Perdiendo los nervios

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Cinco días. Han pasado cinco días. Cinco días en los que velo por el bien de mi gente y rezo por el bien de mi chica. Cinco días en los que mantengo la calma ante mi pueblo, pero me derrumbo en mis cuarteleras. Cinco largos y tormentosos días en los que no he recibido señal de vida de Clarke. Están siendo días de ansiedad y estrés. Me mantengo firme por mi gente, pero sé que a este paso podría quebrarme en cualquier momento.

Es vergonzoso admitir como Clarke me hace sentir, como sus palabras acarician mi piel, erizando mi vello y aflorando una mezcla de sentimientos y sensaciones, los cuales no voy a nombrar. Jamás he estado tan nerviosa por alguien en mi vida, ni por Costia. Si es cierto que amé a Costia, mucho, pero toda la situación con Clarke es tan distinta... Se siente nueva, fresca. Es completamente distinto, y es por eso que me enamoré de ella... Y acabo de darme cuenta de mis pensamientos y una bandada de mariposas revolotea mi estómago. Maldición.

 Pensé que el amor sería siempre lo mismo, y que, al haberme ocurrido con anterioridad, sabría evitarlo de por vida. Pensé que eso sería una buena idea, que me ahorraría las distracciones. Estaba tan equivocada. Una vez conocí a Clarke, no pude parar ni mi corazón ni mis pies, que avanzaban, precipitándose en un romance alocado como el que hemos creado Clarke y yo. Puedo decir con seguridad de que no me arrepiento de nada, y que pisaría cada huella si me hicieran volver a donde estoy ahora.  

Clarke consigue sacar cosas de mi, comportamientos de mi, que nadie nunca ha logrado sacar. Siempre he sido una persona de opinión incorrompible: Considero mis decisiones y las acato tal y como las valoro, pero ella ha logrado llegar más allá de todo esto, y debo decir que me encanta. Me encanta como a la vez que dulce y cuidadosa es pasional y tenaz. Y cuanto me gusta que agarre las riendas y tome el control de la situación. Mi mente se desvía de los pensamientos puros y me sonrojo un poco, pero intento evitarlo porque aquí una tiene una reputación, y un cargo gubernamental, que mantener. Pero debo decir que, Clarke es definitivamente una mujer decidida. 

Tal vez cambiaría un par de cosas: Como Clarke teniendo que volver con su gente, los cuales se han convertido en unos asesinos descarados con suerte de tener una chica tan maravillosa como ella de su lado, ya que sino habrían sido exterminados al primer ataque. Y obvio que yo también quiero paz, pero hay límites. No se les hubieran perdonado sus ofensas hacia nosotros si no tuvieran a la rubia como escudo.

Y de nuevo me toca admitir cosas embarazosas que no diré en voz alta, que no puedo decir en voz alta. Y es que mentiría. Si dijera que no la hecho de menos, mentiría. Si dijera que no anhelo tener sus labios contra los míos, sentir su cuerpo cerca de mi y su piel rozando la mía. Mentiría si dijera que no hecho de menos su voz, su sonrisa, o hasta sus enfados. Podría mentir de tantas maneras como lo estoy haciendo con mi pueblo, pero me he cansado de mentir.

Y voy a hacerlo. Estoy decidida a hacerlo.

¿Alguien realmente pensaba que iba a dejar que Clarke se adentrara en murallas Skykru sin ningún tipo de contacto i/o información prominente de esta situación? Por favor, no soy tan necia. Por supuesto, habrán asumido que, al tener a Clarke en Polis, la necesito. No creo que sepan de que manera pero... Saben que la necesito, sin importar el motivo. Obviamente, buscan una guerra: Asesinar a Clarke sería el detonante. Por otro lado, la gente celeste escucha a Clarke. Demonios, ¿quién no lo haría? La escuché yo, la comandante de una civilización preparada para arrasar a todos los suyos. Hasta Anya acabó escuchándola. Las palabras de Clarke son magia, pero no puedo dejarlo todo en ellas, teniendo en cuenta lo estúpidos que pueden llegar a ser sus compatriotas.

Tras pensar todo y nada a la vez, ya que mi decisión está más que tomada, me ajusto la hombrera hasta que queda bien colocada y abro la puerta de la habitación, en la puerta me esperan dos guerreros para escoltarme a la salida, así que procedemos a ello.

Salgo del gran edificio y me reúno con el escuadrón de Indra, los cuales están listos y preparados para montar. Camino ante ella, cuando se da cuenta de mi presencia, me encara y agacha la cabeza, en una forma de reverencia. Asiento, mi rostro mostrándose impasible a pesar de la bomba de sentimientos que invadían mi sistema hace apenas minutos. Una cualidad que debo mantener como Heda es saber separar los sentimientos de el deber, y eso es lo que me ha partido más el alma en diversas ocasiones. Evito pensar en Mount Weather o incluso en Costia. 

Salto sobre mi caballo. Pronuncio en Trigadasleng la palabra "Adelante" con vigor. El escuadrón, ya montado en sus caballos, avanza hacia el portón principal. Las primeras pisadas en el bosque me recuerdan a donde vamos y una ola de valor se apodera de mi, preparada para lo que pueda encontrarme en la línea de guerra de Arkadia.

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Hola de nuevo.

Lexa está ya hasta la concha profunda de no saber nada de Clarke y claro, sabiendo que el zumbado de Pike se carga a la gente como a moscas, pues dice yo no me quedo ni un minuto más en Polis. Titus, vigilame al pueblo que me voy a buscar a mi churri. Y se pira, con un par de ovarios.

Debo decir que actualizaré con menos frecuencia porque me han salido unos proyectillos y claro, el insomnio no me da para tanto. Pero miraré de seguir actualizando, eso sí.

¡Nos vemos!

Clexa. AU tras 3x06 "Cuando El Suelo Tocó El Cielo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora