Infierno sobre la tierra

Prefacio. La grieta

La figura elegante se aclara la garganta y hace algunas afinaciones menores de su Laúd.
- Es en la ciudad de Nam en donde todo comenzó. Primero un gran estruendo que hizo temblar los cimientos de las casas y la catedral, ello seguido de la migración de aves en llamativa y franca huida. Da un sorbo a su cerveza, carraspea e inicia música de acompañamiento misterioso
-  El fenómeno atrajo la atención de hasta el mas distraido borracho consuetudinario de taberna. La curiosidad creciente del pueblo animó grupos expedicionarios de voluntarios, y la búsqueda en distintos puntos reveló algo que era nuevo en el entorno: una grieta en el subsuelo.
Al inicio parecía sólo una falla geológica, pero después de que los rumores ...terribles rumores, llegaran al Concilio de magos de la gran ciudad, todo cambió.  incremento de locura en la población, y la grieta... sí la grieta. Haciendo pausa dramática en la música y luego intensificandola, hasta hacerla sentir muy obscura y misteriosa, el viejo bardo prosiguió.
- Las noticias que circulaban de "la grieta" era de lo único que hablaban aquellos tocados por la estulticia, en sus escasos momentos de lucidez. Es así que Lord Digham, señor de Nam y primer investigador del Concilio, decidió, sobre todo por la presión del público, pedir al Consejo que "La grieta" fuese investigada por los mejores magos y alquimistas de la región.
Al decidir el Consejo poner atención a la extraña falla del subsuelo, se dispusieron las medidas de emergencia necesarias: separar a la población aledaña del lugar, despachar investigadores de renombre, hacerles acompañar por escoltas propias de la ciudad; asi mismo, de la ciudad aledaña de Rosa Blanca, conocida en toda la región por ser la cuna de la academia de paladines con más tradición y fama, se requirió un destacamento de paladines, por si fuera necesario hacer uso de sus sagrados poderes.
Es así como Sir Makhenhall, líder de la academia de paladines de la ilustre ciudad de Rosa Blanca recibió en una fatidica tarde lluviosa, un halcón con un mensaje, cuya tinta estaba corrida, pero de la cual, se rescataba la solicitud de envío de paladines como escoltas de sabios e investigadores a Nam. Leyendo con sorpresa, se dijo:
- Es el momento propicio para ver los frutos de sus avances.
Frunciendo el bigote mientras apuraba una copa de brandy para calentar su cuerpo, dijo en voz alta, como si esperara que alguien le oyera. 
-De este evento recabaremos importante información del progreso de los novatos.- Y afirmaba con la cabeza, convencido, mientras miraba los informes de los instructores sobre un grupo pequeño de estudiantes, entre los que había grandes promesas. Jóvenes con gran potencial, pero algunos dedicados a cosas más o menos banales, y otros, cuyo progreso y tenacidad habían destacado, generando respeto y admiración entre sus compañeros y profesores.
- Esta será su prueba de fuego.- Bebiendo ávidamente el último trago escribió las órdenes debidas, sin saber, que esas serían las últimas que escribiría jamás, y que esos jóvenes elegidos vivirían un verdadero infierno.