Dieron al fin las once de la noche, después de un día pesado he quedado agotado y un sueño no me cairía nada mal. Ésta vez me desearon una linda noche y unos dulces sueños; quedé profundamente dormido.
El despertador suena, había parecido que apenas llevara dos minutos dormido. Abrí los ojos para apagar el despertador, me di un baño caliente y me puse el elegante traje que me regaló mi madre; ya estaba listo para trabajar.
Al salir, saludé al portero como de costumbre, pero al verlo, su cuerpo se había convertido en una galleta, una galleta enorme con chispitas de chocolate; salí de ahí sin decir ni una palabra y traté de explicarme una razón lógica del motivo por cuál mi portero era una galleta.
Entré a mi oficina y en menos de un segundo mi secretaría desenfrenadamen corre alrededor de toda la oficina; la sujeté de ambos brazos para calmarla y al verla de cerca, noté su enorme pico y sus anchas alas; mi secretaria era un Pollo uno apto para freír.
Inmediatamente salí de la oficina para fumarme un cigarrilo, mi día estaba siendo un tanto duro; Traté de encender la flama del encendedor, pero una corriente de aire apagaba constantemente la flama, volteé para bloquear dichosa corriente y al darme la vuelta vi frente a mí una mujer, con enormes alas emplumadas, del asombro tiré el cigarrillo y mientras retrocedía lentamente, el hermoso ángel sube al cielo desapareciendo dentro de las nubes.
Salí corriendo del lugar, volví a la oficina para coger mi abrigo, la secretaria ya no era un pollo; corrí a los departamentos y de sorpresa el portero ya no era una galleta.
Miré la hora y el tiempo no avanzaba. De un golpe desperté.
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Ya somos dos
Short Story¿Aburrido? Ya somos dos. ¿Te gustan las pequeñas historias? Ya somos dos. ¿Tienes más imaginación que otros? Ya somos dos, y vengo a compartir un poco de ella.