Drogadicción

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"Todo lo que digas puede y será usado en tu contra"

Por la ventanilla de la vacía habitación, el humo flotaba en espirales que se perdían en el cielo nocturno. Demasiadas luces le estorbaban el camino hacia la salida, demasiada gente joven bailando al ritmo del electro-pop de la rebosante disco.

-¿Sabes a dónde se fue Gaara?

Temari sostenía con la mano derecha un vaso plástico color rojo chillón. Llevaba el vestido ligeramente subido y las mejillas coloradas por la adrenalina.

«¿A cuántos chicos besaste además de mí? ¿Cuántas manos te han tocado y han sido tan amables como yo lo fui contigo?»

Shikamaru quería gritarle. Quería que lo mirará a los ojos y le sonriera burlona, preguntándole desde cuando él era su padre. Pero eso no ocurrió.

-¡Quiero otra! ¡Otra!

La voz arrastrada de Temari le daba asco. Tenía los ojos inyectados en sangre, la expreción ausente de quien se ha drogado mucho por hoy.

-Quedate aquí, ya vuelvo.

Shikamaru se resigno a parecer descontraido y a caminar entre la multitud. Cuando llegó a la pared del bar, un cartel medio despegado y sucio le saludo. La sonrisa abierta de Sakura era una ironía, sabiendo que ahora su cuerpo se encontraba bajo tierra, comida de gusanos. El recuerdo de aquella noche volvió. Sakura Haruno, la única persona de su edad que comprendía que todo aquello estaba mal. La que se fue de la fiesta evitando a la muerte y la conoció más tarde en la carretera.

Murió sola. No había nadie allí para gritar su nombre o escuchar sus últimas palabras. Y aún así, fueron los malditos borrachos quienes sobrevivieron y ella no.

Ers demasiado tarde para pedir perdón. Es más, si Sakura volviese por venganza, ninguno de ellos merecía ser salvo. Pero ella ya con certeza era un hermoso ángel, fuera de peligro, mientras ellos continuaban vagando por las calles, fingiendo estar a salvo.

La mirada aguda de Sasuke lo encontró primero. El Uchiha se paró a su lado con esa arrogancia suya. Sólo Shikamaru se había dado cuenta que desde la muerte de su pelirosa amada, ya no disfrutaba ser así. Él cambió por ella, se volvió mejor. Y de nuevo, era demasiado tarde.

-¿Sabes que las probabilidades de que ella sobreviva sin la droga es casi nula?

Shikamaru asintió.

-¿Y aún así quieres hacerlo?

-Sí.

Una mirada triste le dijo que Sasuke comprendía y que aunque su orgullo le permitiera decirlo, le importaba. De reojo una cabellera amarilla pasó y se esfumó como el viento.

-Después de que hagamos esto, habremos comenzado una guerra que no podremos ganar.

-Lo sé.

Shikamaru no dijo más. Un denso descanso y la música cambio a una más recargada. El humo se volvió más espeso y de pronto, gritos.

Sasuke asintió y se preparó a correr a la parte trasera, donde él y Naruto quemarían todos los galpones secretos de droga, en cuanto los demás le daban cobertura. Para ese momento, las mujeres ya deberían haberse infiltrado en los refugios y destruyendolos.

-Sasuke.

Le llamó. Quizás solo fuese la conciencia de que todo sería diferente ahora o el cartel de la pobre Sakura, una mera victima, pero esa noche todos se sentían temerarios. Emplear una campaña radical de 0% de alcohol al volante era una cosa, ¿Sacar a los jefes de la droga de esa ciudad? Eso era diferente.

-Has que esos malditos se arrepientan de haber enfermado a los nuestros.

Por primera vez en meses, Sasuke Uchiha sonrió con la misma fiereza de antes. Shikamaru le devolvió el gesto.

Recopilación de One-Shots de Naruto ^.^Donde viven las historias. Descúbrelo ahora