Capitulo 10

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    Fui corriendo a la habitación de James, no estaba.
Afortunadamente los padres de los chicos si, ellos habían llegado el día anterior en la tarde, y seguían allí acostados en su cuarto, durmiendo placidamente.
Intenté pensar, buscar algún indicio de donde podrían estar, debía encontrarlos, a ambos, Alec y James.
Y... ¡Bingo!
Entonces, solo algo podía hacer; Correr.
Correr y rezar para que llegara a tiempo.
Luego de unos minutos, llegué a un lugar en que nunca había estado, pero que me resultaba horriblemente familiar.
De Pronto
Mi celular comenzó a vibrar en mi bolsillo, por lo que me sobresalté.
- Diga – dije pulsando el pequeño botón verde para contestar – Habla Jace.
- O Tal vez habla Magnus– respondió una voz masculina del otro lado del teléfono.
- ¿Q-quien e-res? – tartamudeé, ¡Vamos! ¿Desde cuando me ponía nervioso con solo una llamada?
- Creo que estás a punto de descubrirlo – Dijo, y acto seguido, cortó.
Miré a mi alrededor, había una enorme fábrica abandonada, yo estaba muy cerca de ahí así que me propuse entrar, todo se iba aclarando poco a poco, iba recordando aquella noche, antes de conocer a Alec, en que soñé su secuestro, y algo dentro de mi me dijo que él estaba en el lugar que había soñado.
- ¡Magnus! ¿Dónde estas? – Me llamaba, gritaba mi nombre, no podía fallarle. Corrí, hice lo posible por llegar allí a tiempo.
De pronto se oyó un gran estruendo, y la voz cesó.
Me apresuré aún mas, y al llegar, abrí la puerta de golpe, ahí habían tres personas.
1º; Alec ¡Era él! Y ¡Dios mío!, tenía la cabeza gacha, como desmayado.
2º; Este era otro chico, que estaba de pie y con un arma en la mano, también tenía una sonrisa vengativa en el rostro.
3; Un chico parado frente a mi, con un aire victorioso, y actitud altanera y amenazadora, llevaba puesto un antifaz de aquellos que se usaban en los bailes antiguos, para que no pudiera ver su rostro, al igual que el muchacho que estaba junto a el.
- Al fin llegaste Magnus, creí que no vendrías – rió, era el, el chico de la llamada – Pero creo que es un poco tarde, Alec no se encuentra bien – hizo un puchero – Creo que la agente que mandaron era un poco lenta, que mal – volvió a reír, esta vez a carcajadas.
- Eres un... - me interrumpió.
- Un chico que acabará contigo.
- ¡Eso lo veremos! - grité y me abalancé sobre el
- Un momento, un momento – rió – Tu novio esta bien, no te preocupes, solo esta durmiendo, pero en unos minutos despertará, ya lo veras.
- ¡Vamos, no seas cobarde! ¿¡Quien eres?! ¡Dime! – grité furioso.
- Eso no es necesario, no no – suspiró – No necesitas conocerme. – estaba muy tranquila, ¡Ah esa chica me colmaba la paciencia! Comencé a pensar en quien pudiera ser ese par ¿Tal vez Amanda y Carlos?
No, Carlos no, el chico era mas bajo, y su cabello era mas claro.
Pero el chico...
- Magnus – la apenas audible voz de Alec me sacó de mis pensamientos, estaba débil, no se como permití que se lo llevaran, ¡Soy una idiota! Pero... ¡El había dicho mi verdadero nombre! Lo sabía todo.
- ¡ Alec, aquí estoy! – Grité corriendo hacia él, pero alguien me detuvo - No puedes ir donde él – Ah rayos, era ella otra vez.
-Magnus Bane – dijo pensativo - ¿Te has enamorado acaso? – Río – Pobrecito, el pequeño Julio, no sabe que su Romeo ya no puede estar con el.
- ¿A-a que te refieres?
- Solo observa – sonrió y de bajo su chaqueta, saco lo que parecía ser una...
- ¡NO LO MATES! – grité desesperado.
El, aquel maldito chic, apuntó hacia Alec y al apretar el gatillo se escucho un estruendo enorme.
Yo volví a correr hacia él, y me lance sobre donde estaba atado, pero era demasiado tarde, había una mancha roja en el piso que a cada segundo se hacía más grande.
- ¡Magnus, Magnus! – intentó gritar mi Romeo.
-¿Estás bien? – dije apenas, la angustia no me dejaba respirar bien.
- ¡Idiota! – Gritó - ¡Tonto! ¿Por qué me haces esto? Aún herido y vienes a preocuparte por mi
- ¿Ah? – no entendía nada, hasta que posé mi mano en mi estomago y comprobé que quedaba bañada de sangre, no era la angustia lo que no me dejaba respirar.
Sonreí triunfante.
-¿De que te ríes, eh? - preguntaron Alec y el chico al mismo tiempo.
- Alec, estás bien – volví a sonreír, mientras veía que todo se hacía borroso, cerré mis ojos.
Eso es todo lo que pude recordar. 

Mi Trabajo Es Ser Tu Novio (Adaptada) MalecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora