Esmeralda | Draco Malfoy (Lazuli Book 2)

Capítulo 3: Todos a bordo del expreso de Hogwarts.

El siguiente día no llegó lo suficientemente pronto. Pasé una noche agitada dando vueltas en la cama, preguntándome si realmente había sido una ilusión y mi mente estaba jugándome trucos, o si realmente había sido Draco, mi Draco. Finalmente amaneció, señalando el comienzo de lo que sería un año sin incidentes en Hogwarts.

Pero esperen... No ha habido uno de esos en todo el tiempo que había sido estudiante, así que ¿Por qué tener esperanza ahora?

Me metí en nuestro pequeño cuarto de baño antes de que alguien se despertara, me lavé el cabello y me maquillé. No llevaba mucho maquillaje en realidad, el único cambio en mis preferencias cosméticas durante el verano era que ahora prefería usar negro, y por lo general un pintalabios en tono rosa oscuro o un borgoña brillante. Definitivamente no era la chica dulce e inocente que solía ser.

En poco tiempo Ginny y Hermione estuvieron despiertas, golpeando la puerta para que me diera prisa y las dejara usar el baño. Después de cepillarme mi húmedo cabello frente al pequeño espejo del baño, abrí la puerta y le sonreí a mi hermana y a Hermione, ambas de las cuales estaban sosteniendo sus bolsas de lavado en sus manos y moviendo los pies con impaciencia.

-¡Buenos días! - Exclamé con entusiasmo mientras me dirigía a mi dormitorio. Ellas intercambiaron miradas de sorpresa, y me miraron, pero no pregunté qué me estaban viendo. Yo sólo le sonreí a mi hermano Ron cuando salió de su propia habitación, frotándose los ojos con cansancio, y luego desaparecí en la mía.

Ya había empacado mi baúl ayer por la noche, así que todo estaba listo. Había dejado cuidadosamente un cambio de ropa sobre el baúl y me cambié a toda prisa, era un conjunto simple que consistía en un vestido azul realmente apretado que resaltaban mis curvas, mi chaqueta de cuero que casi no me había quitado en todo el verano, un par de medias negras y unos brillantes zapatos de tacón que había visto en una tienda muggle y amé. Mi cabello estaba seco sobre todo ahora, así que pasé un peine a través de mi cabello una vez más para luego dejarlo caer en ondas suaves, alcanzando la mitad de mi espalda.

Ya completamente vestida, me perfumé y luego recogí el magnífico bolso de cuero azul el cual había sido un regalo de Narcissa en Navidad, y a pesar de la desgracia que su familia me había causado, había sido incapaz de deshacerme de él.

Con nada más que hacer, me posé sobre mi cama con las piernas cruzadas, tomando un trozo de papel y una pluma de la pequeña mesa junto a mi cama y comencé a escribir una carta.

Estimado Charlie,

Hoy es el día en el cual volvemos a Hogwarts. Sé que debería estar emocionada y creéme que lo estoy, pero no puedo evitar sentirme preocupada.

¿Y si alguien descubre mi secreto? Mi vida terminaría y sería encerrada en Azkaban por ser sospechosa de ser mortífaga. Perdería a mis amigos, mi vida, todo. Sé que siempre pretendo ser fuerte, pero no creo que pueda hacerle frente a Azkaban, especialmente cuando sé que soy inocente y estoy rodeada de todos estos mortífagos condenados.

Te extraño, no me gusta que hayas vuelto a Rumanía tan pronto, pero puedo entender por qué. Nadie quiere dragones sin escrúpulos sueltos por ahí, ¿Verdad?

No hemos sabido nada de Percy, pero eso era de esperar. Nos envió una sola carta, solamente para preguntar por mi vida, y ni siquiera se molestó en responder a la larga y llorosa respuesta que mamá le envió de vuelta. Aún así, no puedo culparlo.

Ha sido un infierno aquí las últimas semanas. Después de que volviste a Rumania, Bill volvió a Egipto y los gemelos se mudaran, todo ha estado terriblemente tranquilo con sólo Ron, Ginny, mamá y yo, Hermione vino hace un par de semanas, y luego Harry llegó hace un par de días, Dumbledore lo quería para algo y lo dejó en la madriguera cuando terminaron.