Prologo

114 12 0
                                    

Mi nombre es Shoya, soy un estudiante de preparatoria, ya estoy por salir e ingresar a la universidad, lamentablemente no me es posible, mas bien mis padres no pueden pagar mi universidad, el instituto tiene un programa de intercambio y ayuda a los alumnos de bajos recursos como yo, digo no soy pobre, no vivo en la calle, pero no puedo pagar mi carrera, ese programa me ayudara, pienso estudiar música, a mis padres les parece tonto y ridículo pero es algo que amo, afortunadamente mis notas son de excelencia, así que me aceptaron en una universidad muy importante, lo mejor de todo es que tienen la carrera de música y bueno, en cuanto a mi alojamiento, una persona se encargara de cuidarme hasta que me gradúe la verdad estoy ansioso y nervioso por este gran paso que daré, es una oportunidad perfecta, siento feo por dejar a mis padres solos, pero deben entenderlo algún día debo irme, estaba de camino a la escuela, seria el ultimo día que estaría aquí y pues quería despedirme de mis amigos, aunque no tenia muchos y no los vería hasta las próximas vacaciones, ninguno de ellos iría a una universidad, trabajarían en sus respectivos negocios familiares, es deprimente, pero es su decisión.

El día en la escuela se paso rápido, decidí hacer mis maletas, puesto que a la mañana siguiente me iría en tren a mi nueva vida, el programa de intercambio seria dentro de Japón. Creo que es mejor, ya que mi ingles es muy malo, y hablar cualquier otro idioma, como francés o español, no lo se hablar, estaba tan perdido en mis pensamientos que no note que mi madre estaba hablándome, me dijo que me diera prisa, que había un cambio, me iría hoy mismo, me puse pálido y me apresure a empacar, la verdad no se como logre empacar todo en 15 minutos, pero lo logre y estaba orgulloso de ello, me dirigí a la plataforma donde saldrían los trenes, me aferre a mi equipaje, estaba muy nervioso y ansioso, mi madre estaba ahí a mi lado, mi padre no había podido ir a despedirme pues tenia trabajo en una fábrica, ahora mismo me dirigía a la prefectura de Saitama, no tenia ni idea de quien era la persona que cuidaría de mi, llevaba una canasta de onigris, mamá me dijo que se la diera a mi cuidador o cuidadores y que me portará bien, yo no era de problemas, pero uno nunca sabe, todo puede cambiar.

El viaje fue bastante agradable, será por que me pase todo el camino dormido, baje mis cosas y vi al director de la universidad, me recibió muy amistoso y me dio la dirección tanto de la universidad como la de mi futuro cuidador, se disculpo por no poder llevarme, pero lo entendí, en Japón normalmente no hay turno de la tarde en las escuelas, pero en esta universidad si, me sentí aliviado al saber que asistiría a clases por la mañana, antes de irse me dio un paquete de libros, el uniforme y mi horario, guarde todo en una maleta y tome un taxi, le di la dirección al taxista que empezó a conducir, me dijo que seria un viaje largo, pero que tomaría un atajo y llegaríamos en menos tiempo, eso me puso algo nervioso, pero le dije que estaba bien, el conductor tardo 45 minutos en llegar, le pague y me ayudo a bajar mi equipaje, era una casa grande, me acerque y toque el timbre, me abrió un chico alto con el cabello rubio, era delgado, tan alto como yo, le calculaba unos 26 años, me miraba extrañado, parecía que no me esperaba, acaso me había equivocado de casa.

A-ah... -le dije nervioso y saque la dirección- creo que se equivoco el taxista -murmure para mi-

Eres el chico que cuidare? -me dijo-

Si, soy Shoya, es un placer conocerlo, no seré molestia -le ofrecí la canasta- son para usted, regalo de mi madre, por aceptarme en su hogar -lo mire-

Ah gracias, aunque no era necesario -tomo la canasta- piensas entrar? -me dijo algo serio-

Ah, claro -pase torpemente a la casa, metí mis maletas-

Tu cuarto es aquel -señalaba una puerta al final del pasillo, mientras veía el contenido de la canasta- ponte cómodo, las clases empiezan en una semana, te llevaré yo el primer día, después iras tu solo, no soy tu niñera, solo te acepte en mi casa por que el director es amigo mío -me miro-

Esta bien, como le dije no seré molestia -le dije algo tímido-

Bien, escucha, aquí hay reglas, debes pedirme permiso para salir, puedes llegar hasta las 11 pm, siempre y cuando no tengas tareas por hacer -me dijo- cuando te llame a desayunar, comer o cenar, debes obedecer, si no pierdes esa comida -me sonrió al ver mi cara de frustración- debes lavar tú, tu ropa, de las labores domésticas solo debes ordenar tu habitación, el resto lo hago yo, alguna duda?

S-si -lo mire- dijo que no era mi niñera, por que debo pedirle permiso para salir?

Estas bajo mi cuidado, si algo te pasara será mi responsabilidad, debo saber a donde iras y con quien, es mas que nada por tu seguridad -me miro-

Esta bien -dije arrastrando mi equipaje al cuarto-

Entre al cuarto, era bastante espacioso, empecé a sacar mi ropa y a acomodarla, había un closet gigante del tamaño de toda la pared, había muchos ganchos, espacios para camisetas, ropa interior, para mis zapatos. Lo primero que acomode fue el uniforme escolar, no quería que se arruinara, acomode el resto de mi ropa, después saque lo de mi cuidado personal y lo metí al baño de mi habitación, termine de acomodar todo, voltee a la puerta y ahí lo vi en la puerta mirándome, cuanto tiempo llevaría ahí mirándome, me miraba de arriba a abajo, como un cazador a su presa, yo soy muy nervioso, muy tímido, esa mirada no me ayudaba en nada.

Q-que hace ahí? Desde cuando ah estado ahí? -dije nervioso-

Acabo de llegar, vine a darte esto -me dio el estuche de mi bajo que había olvidado- no seas distraído, concéntrate -me miro- comeremos pronto, de postre los onigris que trajiste, estate listo, date una ducha si gustas -se dio la vuelta-

Espere -le dije, el se detuvo- g-gracias por devolverme mi bajo y por alojarme en su casa, me puede decir su nombre al menos -me sentía bastante sonrojado y apenado, vi que se acerco a mi y acarició mi mejilla-

Dime Tatsuya -me sonreía mientras acariciaba mi mejilla- pareces jitomate, sabes me gusta comer jitomate -se lamio los labios y se fue-

No sabia que había significado eso, pero sentí como mi corazón se aceleró y note un pequeño escalofrío, me metí a bañar, me cambie, cepillaba mi cabello cuando escuche a Tatsuya llamar a la puerta para que fuera a comer, salí y me senté junto a el, me dio mi comida y empecé a comer...

En eso...

Continuara...

El institutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora