Capítulo 2.- Sueños.

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Narra Eren(N/A:Por si acaso, lo vuelvo a poner, asi evito confusiones)
¿Alguna vez han oído la frase "Pasado Pisado"? Por una vez me identifíco con ella.
Es bastante tarde, el sol se empieza a ocultar en el mar.
Estoy sentado sobre una roca, bajo una especie de arco de piedra.
Ahora que me doy cuenta, siempre me siento ahí.
Los peces cosquillean mis pies, y otros húyen al mínimo movimiento de estos.
Veo una concha, bastante colorida cabe decir. Azul y rosa.
Respiro hondo, y cierro los ojos.
Escucho las olas, los trocitos de conchas moverse, en un suave y tranquilizante cascabeleo.
Sentí un suave aroma, y un leve gemído. Entreabro los ojos.
Es...¿Una silueta?
Abrí completamente los parpados, y por unos instantes, ví algo entre las rocas.
Me estaba observando...
No sabía que hacer, me levante en una postura algo cómica.
-Eh...¿Quieres...algo?
-¡Ahai!.-Se zambulló en el agua.
-Que mierda...
Me fuí, eso estubo bien raro. Sera mi imaginación...eso espero.

Recuerdo lo del día, anterior. Ya acabe mi entrenamiento, y vuelvo a estar sentado donde antes, pero esta vez, estoy mas alerta.
Entonces, lo vuelvo a ver, esta apoyado en una roca, la misma silueta.
-¡Hey, tú, no te vayas! ¡No te haré daño!.-Dije mientras me acerque, ví cono se echó hacia atras, y gemía con nerviosismo.
Y me fijé en sus ojos. Celestes como el agua que lo cubría, con algunos reflejos color arena, rosados y verdes.
-¿Qué pasa? ¿Estás atrapado?
-Yo-yo...no-no...arg...lo siento.-Se rasco la nuca. Poseía una cabellera rubia, algo ondulada al final.
-Tranquilo, podemos hablar... Ven, sigueme.
Me fuí a la roca de siempre y me senté.
El emergió del agua, frente a mí.
-¿Qué haces aquí?
-Eso debería preguntartelo yo. Vivo aquí.
-¿Donde esta tu casa?
-En aquel hueco.-Señalo a una cavidad bajo el agua, en una de las paredes de piedra que elevaban un acantilado de tierra y hierba.
-Eeee...-Busqué sus piernas, ¿Donde carajos estaban sus piernas? Algo las cubría.
No, no es mi imaginación...¡Es una cola! En la cintura es celeste, y el resto de las escamas son como el arcoiris. Azul oscuro, azul claro, rosa claro, y la raiz blanca. El cartilago que finalizaba la aleta, era blanca.
-¿Eres una...?
-Si, ¿es raro, a que sí? Bueno, para mí no, ya me entiendes.-Era muy despistado, pero se notaba que era por los nervios. Aun así, tiene bastante carisma.
-Yo...no se que decir...-Me sonroje. ¡Joder, adoro a las sirenas, es mi sueño hecho realidad!-¿Cómo te llamas?
-¿Qué? Oh, mi nombre, si si, mi nombre. Me llamo Armin. Si, se que es raro también, casi todas las sirenas son chicas, pero tambien existen los...sirenos, creo...bueno, solo dime Armin y ya. ¿Y tú?
-Eren.-Estaba enbobado con el. Hubiese estado bien una sirena de larga cabellera, buenos pechos y bonita voz, pero empiezo a creer que esto es mejor.-¿Porqué te asustaste antes?
-Los humanos cazáis peces, con largos palos grises. Y sale mucha sangre. Y ellos sufren y gritan de dolor.-Sus ojos se empezaron a aguar, me sentí mal, pero por otro lado me ablandó su inocencia.-¿Porqué lo hacéis? ¿Porqué les hacéis daño?
-Bueno...tenemos que comer variado, por eso-
-¡Pues comeos entre vosotros!
-Pero eso es canibalismo, si tu te comes un pez...
-Yo no sería capaz de hacer eso.
-Nosotros tampoco.
-¿Tú me comerías?
¿¡Pero que tipo de pregunta es esa?! ¡Claro que no, joder!
-¡Nunca! Me encantan las sirenas, nunca me comería una, ni siquiera le haría daño.
-¿Qué más coméis?
-Comida...es decir, carne, vegetales, fruta...¿Tu que comes?
-Yo como...eeeh...¿Qué como?
-Jajajaja, ni tu lo sabes, que gracioso eres.
-No era una broma.
Paré de reirme.
-Creo que hago la fotosíntesis.
Volví a estallar en risas.
Lo miré con lágrimas de la risa.
Movía su cola feliz, dando chapoteos en el agua.
-Oye, ya es muy tarde, me tengo que ir.
-Joo, ahora que nos estabamos divirtiendo.
-Bueno, mañana también voy a volver, y pasado, y el otro...casi todos los días. Intentaré venir, si estoy enfermo no podré. Pero en los días de descanso vendré desde muy temprano.
-Eso me gusta más, adiós, que te vaya bien.
-Adiós, a sido un placer conocerte, Armin.
Agitaba mi mano, despidiéndome. Se dió la vuelta, y se fué.
No podía esperar a mañana...


Enamorado De Una Sirena|Eremin, AU|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora