CAPITULO 3

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GIN

Durante su juventud, Ginebra era una joven entusiasta y llena de vida. Apasionada por las ramas del arte, era una destacada vocalista, una eximia artista urbana y su gran pasión erala fotografía. Su sueño como cantante se había esfumado una noche lluviosa, en la que a pesar de haber ejecutado una bella entonación, la ausencia de Hugo esa noche y una serie de eventos brutales le hicieron perder su encanto.Pasaron algunas semanas y tanto Hugo como Ginebra decidieron volver a vivir su amor. Ese amor, por el cual más tarde celebrarían sus 20 años de casados.Durante todo ese tiempo, Gin continuó dándole forma a su carrera artística, convirtiéndose finalmente en una destacada artista plástica. Su talento para manejar el pincel se había multiplicado fuertemente y de una gran artista urbana, pasó a ser una de las más reconocidas galeritas de España.Esa mañana en la que Gin y Hugo celebraban sus 2 décadas de casados, tras el desayuno y la despedida de él, Diego se levantó de dormir y se acercó a saludar a su madre. Al hacerlo, la notó triste y preocupada.- ¡Buen Día madre! Felicidades.- ¡Muchas gracias hijo! ¿Cómo has amanecido?- Muy bien pero... A ti no te veo bien. ¿Por qué estas afligida?- Tu padre me preocupa. Se levantó extraño y no lo vi bien.- Pero ¿Cómo? Si estaban de lo mejor en el desayuno.- Son cosas de su pasado. Cosas que creyó haber superado y no pudo.- Que pena. Es triste que suceda esto. – dijo Diego y finalizó – Bueno madre, perdóname, pero me tengo que ir. Voy al circuito a entrenar.- ¡Recuerda que no debes olvidar tus estudios!- ¡Lo sé madre, lo sé! – exclamó Diego huyendo por la puerta.Tras haber quedado sola, Gin se encerró en su atelier e intentó combinar colores sobre un lienzo en blanco. Al quedar frente al lienzo, sintió que por primera vez estaba artísticamente vacía. Ninguna idea lograba acercarse a su mente abierta e imaginativa. Sentía que los pensamientos de Hugo de alguna forma la involucraban y la hacían sentirse mal: "¡Ay amor! Si tan solo supiera cómo hacerte salir de esta aflicción." Pensaba ella. Y con este pensamiento, decidió salir a la calle a caminar. Recorrió calles, bares y plazas. Paseó la vista por diferentes sitios, admirando su arquitectura grecorromana. Visitó galerías de exposición y salones de fotografías, para ver si podía hacer resurgir esa fuerza inspiradora que la convertía en artista... Nada podía satisfacerla.Regresó a su casa, buscó la cámara fotográfica, salió a tomar un taxi y reinició su recorrido por la ciudad. Se adentró un poco más en ella y comenzó a capturar imágenes interesantes con su flash. Comenzaba a disfrutar del momento. Ya con la memoria de su cámara bien cargada, decidió retornar a su casa para comenzar a plasmar el arte en su lienzo. Sin embargo,nuevamente la mirada abatida de Hugo la volvía a preocupar. Cuando ingresaba, sintió que su móvil empezó a sonar:- ¿Aló?- ¡Mi amor! Llamo para avisarte que no he asistido al trabajo.- ¿Cómo que no has asistido cabrón? Yo preocupada por ti y tú te rajas por cualquier lado ¿Cómo es eso?- ¡Ya mujer no empieces a cuestionar! Peor hubiera sido contarte primero lo que tengo a mi lado y que por ello tu deduzcas que no fui a trabajar, antes que yo te lo diga.- OK, vale. Pero dime ¿Qué llevas contigo?- Jajaja, te carcome la curiosidad- Ándale mítico, no seas así. Nos conocemos de hace tiempo. ¿Qué es eso que tienes para contarme?- ¿Adivina con quien estoy en este momento?- Pues ¿qué se yo? Con el Presidente no sé...- Pero mira que te gusta ser irónica ¿eh? – respondió Hugo alegremente- ¿Y tú que pretendes? ¿Que tenga dotes de adivina? – contestó Gin de manera alegre Esa contestación por parte de Hugo, hizo que Gin recobrara la sonrisa y se olvidase por un momento del rostro abatido de Hugo a la mañana. Esto la animó a seguir con la charla.- ¿Sabes que macho? Me doy por vencida. Venga, ¿dime con quién te has encontrado?- En este momento estoy junto a tu cuñada Katina. Ha vuelto a Barcelona.- ¿Qué? ¿Katina en Barcelona? ¿Y que se le dio por volver?- Dijo que nos extrañaba y regresó.- ¿Y Luque? ¿Está ahí mi hermano? Pásame con él que lo estuve extrañando- Anda mujer, que han pasado los años y no has perdido las ansias. No, Luque no está. Se quedó en Logroño.- ¿Cómo? ¿Se han divorciado?- ¡No tontita! Luque está en Logroño administrando una hacienda y en cuanto Katina encuentre un sitio donde vivir, se vienen para acá todos juntos.- ¿Qué dijiste? ¿Luque administrador de una hacienda?- Jajaja, sí así es.¡Ay Dios! ¡Lo que está el mundo de lleno con tantas sorpresas!- Jajaja - respondió Hugo riendo - Y bueno pues... Katina lo traerá de nuevo cuando pueda volver a asentarse aquí.- ¿Significa que mi hermano volverá?- Claro que sí hermosa. Pero te llamé para consultarte algo- Dime. Sabes que soy toda oídos.- ¿Puede Katina quedarse a almorzar con nosotros?- ¡Por supuesto que sí! Nos reuniremos todos y celebraremos nuestro aniversario, juntos.Esta noticia alentaba y mucho a Gin. Pero más aún la animaba el oírlo a Hugo completamente despreocupado.- Me alegro de oírte bien mítico. Me alegras la mañana. Siempre serás mi machote.- Y tú siempre serás mi nena hermosa. Te amo ¿lo sabes?- Yo te amo más.- Bueno, haré las reservaciones. Tú trata de contactar a Alex y dile que venga él también. No sé si papá querrá venir.- Los llamaré a ambos. Diego no vendrá porque tiene sesión de ensayo con el equipo, pero te manda saludos igual.- Vale nena. Así será. ¡Que comience el baile! - Y dicho esto, ambos colgaron Y así, mientras Hugo iba con Katina en búsqueda de un restaurant, Gin se encargaba de contactar a la familia de Hugo.Esa tarde se encontraron todos en el Restaurant de las Camelias y compartieron un almuerzo muy alegre. Sin lugar a dudas, Gin se sentía feliz. Los malos recuerdos de esa mañana selos había llevado el viento y huyeron de su mente, ahuyentados por el cristalino sonido de las risas de los presentes que recordaban anécdotas felices de sus vidas en tiempos pasados. Una vez finalizado el almuerzo, mientras cada uno se dirigía hacia su vehículo, Hugo tomó del brazo a Gin y le susurró al oído:- Este día tiene que terminar de una manera única. Esta noche quiero darte un regalo especial.A Gin comenzó a revolvérsele la cabeza, pero en este caso de felicidad por la propuesta de su amado. No sabía que podía ser, porque viniendo de Hugo, cualquier cosa era posible.A media tarde, Gin se comunicó con Katina y le pidió para verse en el Café Francés para charlar un rato de la vida. A las 5 se encontraron y juntas compartieron la tarde:- ¿Así que pretendes volverte a casa? – preguntó Gin- ¡Ay tía! Si supieses lo aburrida que ya estaba de la tranquilidad campestre en la que se metió tu hermano. ¿Sabías que está de administrador de un campo en las afueras de Logroño?- ¡¿Administrador de un campo?! ¿Y cómo coños lo consiguió, si ese gandul nunca supo manejar ni su propia vida?- Jajajaja – lanzó una alegre carcajada Katina por la ocurrencia de su cuñada – No le quites méritos que tiene cualidades y de sobra ¿eh?- Bueno pero, no me has explicado cómo llegó ahí ese mentecato.- Cuando fuimos a Logroño, él tenía pensado ir en busca de sus raíces. Allí consiguió contactar con un tío suyo que lo llevó a trabajar de peón en su campo. Sus locuras y ocurrencias lo hicieron ganarse la simpatía del capataz y en parte ese campo avanzó con las locas ideas de tu hermano.- ¡Virgen Santa! Imagino lo que habrá hecho. Y dime ¿Cómo contactó con ese tío?- Era un hermano mayor de tu padre, al parecer el único que quedaba. Y según me dijo Luque, un oficial de justicia lo había visitado antes de ponernos de novios y le notificó que su tío los estaba buscando. Al no haber estado tú presente, él fue a Logroño en representación de ambos y se conoció con su tío. Este tío adelantó que no tenía herederos y que iba a ponerlo como tal, si antes trabajaba para él.- Grandísimo bribón... Aprovechó la situación y se quedó con todo. Igual, no lo culpo. Yo ya estaba con mis planes en marcha cuando eso sucedió. Me alegro que lo haya conseguido.- Pues bien Gin – siguió Katina – personalmente no aguanté tantos años en el campo que ya comencé a extrañarlos, por eso le pedí a Luque para volver. En cuanto consiga algo, me pondré en contacto con él y lo traigo de los pelos. – Ambas se echaron a reír.- ¿Y tú que me cuentas de tu vida Gin? – preguntó Katina.- Pues yo sigo con lo mío: El arte y la fotografía. Hago exposiciones en Madrid, Galicia, Tenerife y me han surgido propuestas de Londres, París y Roma.- Vaya que has adquirido fama cuñadita. Me alegra mucho verte feliz.- Sí, y más aún al lado de... - Gin hizo una pausa para hablarle a Katina en tono de secreto – "Hache" – y ambas se echaron a reír.Sin lugar a dudas vivían esa tarde como dos adolescentes de secundaria, contando cosas y riendo como dos niñas. Hasta que el móvil de Gin anunció el ingreso de un mensaje:"Mi nena, estoy en casa de mi hermano. Estate lista que pasaré por ti a la noche"- ¡Ay qué emoción! ¡Hugo me tiene una sorpresa para esta noche! – exclamó de felicidad Gin- Pues espéralo de la mejor forma, amiga. Esta noche tiene que ser especial para ambos.- Ojalá así sea. Disculpa que no pueda estar más tiempo, pero me debo ir.- No te preocupes Gin. Cuentas conmigo para todo. ¡Éxitos Cuña!Y tras esta despedida, Gin se subió a su convertible y partió rumbo al departamento. Una vez allí comenzó a retocarse y producirse, poniéndose un vestido negro muy elegante y maquillándose finamente. Tardó 10 minutos en prepararse, cuando se oyó el sonido de la puerta abriéndose:- ¡Ya llegué princesa! – alertó Hugo- ¡Ya salgo mítico! – Respondió Gin desde la habitación - ¡En un minuto estoy contigo!Se calzó un par de zapatos de tacos, se colgó un collar de perlas y salió a ver a su amado. Pero como era de suponerse, de Hugo se podía esperar cualquier cosa.Al salir a la sala, ambos quedaron sorprendidos con el look del otro: Hugo se apareció vestido con zapatillas náuticas, un vaquero, una sudadera blanca y una cazadora negra. Al verlo así vestido Gin le gritó:- ¡Me apuras a que me cambie y tu todavía no has hecho nada! ¿Qué te pasa por la cabeza?- Que yo sepa solo te dije que te prepares, no que te eches el ropero encima – dijo Hugo sonriendo- ¿Qué? ¿No te agrada verme vestida así? – repreguntó Gin- Por supuesto que sí – dijo Hugo – pero adónde voy no pienso llevarte con esos tacones puestos. Así que cámbiate de nuevo y te espero.- ¡Vete al carajo! – respondió Gin refunfuñando mientras iba a su cuarto a cambiarse de ropa. Hugo mientras tanto, prendió el televisor para esperarla, echando una carcajada."¿Que tendrá pensado este loco?" pensaba Gin "¿Querer aventuras a esta edad? Ya estamos grandes" se preguntó. Pero al fin y al cabo, no le encontró mala vista a eso de buscar aventuras aún con casi 40 años.Revolviendo en el placard, encontró un vaquero elastizado que utilizaba cuando era joven. A pesar de los vestigios de su maternidad, el vaquero le quedaba perfecto. Siguió buscando y completó su atuendo con una remera blanca, un par de zapatillas azules y le robó a su hijo una camisa a cuadros para usarla desprendida sobre su remera.- ¡Hey tu, holgazán! – Alertó Gin a Hugo – Vente paquí que ya estoy lista.- Mirate ahora sí. Estas hecha toda una nenaza – respondió Hugo agarrándola de la cintura.- Vamos mítico, ¿Qué es eso que me quieres mostrar? No nos vamos a quedar aquí revolviendo la cama.- Por supuesto que no. Vamos al subsuelo.En el subsuelo se encontraba el garaje y hasta allí se fueron. Al llegar, Hugo le mostró a Gin una motocicleta cubierta por una sábana.- Mira esto amor – dijo Hugo – Se la compre a Diego. Pero antes que él la estrene, la estrenaremos nosotros.Gin quedó sorprendida. Volver a vivir esas aventuras que tuvieran desde su juventud con casi 40 años, hacían nacer en ella nuevamente sus ganas de vivir. Esa noche los fantasmas de la mañana quedaban definitivamente enterrados en el pasado. Subieron a la motocicleta y se aprestaron para iniciar viaje- ¿Adonde me quieres llevar mítico? – preguntó dulcemente Gin- Hay una playa por aquí cerca, con un restaurant muy bonito que quiero que conozcamos. Luego de eso, mal no vendría un chapuzón nocturno en el mar, ¿No te parece? – respondió Hugo, haciendo referencia a un lugar en la playa que conocieran en su juventud y refiriéndose al sitio como si fuera la primera vez que lo visitarían.- ¿Todavía tienes ganas de aventuras mi "Super Hache"? – preguntó Gin- Más que eso Gin-tonic... Todavía tengo ganas de ti – respondió Hugo haciendo arrancar la motocicleta y dándole un fuerte acelerón para ir y vivir la noche por sus 20 años decasados, como si fuera la primera vez.Esa noche, Hugo llevó a Gin a cenar a un restaurant ubicado junto a la playa, donde saborearon un arroz que a Hugo le encantaba. Tras cenar, la llevó a la playa donde se dieron unarefrescada en el mar y terminaron abrazados y dándose besos en la arena, bajo la luz de las estrellas que brillaban para ellos solos en la noche, mientras que de los parlantes del restaurant sonaba "Knoc king on heaven's door" de Guns 'n Roses, completando la escena romántica y la noche perfecta que Hugo le pudiera regalar a su amada.

Por Tu Amor 3msc (3era Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora