CAPITULO 25

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   ADIÓS MADRE. SIEMPRE TE AMARÉ 

El tiempo pasó rápidamente. Desde el terrible accidente de Diego, hasta el encuentro decisivo con Babi, pasaron exactamente seis meses. En todo ese período, se habían sucedidomil y un alternativas: Bosco, el gran amigo de Diego, había encontrado dos cosas en un mismo día. Primero su identidad, propiciada por una corazonada de Hugo que salióperfecta. Y segundo, el gran amor al conocer a Canela, la joven hija de Rosana, dueña del bar favorito de Hugo, encuentro que fuera propiciado en este caso por Diego.Valentina y Andrés, vivían sus días cada vez más enamorados el uno del otro, al punto tal que él le propuso irse a vivir juntos. Valentina no quiso, por que aun no se sentíapreparada para abandonar a sus padres, sin embargo, no por eso debían separarse y menos de Andrés, quien se llevó el aprobado de los padres de la joven, aun conociendo sutriste historia de vida sin un padre al lado.Horacio y Valeria se habían distanciado un poco, debido a que el compromiso de llevar adelante la empresa familiar, a Horacio lo consumía, junto al hecho de que debía reiniciarsus estudios, los cuales los tenía muy olvidados a causa de su adicción a la vida al margen de lo legal. Aun así, no dejaban de amarse, ni de escribirse por mensajes de texto,expresándose amor en letras.Perla decidió seguir su vida sola, hasta tanto no termine sus estudios. No dejaba de amar a Diego, pero necesitaba estar sola ya que pretendía cerrar sus estudios secundarios,para así poder ingresar a la universidad. Diego por su parte, apoyaba su decisión con un poco de tristeza, ya que no aguantaría estar solo tanto tiempo, sin embargo se sentíamuy feliz debido a que había logrado algo que creía imposible: Consiguió que Babi respete su voluntad de amor hacia su hija.Tras haber terminado con sus estudios y luego de rendir su último examen, Perla recibió una gran sorpresa a la salida de su colegio, cuando vio que parado en la entrada con subastón en mano, la esperaba Diego. Fue corriendo hacia sus brazos y saltó hacia él. Diego soltó el bastón y la atrapó en el aire, haciéndola girar sobre él. Afortunadamente no lehizo daño, debido a que tenía bien varios huesos, pero igual, continuaría caminando con bastón.Pero lo que más hizo feliz a Diego, fue propiciar el regreso al amor de sus padres. En todo ese tiempo que pasó y viendo como estuvo en todo momento de su lado, Gin terminópor perdonar a Hugo y nuevamente volverían a vivir juntos. Nuevamente la familia estaría unida y nuevamente volverían las andanzas junto a Katina y Luque, quienes tambiénvivían felices sus vidas.Sin embargo, la felicidad poco duraría en la vida de Hugo. La leucemia de Gin finalmente, terminó disparándose y nuevamente tendría una recaída. Los tratamientos no dabanresultados y Gin se sentía cada vez peor. Una mañana, ya no podía levantarse de su cama, lo que terminó de preocupar a Hugo:­ Mi amor, ¿No puedes? – preguntó en alusión a si podía levantarse de la cama.­ Hugo, no me siento bien. No tengo fuerzas para levantarme. Me siento muy cansada.­ Nena, no pienso dejarte sola. Llamaré a Emergencias. No puedes estar así.De esta forma, Hugo llamó a Emergencias y llevó a Gin de urgencia a la Clínica de Dios para que sea observada. Diego se llegó hasta allí y acompañó a su padre en todomomento. El doctor salió y se acercó a dar su parte médico.­ Lamentamos informarles que ha sufrido un agravamiento en su cuadro clínico. La enfermedad se ha disparado y se ha agravado. Su estado es muy delicado. Doctor, ¿Hay una esperanza de salvarla? – preguntó Hugo desesperado.El doctor hizo un resoplido desalentador y respondió:­ Solo nos queda rezar. No sabemos si podrá salvarse con este cuadro.­ Pero doctor, existe una posibilidad. Puedo donar mi médula ósea. – respondió Diego.­ Lo siento muchacho, de nada sirve. Porque la enfermedad se ha disparado y su estado es casi irreversible. Por más médula que le trasplantemos... De nada servirá.Al escuchar ese parte médico, Diego se derrumbó en el suelo presa de un ataque de nervios. Hugo intentó contenerlo, pero no pudo evitar que estalle en un llanto desconsolado,al conocer el futuro que le esperaba a su madre. Hugo por su parte tampoco podía dejar de llorar, porque el saber que estaba perdiendo al gran amor de su vida, no solo lodestrozaba, también le hacía ver que el pasado volvía a revivirse, como aquella vez que a él le tocó perder a su madre de una manera similar. El mismo escenario lo estabareviviendo su hijo.Fue así que Hugo nuevamente fue al cementerio a pedir consejo a su amigo Pollo por lo que estaba pasando. Al llegar a su tumba, volvió a pedirle que aparezca. Lo necesitaba ymucho en ese terrible momento. Comenzó a rezar y a imaginar un diálogo con su amigo.­ Pollo ¿dónde te metiste? Imagino que debes saber lo que está sucediendo ¿no? Necesito que te aparezcas cabrón.­ Sé por lo que estas pasando Hache. Te dije que debías prepararte para estos momentos. – dijo Pollo apareciéndose nuevamente.­ Pero ¿Por qué Gin? ¿Por qué ella tiene que pagar de esa forma? ¿Qué hizo de malo para merecer esto? Quisiera ser yo quien esté ahí en ese lugar. Ser yo quien pague, por todaslas canalladas que le hice. ¡Ser yo quien desaparezca! – cuestionaba Hugo.­ Hermano, es muy duro esto que te voy a decir, pero hay veces que cuando Dios encuentra a personas muy buenas sobre la faz de la tierra, las llama para que esten a su lado.Es fácil decir "Quiero estar en su lugar", pero muy difícil es aceptar el lugar que hoy te toca a ti – respondió Pollo­ Pero ¿por qué debemos sufrir así? No es justo – decía Hugo­ En la vida, todo lo que viene de Dios es justo, Hugo. No pienses de esa forma... Lo siento, pero me tengo que ir. Gracias por haber encontrado a mi hijo. – dijo Pollo y sin másdesapareció como siempre.­ No es nada amigo... No es nada. – dijo Hugo, devolviendo las gracias al aire, ya que Pollo se había retirado.Mientras Hugo estaba en el cementerio, Diego decidió quedarse en la Clínica acompañando a su madre. Si bien no podía quedarse con ella en la habitación, se rehusó a moversede allí, consiguiendo finalmente que le permitan quedarse. De esa manera, permanecería más cerca de su madre y cuidaría de ella mejor que nadie. Una mañana, luego dedespertar, Diego y Gin se pusieron a dialogar, cuando el médico de guardia ingresó a la habitación:­ Disculpa Diego, pero afuera hay gente que te busca.­ ¿Quién será? – respondió mirando a su madre. Gin le hizo un gesto con la cara, de no saber quién.­ Me ha dicho que es tu prima Valeria – dijo el médico.­ Pues dígale que pase – respondió Diego­ Es que no puede pasar. Necesita que salgas – insistió el médico.Diego no estaba dispuesto a dejar sola a Gin, pero ella lo animó a salir diciéndole que iba a estar en buenas manos.­ Doctor, en seguida va a salir. Y de ser posible, deje que mi sobrina ingrese. Necesito pedirle algo – pidió Gin.El doctor aceptó el pedido de Gin y acompañó a Diego afuera. Al salir Diego de la habitación, se llevó una agradable sorpresa: Junto a Valeria lo estaba esperando Perla, quetambién vino acompañada de su madre. Diego no pudo aguantar y dejó escapar un torrente de lágrimas de emoción. Perla se lanzó hacia él y quedaron abrazados profundamente.­ Lo siento mucho mi amor. Lo siento mucho. – decía Perla entre sollozos.­ Te necesito más que nunca, mi amor. – lloraba Diego­ Aquí estoy vida mía. No te dejaré solo nunca. – respondió PerlaQuedaron abrazados un rato muy largo. Diego acariciaba la cabellera de Perla y se extasiaba sintiendo la suavidad de la misma. Ella por su parte, se aferraba a él como para quesienta que no estaba solo. Todo bajo la atenta mirada de Babi, quien tampoco podía evitar emocionarse. Tras esto, decidieron sentarse en la banca del pasillo y allí comenzaron ahablar.­ ¿Es muy grave? – preguntó Perla­ Está muy mal. No sabemos si podrá sobrevivir­ ¿Y el trasplante que hicieron? ¿Funcionará nuevamente?­ Lamentablemente no. El médico nos informó que la enfermedad está en un estado muy avanzado y que es imposible revertirla con otro implante de células madre... Perla, mimamá se me está muriendo – dijo Diego amargamente.­ Amor, lo siento muchísimo. Es terrible esto que estas sufriendo. Sé lo que es perder uno de mis padres. Pero esta situación de saber de antemano que la perderás, debe ser peorde doloroso. Me pongo en tu lugar y también quiero, que ese sufrimiento se me pegue un poco a mí, para que no cargues tanto – decía Perla.­ Amor, agradezco que estés aquí. Y lo que más agradezco, es que quieras compartir un poco de ese dolor que hoy estoy sintiendo y que me está destrozando por dentro. Te amo.­ Yo también te amo, Diego. – dijo Perla acurrucándose contra él.En ese momento, Valeria (que había sido autorizada a ingresar a la habitación de Gin), salió al pasillo acompañada por el médico y le habló a Perla:­ Perdonen que los interrumpa, pero... Perla, Gin necesita verte­ ¿A mí? – preguntó Perla­ Por favor, entra. Necesita decirte algo muy importante – dijo Valeria­ Anda mi amor. Ya la conoces, no tienes por qué tenerle miedo. Ve que te espera – incentivó Diego.Perla ingresó a la habitación y Babi se acercó para contener a Diego y acompañarlo. Al ingresar, Gin la estaba esperando y Perla se asustó al verla en ese estado:­ Ven hija. Acércate que no te voy a lastimar – pidió Gin.­ ¡Oh por Dios, Gin! – exclamó Perla sorprendida – No puedo creer que tenga que verte hoy aquí.­ Hija, lo siento mucho. Realmente no quería provocarles tanto sufrimiento­ Gin, ¿Qué dices? No tienes que disculparnos nada. Pronto saldrás de aquí y estarás con nosotros acompañándonos. – alentó Perla­ No lo creo hija. Nada indica que pueda salir victoriosa de aquí – lamentó Gin.Perla comenzó a lagrimear.­ ¿Por qué lloras pequeña?­ Gin, no puedes irte. No puedes dejarnos ahora. No puedes dejar solo a Diego. Él te ama y te necesita a su lado. Yo también quiero que estés a nuestro lado, así vives todas lasalternativas de nuestro amor, inclusive hasta cuando nos casemos. Por favor, no nos abandones – suplicaba Perla.­ Ya es tarde hija. Es más fuerte que yo. No puedo seguir. Es por eso que te llamé hasta aquí. Tenía algo muy importante que decirte.­ ¿Qué me quieres decir Gin? – preguntó Perla con la voz quebrada.­ Perla, se que tu y Diego se aman. Sé que ambos darían su vida por el otro. Por eso quiero pedirte que no lo abandones y lo cuides. Estate siempre a su lado. No lo dejes solo,pequeña. Te necesita tanto, como el aire a la humanidad – pidió Gin.­ Gin, tú no me puedes pedir esto. Tú vas a salir adelante, sé que vas a salir adelante. Vas a reponerte de todo esto y podrás estar para cuando Diego y yo nos casemos. Por favorGin, ¡no me abandones! – suplicó nuevamente Perla.­ Lo siento hija, pero no podré. Por favor, cúmpleme ese pedido que te acabo de hacer. No dejes solo a mi hijo. Te ama demasiado y te necesita como nunca. ¿Me harías eseúltimo favor? – rogó Gin, con pocas fuerzas.Perla sumamente angustiada, alcanzó a asentir con la cabeza. Luego de eso, tomó la mano de Gin y se arrodilló a llorar a su lado, pegando su rostro a la mano de Gin. No podíaaceptar la realidad, pero Gin se le estaba muriendo.Al anochecer, Hugo retornó al hospital para ver a Gin. Diego se había quedado con ella toda la noche, luego de la visita de Perla. Hugo entró a la habitación y los encontró­ ¿Cómo están mi familia? – preguntó terriblemente desanimado.­ Aquí, tratando de llevar adelante la situación – dijo Diego.­ ¿Alguna novedad? – repreguntó Hugo.­ No, nada nuevo. Solo vino mi novia a visitarnos – dijo Diego con el ánimo apagado.­ Diego... ¿Quieres dejarnos... solos? ­ pidió Gin – Necesito... hablar con tu padre.Diego no entendía nada, pero accedió al pedido de su debilitada madre. Una vez que dejó a Hugo solo con ella, Gin empezó la charla.­ Hugo... ¿Estás ahí? – preguntó con los ojos cerrados.­ Si mi amor, aquí estoy. Como todos los días, aquí estoy.­ Hugo... quiero hablar contigo... Necesito hablar contigo. – pidió Gin.­ Dime amor, lo que sea. Aquí estoy para ti. Solo para ti – respondió Hugo.Gin estaba cada vez más débil. No tenía muchas fuerzas como para hablar, pero aun así, decidió iniciar la conversación con su marido:­ Hugo... necesito... que me seas... sincero – empezó hablando Gin de manera pausada.­ ¿Qué quieres saber, amor mío? – preguntó Hugo­ ¿Cuánto... es que amas... a la madre de Perla? – quiso saber Gin.Hugo se asustó por la pregunta que le realizara Gin. Ella insistió con su pregunta­ Hugo... respóndeme... por favor... ¿Cuánto la amas?­ ¿Quién te dijo eso, Gin? ¿Por qué me preguntas eso?­ Hugo... no soy tonta... me di cuenta de todo... el día que vino al hospital... cuando Diego estaba internado... He visto como la mirabas... No me mientas más... Por favor... Era ella,¿no?Hugo quedó pasmado. Se asustó aun más con esa declaración de Gin.­ Hugo... ¿Me estas escuchando? – imploraba Gin.­ Sí mi amor, te escuché – dijo Hugo emocionado – Sí... Era ella. Pero ella es un pasado que siempre quise olvidar. Y lo estaba logrando. ¿Por qué me preguntas si la amo? ¿Quiénte dijo que entre ella y yo hubo algo? ¡Dímelo por favor amor! – suplicó.­ Ella habló conmigo... Ella me contó... toda la historia... ­ contestó GinHugo no podía creer que Babi haya tenido el tupé de ir a ver a Gin y encima de contarle toda la historia de su pasado con él. Enojado, comenzó a alterarse por lo que le dijo Gin:­ No lo puedo creer. ¿Cómo puede ser que tenga cara como para venir a contarte toda esa historia, estando tú convaleciente como estas...?­ Porque yo la mandé a llamar – interrumpió Gin.Hugo se detuvo y miró a Gin, sorprendido:­ ¿Qué dijiste? – preguntó completamente perplejo.­ Si me dejas explicarte... voy a contarte... toda la historia. – respondió Gin, tras lo cual comenzó a relatarle la verdad.Lo que había sucedido, fue que luego de haber hablado con Perla y sabiendo de la presencia de Babi gracias a Valeria, Gin le pidió a Perla que llame a su madre. Tambiénnecesitaba decirle algo. Babi entró a la habitación llena de dudas y fue allí donde nuevamente, las dos mujeres que Hugo alguna vez amó, volvían a verse las caras. Gin invitó aBabi a acercarse:­ Ven, acércate. Necesito hablar contigo. – pidió Gin.Babi obedeció y comenzaron a charlar:­ Dime Gin, ¿Qué me quieres decir? – preguntó Babi­ Seme sincera, por favor. ¿Cuánto lo amas? – preguntó Gin.­ ¿A quién? ¿De quién me hablas? – volvió a preguntar Babi.­ No me mientas. Sabes que es de Hugo que te hablo. – respondió Gin.­ Pero, ¿por qué me preguntas eso? ¿Qué te hace suponer que puedo estar enamorada de tu esposo? – repreguntó Babi, sin entender cómo pudo adivinar Gin la realidad.­ Babi... He visto como se miraban aquella vez que fuiste a buscar a tu hija al hospital, cuando mi hijo estaba internado. He notado la angustia en tus ojos. Y la forma en que lomirabas a Hugo, me daba la pauta de que entre vosotros hubo y sigue habiendo algo. Además, él me había confesado que me fue infiel con una Babi... ¿Eras tú, no? Se sincera yrespóndeme – rogaba Gin.Babi quedó muda. Le resultaba increíble que de esa forma se haya enterado de la realidad. Sin poder emitir una sola palabra, alcanzó a asentir con la cabeza. Gin continuó:­ Entonces, ¿Aun lo sigues amando?­ Perdóname por lo que te voy a decir... Pero sí... Lo sigo amando. Como cuando nos conocimos, hace 23 años atrás. Desde entonces que no dejo de pensar en él – dijo Babi sinpoder evitar las lágrimas.Entonces fue que al oír esto, Gin resolvió pedirle algo más:­ Si tanto lo amas, entonces no lo dejes solo. Quédate con él a su lado. Hazlo feliz. Devuélvelo a la vida. Te lo suplico... Babi – pidió Gin.­ Gin ¿Sabes lo que me pides? ¡No puedes pedirme una cosa así! Él te ama, él quiere permanecer contigo. ¿Entiendes lo que es eso? – decía Babi.­ Babi... No me queda mucho tiempo de vida... y no podré seguir junto a él. Debes quedarte a su lado... él te necesitará. Solo tú... puedes devolverle la alegría. A mí... ya no mequeda tiempo – explicó Gin.­ No... ¡No puedes pedirme eso Gin! No puedes abandonar a Hugo ahora – pidió Babi.­ Te lo pido... Como amiga... Sé que tu vas a hacerlo muy feliz... Dame tu mano, por favor – pidió Gin.Babi tomó entre sus manos la mano de Gin, y esta respondió:­ Simbólicamente... te paso la bendición... para que hagas feliz a Hugo... y que lo cuides por siempre... mientras dure el resto de su vida. Cuídalo mucho, Babi. Cuídalo mucho. –rogó Gin.­ Así que... ¿eso sucedió? – preguntó Hugo perplejo.­ Así fue mi amor... De mi parte... ya no tienen impedimento... para amarse – respondió Gin.­ Pero mi amor, yo te amo a ti – dijo Hugo tomándola de la mano.­ Me consta... lo que me dices, amor... Pero yo, ya no puedo seguir... Ya no me quedan fuerzas... Por eso... Me despido de ti. – respondió Gin.­ ¡No mi amor, no! ¡No me hables así, por favor! – pidió Hugo echando a llorar. Gin lo tomó con su mano y acariciaba su cabellera suavemente. Al rato pidió:­ Por favor... llama a Diego... Quiero hablar con él...Hugo salió afuera y le avisó a Diego para que ingrese. Pero luego de hacerlo, fue en búsqueda del médico de guardia. En su corazón, empezó a sentir un horrible dolor que looprimía. Una mala corazonada de que algo malo iba a pasar. Por su parte, Diego entró a la habitación nuevamente.­ Madre, aquí estoy.­ Hijo mío... Mi pequeño... Solo... quiero despedirme... de ti... Cuida mucho... a tu padre... Sé responsable... con tu novia... Cuida a todos los que te rodean... y por favor... dile a mihermano... que no podré volver a comer con el...­ No mamá, por favor, no me abandones te lo pido. ¡No lo hagas! – pidió desesperadamente Diego.­ Lo siento... mi bebé... ya es mi hora... ­ dijo Gin. En ese momento, Hugo llegó con el médico y Gin al verlo entrar, alcanzó a murmurar.­ Sepan que los amo... y nunca os olvidaré... ­ y luego de eso comenzó a delirar – Gustavo... que bien se lo ve... ya lo estoy acompañando... Papá... mamá... He vuelto a casa... ­ ydicho esto inclinó su cabeza y se desvaneció.Hugo y Diego entraron en estado de pánico. El doctor intentó reanimar a Gin, llamó a tres enfermeras y sacó afuera a Hugo y Diego. Diego no paraba de llorar, pidiendo a Diosque no se lleve a su madre. Hugo lo abrazaba y oraba con él, pidiendo por lo mismo. Tras media hora de espera, el doctor salió de la habitación y al ver a los dos hombres, soloalcanzó a mover su cabeza negativamente. No hubo esperanza. Gin acababa de fallecer.Diego al enterarse de lo sucedido, largó un potente alarido de dolor, que fue acompañado por un fuerte apretón de parte de su padre, quien le pedía calma abrazándolo, pero sinpoder tampoco contener el llanto de dolor por la triste partida de su amor. Fue un golpe muy fuerte. Un dolor infinito que se apoderó de ambos y que terminó por destruirlos.Tras el fracaso en el intento por querer reanimar a Gin, el doctor permitió que Diego y Hugo ingresen a la habitación para ver y despedir a Gin. Al ingresar y ver el cuerpo inertede su madre, ya sin las sondas que la mantenían con vida, Diego se arrodilló y tomó su mano acariciándola. Mientras lo hacía, comenzó a despedir a su madre con todo el dolordel mundo:­ Mamá... Mamita... Mamita, ¿Por qué?... ¿Por qué me has abandonado, mamita?... Por favor mamá, no me hagas esto... ¡Por favor! – lamentaba dolorosamente Diego aferrado ala mano de Gin. Hugo se acercó y trató de consolarlo, acariciando su cabeza.­ Hijo mío... Yo más que nadie en este mundo comprendo este dolor. También perdí a mi madre de esta forma. Pero más me duele esta partida, porque Gin fue la mujer de mivida. Es la mujer de mi vida. Por eso te pido, hijo mío, si tienes un amor... No dejes nunca de luchar por él. Valóralo y nunca lo abandones. – aconsejó con la voz quebrada.Diego no quería irse de al lado de su madre, pero el doctor informó que debían llevársela. Hugo le avisó de ello y en ese momento, comenzaban a llegar a la memoria de Diego,imágenes y recuerdos de su mamá. Recuerdos de su infancia, de los días que ella lo despertaba y acompañaba a la escuela, los cumpleaños y recuerdos más recientes, comoaquella vez que llegó a su casa con Perla por primera vez, el día que ella le prestó el convertible para ir a la fiesta de cumpleaños de Perla, la bofetada que le pegara luego de queél le gritase y cuando comenzó a enseñarle a pintar como parte de su rehabilitación. Antes de levantarse, Diego besó tiernamente la mano de Gin y se despidió diciéndole:­ Adiós mamita. Adiós. Siempre vas a ser mi gran amor. Te amo demasiado como para dejarte ir. Pero nada puedo hacer para que regreses. Adiós Madre... Siempre te amaré – ydicho esto, acompañó a Hugo al pasillo del hospital, dejando que los médicos hagan su último trabajo.   

Por Tu Amor 3msc (3era Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora