Estaba tirado en el piso de mi habitación mirando al techo con Jack a mi lado, hace cuatro días que no se absolutamente nada acerca de Fanny, mi pequeña y linda Fanny. La extraño.
—¿Jack?
—¿Si?
—Fanny ya no me quiere ¿verdad?
—Ella te ama
—Dónde esta?
—Dame un minuto para que revise su ubicación en mi bola gitana
—¿¡Eres gitano?!—Abrí los ojos con sorpresa, mi hermano era gitano y nunca me lo dijo.
—Si Finn lo soy—Rodó los ojos al decirlo.
—¿Acaso eso fue sarcasmo?—Lo mire entrecerrando los ojos.
—No Finn, no lo fue.
—¡Lo hiciste otra vez!
—¿Hacer qué?—Levanto una ceja y me miro.
—Rodar los ojos.
—¿Y eso que?
—Que cuando haces eso es porque es sarcasmo.
—No es cierto.
—Si lo es.
—Bueno no importa porque tú también lo haces.
—En eso tienes raz... ¡Espera un minuto! Yo ni siquiera se usar el sarcasmo—Me reí
—La verdad es que te sale pésimo—Se rió conmigo.
Era bueno olvidarme de las cosas por un rato.
—¿Jack?
—¿Si Finn?
—¿Volveré a saber de ella?
—Lo harás.
—¿Lo prometes?
—Lo prometo.
—¿Aunque para eso Sebas cruzar el mar?
—Aunque para eso deba cruzar el mar, volverás a saber de ella.
