Cuando el suelo tocó el cielo

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Fluff porque no tengo tiempo a elaborar ninguna historia creativa así que fluff. 

Intentaré a partir de esto ponerle acción de una maldita vez porque yo este fic no me lo leería nunca pero es que claro, tengo mil cosas por hacer y esta es la última por la que me preocupo. Ejems.

Vamos allá

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No puedo creer lo que acabo de ver. 

Unos bellos ojos verdosos brillan ante mi presencia. Todavía no se distinguir cuando enverdecen o cuando se muestran más azules, pero de ambas maneras resultan tan preciosos que no me es necesario saberlo. Entro en un trance y no soy capaz de responder a sus palabras, que simplemente son una repetición exhaustiva de mi nombre. La abrazo. La aprieto entre mis brazos, y deseo que esto dure para siempre, pero, obviamente, no lo hace. Soy yo, sin embargo, la que se aleja, no queriendo poner a Lexa en un aprieto ante sus hombres. Esa sonrisa tímida suya decora su rostro de manera que lo hace parecer un cuadro, pintado por el más excelente artista. Mi pulgar se desliza por su mejilla, con una excusa de lo más patética, pero lo mejor que puedo poner ante mi impulso. - Tenías una hoja. -

- Suele pasar en el bosque. - Dice ella. Su voz, fina como un hilo. Los guerreros que la acompañan evitan las miradas, regalándonos privacidad, y es obvio que, con gestos como estos, ya habrán podido adivinar que se cuece entre Lexa y yo. Aún así, y muy a mi pesar, evito darle un beso a Lexa. Y oh, me está costando horrores, y más cuesta cuando sus labios empiezan a hablar. Más bien, a susurrar.- Sé que no te dije que vendría, Clarke, pero. - Su voz está tan llena de preocupación que no puedo evitar interrumpirla, mi mano acariciando su mejilla. - Está bien. Me parece bien. - La tranquilizo. De nuevo, puedo ver esa pequeña sonrisa oculta, solo visible para mi, lo cual la hace más especial. Lexa, valorando la situación, da un par de pasos hacia atrás y encara a sus hombres. Les ordena en trigadasleng, lo que me hace imposible descifrar sus comandas, pero la dejo hacer. Al fin y al cabo, es un hecho que los grounders, en las misiones de guerra hablan su idioma. Misiones de guerra, pienso de nuevo. Los grouners abandonan la zona y solo quedamos Lexa y yo. Octavia parece haberse desvanecido mágicamente en la niebla, pero conociéndola, estará de vuelta en cuanto menos me lo espere. De nuevo, Lexa centra su atención en mi. Su expresión pasa de la rigidez mostrada ante sus hombres a la sensibilidad que me presta con su mirada, su tacto, su trato hacia mi. - ¿Tienes tiempo? - 

- Algo. - Respondo, bastante confusa. No puedo negar el estar sonriendo ahora. Por enésima vez en el día de hoy, me arrastran del brazo, pero esta es la primera vez que no me siento molesta por ello. Lexa salta a un hueco en el suelo, aparentemente una cabaña. Tiende sus brazos hacia mi para ayudarme a bajar, a pesar de que podría hacerlo sola. Es un acto de cortesía. 

Tomo su mano y salto el par de metros que me separan de ella. Su brazo, rígido en mi cadera al bajar. Muerdo mi labio. - No estoy muy segura de cuales son tus intenciones. - Escucho su risa, melodía que no he escuchado numerosas veces, pero que regala mis oídos sutilmente. Presiona mi cuerpo contra el suyo y murmura contra mi piel. - Desearía que tuviésemos tiempo para eso. - Algo decepcionada, asiento. Yo soy la primera que hubiera dicho eso, así que no hay decepciones que valgan. - Solo... Quería algo de tiempo a solas para las dos. Para que me cuentes como va todo y... ¿Estás bien? - Es precioso ver como Lexa, una fiera comandante cuya actitud es tan tenaz como desgarradora, puede llegar a ser tan sensible y protectora. Eso mismo es lo que la hace la comandante elegida para unificar a los clanes, y crear de este antro de sangre y guerra un mundo mejor. Asiento, pero no puedo evitar finalmente el atrapar mis labios con los suyos. Una de mis manos se posa en su cuello, acercándola más a mi, necesitando más de lo que ella me da. La otra se coloca en su cintura, acariciando su cuerpo. Puedo notar la emoción que le presta al beso y me resulta algo bonito, y no quiero que esta historia acabe mal. No podría soportar que esta historia acabara mal. Mis labios juegan con los suyos, dominando sus sensaciones. Nuestros besos siempre han sido una coalición perfecta entre pasión y ternura, cariño. Hay tantas cosas que me hacen saber que Lexa es especial. 

Rompo el beso por falta de aire, pero compartimos unos cuantos más en nuestra intimidad. No tenemos demasiado tiempo, así que hay que aprovecharlo al máximo. Lexa me muestra el regocijo donde estarán durmiendo estos días. - No parece tan cómodo como tu cama. - Es lo primero que se me ocurre decir. Su sonrisa engrandece, mis brazos la sostienen por la espalda, presionando mi pecho contra ella. - No lo es. Tampoco me hace falta una cama como esa sin ti... - De nuevo, esa notoria timidez al mencionar las palabras, ese nerviosismo, ese algo que lo hace tan adorable pero tan seductor al mismo tiempo. Beso su hombro, acariciando sus caderas. Nos sentamos acurrucadas como podemos y le pongo al día de la situación, muy a su pesar e, interiormente, muy al mío. Le aviso de que las cosas van mejor de lo previsto, de como una alianza rebelde ha surgido en Arkadia, y de como mantenemos a Pike a ralla a base de las dudas del pueblo en su eficiencia al gobernar. Eso último es algo que, a consciencia, debo explotar todo lo que pueda. Un estilo de vida en el cual estuvimos a punto de ser asesinados los 100 cuando pisamos tierra firme, con el cual planeábamos huir. Es una sandez, un sueño de dictador, un cuento de perro viejo que delira con historias inventadas, a base de los años de olvido y dispersión. Pike no perdurará en la tierra, Polis lo hará.


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Oh si nene, moñadas para todos. Pues bien, aquí está mi intento de ser todo lo moñas que puedo. La mayoría de mis amigos defienden el hecho de que carezco de un lado romántico así que lo he hecho lo mejor que he podido. 

La verdad es que me gusta más escribir las partes digamos más... agresivas. *Ejem* Pike *ejem* tortura *ejem*, pero bueno aqui pues me sale lo moñas porque es mas fácil escribirlo y porque escribo a lo 4 de la mañana un lunes. Ajams. Por suerte mis amigos no ven esto así que puedo seguir siendo yo sin repercusiones, jeje. 

No actualizo nada porque me está viniendo un curro de la ostia y un montón de proyectos y cosas pero bueh.

Y bueno esto es todo, espero que os haya gustado este episodio de moñadas cursis pastelosas que casi me da diabetes aguda y gracias por leer! ;) 

Clexa. AU tras 3x06 "Cuando El Suelo Tocó El Cielo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora