Perdiste el vuelo

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Me perdí, prácticamente me perdí en un mundo lleno de alegría; Lo acepto fue hermoso mantenerme ahí. Pero en ocasiones nos exigimos más por si mismos, que, sin darme cuenta fui alejándome de este maravilloso mundo, entrando al mundo cruel y normal. Aún recuerdo las veladas de preguntas, las tardes de mensajes y las mañanas de sonrisas.

El viaje fue largo, aunque me haya parecido realmente corto. Quiero regresar, he de confesarlo, pero tengo bien claro que tal vez no merezca volver.

Perder el vuelo no es siempre malo, en ocasiones debemos ir a carretera y disfrutar del camino, admirar los errores y recordar los buenos momentos.

Ya somos dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora