El desconocido.

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El desconocido.

¿Quién fue el padre de ella? Un hombre, claro está, respetado en su trabajo y amado por su familia. Aunque había dejado de ser amado hacía once años atrás, a la vez que dejaba de ser extrañado y su recuerdo se hacía cenizas, claro, excepto para la familia Cavanagh. Su repentino suicidio había sido comentado por meses, incluso años. Ese señor había dejado esa descompuesta familia por dentro y por fuera. Una mujer viuda y una pequeña niña inestable. Los rumores no tardaron en aparecer, el dinero apenas y les alcanzada a las dos. Ahora, otra pregunta. ¿Cómo fue su muerte?

Un golpe en seco la hizo reaccionar, era el teléfono cayendo de entre sus manos directamente al suelo. Sus piernas se movieron sin ella controlarlas y salió corriendo hasta llegar a la puerta principal de su casa.

Al momento que abrió la puerta sintió como una oleada de la fría brisa golpeó contra su cara, haciendo a su vez que se arrepintiera de no haberse puesto un abrigo. El cielo había empezado a oscurecerse, por lo que la calle únicamente era iluminada por la pobre luz que era brindada gracias a los pocos faroles a lo largo de esta.

Un paso, salió de su casa y cerró la puerta detrás de sí. Otro paso, seguido de otro, y otro, más otro, pero esos no eran los suyos. Ella había quedado inmóvil dado el tercer paso.

No sabía que hacer, estaba asustada. ¿Qué estaba sucediendo? Quiso volver a entrar a la seguridad de su casa, pero entonces comprendió. ¿Qué lugar era seguro? Incluso en su casa alguien le enviaba mensajes y trataba de asustarla. O, ¿acaso realmente era Simon? ¿Su fantasma? No, ella no creía en historias de fantasmas, aunque eso no evitaba que tuviera sus dudas.

Antes de siquiera poder reaccionar sintió como una mano agarró su brazo y la hizo girar sobre sus talones.

Gritó, de terror. Gritó, de tristeza. Gritó hasta que la voz se le quebró y las lágrimas amenazaban con salir. Pero jamás lloró, por más que quisiera.

Un grito, que para ella fue una liberación, un grito que había estado guardando desde que recibió la noticia de la muerte de Simon. Desde que recibió sus mensajes ese día, hacía menos de media hora.

Frente a ella se encontraba un chico, completamente desconocido ante sus ojos y olvidado de sus recuerdos. Alguien no muy importante, pero a la vez esencial en esta historia. Ya verás porque, todo a su tiempo.

El abrió los ojos con notoria sorpresa. Se preguntaba, ¿por qué gritaba esta loca?

–¡Idiota! ¿Qué no sabes que asustar a desconocidos a las seis de la tarde es de mala educación? –espetó ella y se soltó bruscamente de su agarre, estaba enojada. Su tristeza había sido transformada en una repentina cólera.

–En primer lugar, son un cuarto para las ocho. Y en segundo lugar, creo que no eres una desconocida para mí.

–Pues tú para mí si, así que deja de ser un acosador o lo que sea y vete de mi propiedad –alzó la barbilla al momento que se cruzó de brazos, observándolo con desdén. Notó que el chico no daba señales de moverse y enarcó una ceja–. No veo que te muevas.

–¿Siempre eres así de odiosa con las personas que simplemente quieren hablar contigo?

–Siempre soy así de odiosa con las personas que no conozco.

–Me llamo Drew, era compañero de cuarto de Simon en la Universidad –el ofreció su mano en forma de saludo, pero ella la ignoró.

–Mal por ti, se tiraba unos asquerosos gases por las noches. En especial cuando comía burritos, sus favoritos.

Drew rodó los ojos y se limitó a ignorar su estúpido comentario.

–¿Sabes? Simon me había hablado tantas cosas increíbles sobre ti que me dije que no podía desaprovechar esta oportunidad y tenía que conocerte, realmente quería conocer a esa asombrosa chica de la que el siempre me hablaba...

–Esa es la cosa más patetica que he escuchado en mi vida.

–Verás, las decepciones que se lleva la gente... Vete al infierno, maldita pelirroja.

Ella lo miró molesta, abrió la boca para protestar pero el solo giró dándole la espalda y empezó a caminar al lado contrario de ella.

¿Que demonios acababa de pasar? ¿Quién era ese chico? ¿Qué hacía aquí? Tantas preguntas, tantas respuestas desconocidas para ella.

–¡Espera! –la palabra salió de su boca sin ella poder controlarlo, y por igual sus piernas se movieron por ella al momento que empezó a caminar a paso rápido a donde estaba aquel extraño chico que había conocido, el nuevo amigo que había conocido.

–Sabía que era un error venir, solo olvídalo, ¿quieres? –el ladeó la cabeza para observarla a su lado, sus ojos brillaban con tristeza y su ropa negra delataba la razón. Entonces de alguna forma supo las respuestas a sus preguntas.

–¿Cómo olvidarlo? Fuiste horriblemente grosero conmigo –la ironía de su comentario hizo a ambos sonreír.

Drew alzó una ceja burlón mientras le dedicaba una sonrisa de lado.

–¡Mira quién lo dice! Por cierto, lo de los gases si es cierto –hizó una mueca de asco por lo que ella no pudo evitar soltar una leve carcajada–. ¿Empezamos de nuevo?

–Suena bien –sonrió de lado.

Entonces hablaron. Cosas sin sentido, temas al azar e incluso gustos cinematográficos. Hablaron hasta cansarse, ambos esperando olvidar los horribles acontecimientos de aquel día... Hasta que el tema salió.

–Realmento lamentó haber sido tan odiosa –el volumen de su voz fue disminuyendo mientras bajaba la mirada a sus pies–, hoy no ha sido un muy buen día...

–Claro, entiendo. No podía esperar que fueras una ternura y emanaras flores con lo que pasó. Sigo sin poder creer que Simon esté muerto –la tristeza volvió a hacerse notable en su rostro. El pronunciar el nombre de aquel buen amigo que había perdido le hizo aguar los ojos... ¿Cómo es que los muertes pueden molestar tanto?

–Y yo sigo sin poder creer que aún reciba sus mensajes...

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En primer lugar, gracias por leer mi historia. Es la primera que hago y subo de este tipo... Disculpen si es espantosa y los errores.

Dios, apesto haciendo notas de autora... Ah, cierto, en multimedia está quien veo como Simon. Aunque cada quien puede ver a los personajes como quiera.

Chao(?

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