Dominik en ese momento, incluso lo miraba tan serio que no sabía si era de broma.
"Eh..." se cortó sin saber cómo responderle.

"Venga Juan, que hemos comenzando con el pie izquierdo... ¿y si empezamos de nuevo?" le dijo con una linda sonrisa dibujada en sus labios, parecía sincera.
Juan de pronto se confundió.
«No es tan imbécil después de todo... pero... No Juan
"No lo sé, no me agradas." dijo Juan directamente, Dominik torció su sonrisa.
"Auch, eso duele. Pero oye, me tomaste por el lado equivocado, en realidad no soy tan insoportable... ¿qué dices, me das otra oportunidad?" le preguntó con una pequeña sonrisa.

Juan lo observó con desconfianza.
"Hola, mucho gusto, mi nombre es Dominik, será un placer trabajar contigo" Le dijo extendiendo su mano.

«¿Qué tiene este idiota que me hace caer siempre

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