Día 5 Sin carta

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Estaba recostado en la isla de la cocina, hace un rato vine a comer un sandwich, ahora solo miro el plato vacío, estoy aburrido, muy aburrido. Jack salió hace un rato y no me dijo a donde así que estoy solo en la casa, sigo mirando el plato vacío, debería levantarme y lavarlo pero no sé porque no lo hago.

Escucho la puerta abrirse, posiblemente es Jack, no importa.

El sonido de algo cayendo frente a mí me hizo sobresaltarme.

—¡Hola Finn!

—¿Jack? ¿Qué es eso?—Apunte las bolsas del supermercado que puso frente a mí.

—El día de hoy vamos a cocinar.

—¿Cocinar?—Creo que mi hermano tiene un problema mental.

—Si

—¿Estás seguro? ¿Acaso no recue...—No me dejó terminar.

—Si, si lo recuerdo, no fue el mejor día pero creo que podremos hacerlo mejor hoy.

—¿Y qué te hace pensar eso?—Me reí.

—Pues... También compre un recetario—Puso un libro gigante frente a mí.

—No jodas Jack ¿Enserio?—No pude evitar reírme.

—Si, cocinaremos.

—Pero Jack...

—Nada de peros.

—Ok—Reí—Pero si la casa se incendia va a ser tu culpa.

—No te preocupes, no pasara.

No sé qué pensaba este loco pero bueno, creo que la desaparición de Fanny le está dañando más a él.

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—Bien, aquí dice que debemos ponerle harina al pescado antes de freírlo.

—Ok, entonces le pongo harina.

—Aja.

Fui a buscar la harina pero en vez de ponérsela al pescado se la lance a Jack a la cara.

—¡¡FINNEGAN!!

—¿Si?

—¿Por qué lo hiciste?

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—¿Por qué lo hiciste?

—¿Hacer qué?

—No te hagas el inocente.

—Pero si yo no hice nada

—Te estaré vigilando—Me dijo mientras caminaba de espaldas con los ojos entrecerrados, se va a matar caminando así.

—Ok, ok, ya tranquilizante hermano—Me acerque lentamente a tomar harina mientras el no veía y se la lance, luego corrí lo mas rápido que pude a esconderme mientras Jack me perseguía probablemente con harina para su venganza, si me hubieran visto pensarían que soy Thomas corriendo por el laberinto antes de que un penitente me ataque para luego pincharme, seguí corriendo, lo más rápido que pude hasta que sentí que alguien me caía encima, obviamente era Jack, me golpee en el piso todo mi lindo estomago, luego solo sentí harina en el cabello y en mi cara apuesto que soy blanco, debo parecer un viejo de 80 años con el pelo todo canoso.

—¡¡Te odio Jack!!

—¡¡No tanto como yo te odio a ti Finn!!

......... Esta historia continuara

Cartas a Finn HarriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora